Mbapp¨¦ y nada m¨¢s. El resumen de una despedida. A la liga, cuando parec¨ªa que estaba m¨¢s blanca que nunca. Porque Kylian as¨ª lo decidi¨®. Con un doblete veloz. Casi tanto como la remontada azulgrana. El tercero del franc¨¦s solo sirvi¨® para maquillar y para esperanzar. Y la hubo, porque Tchouameni empat¨®, aunque hab¨ªa fuera de juego que dej¨® el festejo en nada. Y V¨ªctor Mu?oz tuvo la ocasi¨®n de su vida, en el debut de su vida, pero acab¨® con muchos pensando en la de Miguel Palanca. Solo el planteamiento extremo Flick, para lo bueno y lo malo, mantuvo con pulsaciones a un Madrid que, con un Vinicius m¨¢s fino, quiz¨¢ hubiera salido bailando de Montju?c. Pero no est¨¢. Ni Bellingham. Ni el Madrid. Ahora, los ojos en los despachos... y en los comunicados oficiales del club.

Courtois: Fue un clavo ardiendo, hasta que se quem¨®. Cuatro veces. Hab¨ªa evitado uno de Eric Garc¨ªa y otro de Raphinha. Pero no pudo con el vendaval. El Madrid fue invisible en defensa y no hubo milagros belgas en esa primera parte. Y vol¨® bien, abajo, en un derechazo de Lamine que pudo ser el quinto. Sin salir se?alado en ninguno, pero sin sacar las alas ni la aureola.

Lucas V¨¢zquez (83¡ä): Muy superado. Tanto que apareci¨® en las cuatro fotos de la remontada. No est¨¢ siendo una temporada sencilla para el de Curtis y el Cl¨¢sico e Montju?c fue la puntilla. Inseguro con bal¨®n, err¨® en el origen de los cuatro zarpazos azulgranas de la pretemporada. P¨¦rdidas que pusieron una alfombra por la que transitaron los purasangres de Flick.

Asencio: Cal y arena. Porque corrigi¨® en alguna ocasi¨®n, aprovechando su velocidad. Y se anticip¨® a Ferran para evitar una ocasi¨®n clara. Pero le falt¨® ¡®timing¡¯ en el tanto de Eric. Salt¨® tarde y el hoy lateral se aprovech¨® para mandar a la jaula el bal¨®n. Fue el comienzo del renacimiento del Bar?a.

Tchouameni: El contexto en su contra. Desde los pitos contra el Celta se hab¨ªa convertido en indiscutible. Por confianza de Carletto y por rendimiento. Pero como ancla, como pivote, en la sala de m¨¢quinas. En su sitio. Y en Montju?c estuvo fuera de ¨¦l. En el centro de la zaga sufri¨®. Con alg¨²n despiste a la hora de cuidar sus espaldas. Marc¨® el empate... pero fue anulado por fuera de juego. Aunque solvente en el juego a¨¦reo, lejos de su nivel en los ¨²ltimos meses.

Fran Garc¨ªa: Era dif¨ªcil. Mucho. Ten¨ªa enfrente a Lamine. Y Fran se arremang¨®. Opt¨® por no pisar campo contrario y sostuvo, como pudo, a algo insostenible. Poco pudo hacer en el tanto del zurdo, un pase a la red desde la frontal. Tampoco logr¨® contener alguna internada que termin¨® en pase de post¨ªn. Pero la mayor¨ªa de los disgustos llegaron por la banda contraria. Y no es poco.

Valverde: Sacrificio, como siempre. Hasta el punto de jugar con la rodilla dolorida. A punto estuvo de quedarse en el banquillo, con molestias importantes, pero nunca se borra. Aunque tampoco pudo aportar mucho m¨¢s que pulmones.

Ceballos (46¡ä): Era la duda. Si Modric o ¨¦l. Y gan¨® la batalla. Pero la perdi¨® tras 45 minutos. No consigui¨® equilibrar a un Madrid totalmente desequilibrado. No tuvo fortuna en un choque con Mbapp¨¦ que termin¨® en el tercero del Bar?a. Tras el refrigerio se qued¨® en el banquillo.

G¨¹ler (46¡ä): Se examinaba y suspendi¨®. A priori como mediocampista, pero muy cerca del costado derecho. Apenas entr¨® en contacto con el bal¨®n. Y sin ¨¦l es otro. Necesita la posesi¨®n para ser diferencial y sin ella pas¨® de puntillas por Barcelona. Ancelotti le cambi¨® en el descanso.

Bellingham: Transparente. Apagado. Dos adjetivos ant¨®nimos a Bellingham. Pero que definen su Cl¨¢sico. Donde el a?o pasado gobern¨®, este patin¨®. La gestualidad del ingl¨¦s pide descanso. Lo necesita. Y a su f¨²tbol le faltaron piernas y frescura. En varias ocasiones pudo desnivelar en tierra hostil, pero se qued¨® sin ideas. No est¨¢. No estuvo.

Vinicius (87¡ä): Invisible en la presi¨®n y dos asistencias a Mbapp¨¦. Estupenda la primera, al hueco, por inercia la segunda, en un contragolpe. Ese fue el resumen del encuentro de Vinicius. Difuminado en muchos tramos. Muy lejos de su versi¨®n dorada. No por no intentarlo, sino por no acertar. Ni en el desborde ni en un par de controles que le hubieran permitido enfilar a Szceszny con metros por delante. En definitiva, donde casi nunca falla. Sin bal¨®n, en la presi¨®n, no aport¨®. Y dej¨® una imagen discutible. Cuando parec¨ªa que se iba al banquillo dio la sensaci¨®n que pidi¨® a Ancelotti que lo retuviera...

Mbapp¨¦: Lo puso todo cuesta abajo. Con un penalti forzado y convertido. Con un desmarque y definici¨®n de quilates. Muchos. Los que le hicieron ser el futbolista m¨¢s deseado de la d¨¦cada en el Bernab¨¦u. Para poner patas arriba Montju?c. Para curarse las heridas de la ida, cuando vivi¨® en fuera de juego. Y despu¨¦s ilusion¨® con el 4-3. Un hat-trick. Super¨® a Zamorano, con 39 goles en su primer a?o de blanco. Y a Lewandowski, con su 27? liguero, en el pichichi. Pero la realidad es que, a veces, hacerlo todo no es suficiente. Porque, en un suspiro, el Bar?a convirti¨® su triplete en an¨¦cdota. Y ti?¨® la Liga de azulgrana. Porque el Madrid fue Mbapp¨¦. Y punto.

Tambi¨¦n jugaron

Brahim (46¡ä): Buenos minutos del malague?o. Fino en el regate, dej¨® un par de jugadas y un par de buenos pases al hueco.

Modric (46¡ä): Con su entrada el Madrid mejor¨® algo en la circulaci¨®n, pero no consigui¨® hacerse con el mando del partido.

Endrick (83¡ä): Sin tiempo para tener incidencia.

V¨ªctor Mu?oz (87¡ä): Tuvo la ocasi¨®n de su vida. Pr¨¢cticamente solo. Y la mand¨® a la grada. Una pena tras el premio de jugar en un Cl¨¢sico.

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