Benzema, capit¨¢n Am¨¦rica

Hay cosas que no cambian de primavera a verano. Lo celebra el Madrid en el caso de Benzema, que incluso fuera de punto, casi en chanclas a¨²n, determina la suerte del equipo. No tiene relevo en la plantilla y tampoco se le busca porque no hay nada que se le parezca en el mundo. Que Dios le guarde muchos a?os se piensa (y se arriesga) en el Madrid. O que le guarde los suficientes hasta que otro de su tama?o se ponga a tiro. ?l le dio un primer impulso al Madrid y Ceballos, al que es obligado cerrarle la puerta de salida, el segundo, que no bast¨® para que el equipo blanco ganara su primer partido de pretemporada. Nadie ha demostrado m¨¢s duende que el sevillano en la gira.

Fue un Madrid a la inversa respecto al Cl¨¢sico de Las Vegas: la cara B de la zaga y todo el lujo por delante, sant¨ªsima trinidad, Vinicius y Benzema incluidos. Ah¨ª hay menos donde elegir. Pinta que estaremos durante el curso ante un equipo mestizo, con Benzema fuera de concurso, al menos mientras a los pluricampeones no se le vayan las fuerzas o las ganas. Un once distinto y un rival tambi¨¦n diferente, con menos cicatrices, menos urgencias, menos p¨®lvora y el mismo orgullo que cualquier grande de Europa.

En cierto modo se espera en el Madrid m¨¢s de lo mismo. Y es que lo mismo dio para mucho el curso pasado. Tanto que ha podido confundir al equipo en el campo y en el mercado. Quiz¨¢ ahora empieza a padecer la depresi¨®n post Mbapp¨¦ en diferido. En directo le pill¨® el chasco ba?¨¢ndose en champ¨¢n.

El Am¨¦rica, con suplentes tambi¨¦n en su ataque, pero m¨¢s horneado, le cogi¨® antes el aire al duelo bajo la direcci¨®n del peruano Aquino y el ex del Villarreal y del Bar?a Jonathan dos Santos. Aquella acometida concluy¨® con un gol r¨¢pido, de Henry Mart¨ªn, ante una zaga dormida. Siete veces campe¨®n de la Champions de la CONCACAF, m¨¢s que nadie en esa parte del mundo, al Am¨¦rica no le separa ya un oc¨¦ano del gran f¨²tbol europeo.

La banana de Benzema

De aquello sali¨® el Madrid por la misma v¨ªa que tantas veces en los ¨²ltimos cuatro a?os: Benzema, el futbolista que viste de luces al equipo. El gol antes que el juego, la ocurrencia individual por delante del coro. El franc¨¦s arranc¨® en la izquierda, busc¨® una pared con Asensio, que le devolvi¨® la pelota desde el punto de penalti, y meti¨® desde el v¨¦rtice del ¨¢rea una rosca de alt¨ªsima precisi¨®n que super¨® a Ochoa. El mismo gol que hizo el a?o pasado en San Mam¨¦s o hace siete ante la Real. Una prueba de que aquello ya es arte y ensayo a partes iguales.

El tanto reinstaur¨® la normalidad. Kroos y Modric se quedaron con la pelota, Vinicius con su banda y Benzema con el escenario. Antes del descanso, el franc¨¦s roz¨® el segundo en otro muletazo: regate de la cuerda para salvar el desfiladero del borde del ¨¢rea y zapatazo levemente desviado. Definitivamente es el ser superior del equipo. Y del gremio. As¨ª lo dir¨¢ France Football en su gala del Bal¨®n de Oro.

Hazard, el otro nueve

Ancelotti cambi¨® a ocho en el descanso y el equipo vol¨® de palo a palo: el centro del campo j¨²nior m¨¢s Ceballos, con Valverde vencido la derecha, su pasillo hacia la titularidad en las grandes citas, y Hazard de nuevo como nueve, Ni es su sitio ni es su momento, pero entiende el t¨¦cnico que de pesadillas como la suya solo se sale jugando. Quiz¨¢ por eso le cedieron el penalti que cometi¨® Reyes sobre Lucas V¨¢zquez. Ah¨ª no fall¨® el belga. ?l y Ceballos, que volvi¨® a ofrecer una magn¨ªfica imagen (tiene sitio en este Madrid que se ir¨¢ a los sesenta partidos), aspiran a ser el mercado interior en el equipo.

Esta segunda versi¨®n del Madrid, m¨¢s musculada, convirti¨® en vapor al Am¨¦rica durante muchos minutos, en gran medida por el empuje de sus nuevos centrocampistas, con Camavinga a la cabeza y Tchouameni, m¨¢s templado que en el estreno. El reci¨¦n llegado estuvo cerca del gol en un remate lejano. Cerca del final debut¨® Vinicius Tob¨ªas, que cometi¨® un penaltito sobre Fidalgo. Lo transform¨® el excanterano blanco a la segunda para empatar. En la primera, Lunin detuvo el lanzamiento, pero adelantado hasta el sonrojo. A¨²n qued¨® tiempo para una embestida final del Madrid en busca del triunfo, porque ni en pretemporada los resultados son indoloros.