Alaba, en el foco
El austriaco fue el principal se?alado tras el derbi. ¡°No fue mi partido¡±, dijo en redes sociales. No gustaron sus gestos de reproche tras los tantos rojiblancos.
¡°No fue mi partido¡±, escribi¨® Alaba en redes este lunes en referencia al derbi. Y raz¨®n no le falta. Sali¨® en la foto de los tres goles y no precisamente de forma fortuita. El austriaco vivi¨® este domingo en el Metropolitano una de sus peores noches con la camiseta del Madrid. La defensa, en su conjunto, fue v¨ªctima del buen hacer colchonero, pero en el desconcierto blanco el principal se?alado fue el ex del Bayern. Su cruz, un compendio de acciones en las que se vio sobrepasado y evidenci¨® falta de concentraci¨®n y de contundencia. Pocas veces antes se le hab¨ªa visto tan superado.
Llam¨® especialmente la atenci¨®n el primer tanto. Con Lino orient¨¢ndose para el centro interior, Alaba se despreocup¨® totalmente de la marca de Morata y ¨¦ste bati¨® a Kepa a placer. El gol fue de quilates, pero a nadie le pas¨® desapercibida la poca contundencia del 4. Lejos de cuerpear, se limit¨® a mirar el bal¨®n, perdi¨® de vista al madrile?o y s¨®lo pudo contemplar, impotente, c¨®mo el esf¨¦rico entraba en la porter¨ªa. No opt¨® ni por sacar la l¨ªnea del fuera de juego ni por perseguir a su marca. Se qued¨® en tierra de nadie, como aturdido.
La historia volvi¨® a repetirse 14 minutos despu¨¦s. En el 18¡ä, volvi¨® a caer en la trampa del 9 de Espa?a, pero en este caso para que fuese Griezmann quien pusiese tierra de por medio. Desmarque al primer palo de Morata y centro al coraz¨®n del ¨¢rea de Sa¨²l. 2-0 y a remar en casa ajena. El 2-1 hizo olvidar en cierto modo el caos defensivo, pero poco tard¨® el Atleti en convertir la herida blanca en un mal irremediable. Tras el descanso, El d¨ªa de la Marmota. Con los papeles intercambiados, pero el agujero volvi¨® a ser el mismo. Tambi¨¦n la v¨ªctima. Centro de Sa¨²l, Lino distrae a Alaba y es nuevamente Morata quien la manda a guardar. El 4, inmerso en un bucle infinito ante el que adem¨¢s, reaccion¨® con gestos de reproche hacia sus compa?eros, algo que no gust¨® a parte de la afici¨®n.
Un s¨®lo duelo ganado y ninguna falta
Pero su pesadilla atiende a una actuaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de los tres tantos. De su escasa conexi¨®n al partido dan muestra los duelos en los que particip¨®: dos. Gan¨® uno y perdi¨® otro. No hubo m¨¢s. Ni una falta registr¨® el austriaco en un derbi en el que el Madrid se vio obligado a remar a contracorriente desde el principio. R¨¹diger, sin ser de los m¨¢s enchufados, cometi¨® tres. Le falt¨® mordiente e intensidad al 4, algo que en otras ocasiones hab¨ªa compensado su compa?ero de zaga. Siendo Alaba un central fiable, nunca ha destacado por su bravura defensiva, brilla m¨¢s por su seriedad y su buen hacer con el bal¨®n en los pies. As¨ª, su principal aliado desde que lleg¨® a la Castellana hab¨ªa sido Militao. El poder¨ªo f¨ªsico del brasile?o permit¨ªa opacar los defectos de David gracias, principalmente, a su facilidad para defender a campo abierto y a su dominio del juego a¨¦reo.
En esa misma l¨ªnea hab¨ªa comenzado R¨¹diger el campeonato, haciendo de Mili y asumiendo un liderazgo que a Alaba se le ha resistido desde su segunda temporada en la capital. Sobre todo, en cuanto a sensaciones, porque la confianza de su t¨¦cnico, la ha tenido en todo momento. El a?o pasado fue un curso complicado para el austriaco. Se perdi¨® el 31% de los partidos por lesi¨®n (la segunda campa?a m¨¢s dif¨ªcil de su carrera en cuanto a problemas f¨ªsicos). Sin embargo, en las citas de peso en que estuvo disponible, jug¨®. No parece negociable su titularidad para Carletto tampoco este curso, y prueba de ello es que es el futbolista con m¨¢s minutos de la plantilla (630¡ä), pero no debe descuidarse. Ya se ha visto se?alado y Las Palmas ser¨¢ el primero en poner a prueba su capacidad para alzar el vuelo.