Anuar, coraz¨®n y alma

Desde su llegada al primer equipo, en los malos momentos, Anuar Tuhami siempre ha estado, y cuando no, se le ha extra?ado. El canterano es uno de los l¨ªderes del Real Valladolid tanto por su ascendencia en el vestuario, como por la importancia que tiene para los entrenadores, como por encarnar mejor que ning¨²n otro futbolista blanquivioleta en la ¨²ltima d¨¦cada el coraz¨®n y el alma del aficionado, demostrando en m¨²ltiples ocasiones que ¨¦l es uno m¨¢s aunque su labor est¨¦ en el campo.

Desde Sergio Gonz¨¢lez hasta Paulo Pezzolano, pasando por Pacheta, todos los t¨¦cnicos le han terminado encontrando una utilidad. Y cuando ha habido zozobra y no estaba, porque ha pasado alguna penuria en forma de lesi¨®n, no ha habido ni uno que no haya mostrado que le echaba de menos. El uruguayo lo confirm¨® en el pasado, cuando no lo tuvo a su entera disposici¨®n, como sucedi¨® durante los problemas f¨ªsicos que le impidieron jugar con regularidad la temporada pasada y que no le han dejado ser titular hasta la d¨¦cima de la presente, hasta el triunfo en Vitoria.

Frente a la ausencia de Lucas Rosa, Pezzolano hab¨ªa ensayado toda la semana una variante que le convert¨ªa en una suerte de carrilero izquierdo, ayudando al lateral y obrando casi como si lo fuera en defensa y atacando la profundidad cuando tuviera la oportunidad. La respuesta fue que, junto a Ra¨²l Chasco, Anuar logr¨® oscurecer al siempre productivo Carlos Vicente, que nunca estuvo c¨®modo, y adem¨¢s, protagoniz¨® varias acciones ofensivas importantes, como el penalti que sufri¨® y el gol que marc¨®.

As¨ª, el canterano result¨® parte decisiva de la primera victoria a domicilio del curso, en el que supuso su partido 35 en Primera Divisi¨®n, a pesar de estar arrancando su s¨¦ptima campa?a en el primer plantel. Bien podr¨ªan ser m¨¢s, y no es un exceso de juicio decir que los merecer¨ªa: hace dos a?os, un choque en un amistoso con Manu S¨¢nchez, con quien se reencontr¨® en Mendizorroza, le parti¨® el cruzado y le impidi¨® jugar m¨¢s de tres cuando empezaba a convertirse en titular con Pacheta.

Precisamente por aquella lesi¨®n, Paulo Pezzolano tard¨® en poder utilizar a un jugador que encarna los conceptos m¨¢s grabados a fuego en el juego que el entrenador pretende: es un incordio para el rival, presionante y capaz de ganar duelos cuando se empareja con ¨¦l en el mano a mano, adem¨¢s de ser vertical y profundo en el ataque, como padeci¨® el Alav¨¦s. Decidido en el campo, es elocuente fuera, y ejerce de capit¨¢n d¨®nde y cuando le toca. Defendiendo p¨²blicamente al equipo (o incluso al entrenador) si considera que es necesario, pero, sobre todo, haci¨¦ndolo con el escudo que lleva en el coraz¨®n. Por fin, otra vez en el campo.

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