47 segundos de brotes verdes
En el amargo empate ante el Elche, mostr¨® fugazmente el Espanyol de Diego Mart¨ªnez su versi¨®n m¨¢s combinativa y oculta, con 16 pases, nueve jugadores participantes... y un gol.
Pese a reincidir en los sempiternos errores defensivos, la blandura en la porter¨ªa, a acariciar peligrosamente la zona de descenso y a pesar de no haber sido capaz de conseguir una victoria ante el colista de Primera, un Elche que se presentaba en el RCDE Stadium con tres puntos y ning¨²n triunfo en diez jornadas, el Espanyol ofreci¨® el domingo un brote verde. S¨ª, un fugaz pero esperanzador s¨ªntoma para que jugadores, cuerpo t¨¦cnico y afici¨®n mantengan esa ¡°fe¡± a la que tanto se refiri¨® Diego Mart¨ªnez a principios de Liga.
Entre el minuto 65 y 44 segundos y el minuto 66 con 31 segundos, algo bastante positivo ocurri¨®. Part¨ªa el bal¨®n del ¨¢rea propia, de los pies de Benjamin Lecomte, despu¨¦s de que Pere Milla hubiera incurrido en un fuera de juego en el ataque anterior del Elche. Y serv¨ªa para Leandro Cabrera, ¨¦ste para Sergi Darder, quien se lo ced¨ªa a un Joselu Mato que ven¨ªa a recibir a la medular y se la retornaba al capit¨¢n. Y as¨ª, hasta 16 pases, interrumpidos solos con sendos despejes infructuosos de Pedro Bigas. Casi siempre en vertical, o con cambios de juego inteligentes. Incluso con un centro para salvar el fuera de banda que le sali¨® perfecto, como viene sucedi¨¦ndole a Brian Oliv¨¢n. Hasta que el esf¨¦rico recay¨® en Aleix Vidal, quien prolong¨® para que ?scar Gil diera un pase de la muerte a Martin Braithwaite, quien bat¨ªa a Edgar Badia.
En efecto, el brote verde del Espanyol es la jugada del 2-1 frente al Elche, 47 segundos en los que participaron nueve de los 11 futbolistas que se situaban en ese momento sobre el terreno de juego, todos salvo Sergi G¨®mez y Keidi Bare, en que el bal¨®n circul¨® por el pasillo central, por los flancos izquierdo y derecho, en que se colaron los pericos hasta la cocina para marcar un gol. Y, sobre todo, en que el bal¨®n no les quem¨®. Porque ese, m¨¢s all¨¢ de las pifias atr¨¢s, est¨¢ siendo acaso el principal d¨¦ficit del Espanyol.
No en vano, ante el colista y en casa la posesi¨®n de los blanquiazules fue de un 41%, casi coincidente con la media de la temporada, un 42%, lo que sit¨²a a los de Diego Mart¨ªnez como uno de los cinco conjuntos de Primera que menos tiempo est¨¢n en contacto con el esf¨¦rico. Un dato que hab¨ªan sublimado solo tres d¨ªas antes en El Sadar, contra Osasuna, con un ef¨ªmero 35%.
Tampoco es que la posesi¨®n sea sin¨®nimo de triunfos, pues los ¨²nicos encuentros en que mandaron fueron derrotas, ante Rayo Vallecano (54%) y Sevilla (59%), pero acciones como el gol de Braithwaite invitan a pensar que el Espanyol es capaz de emplear el bal¨®n para defender, asociarse, atacar y marcar goles. Lo que precisa cualquier equipo que pretenda competir en Primera Divisi¨®n.