13, Derbi del Percebe
Los l¨ªos, algunos absurdos, salpican la historia de la rivalidad entre Betis y Sevilla. Haro y Del Nido Carrasco intentan evitar otro episodio lamentable.


?ngel Haro y Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido Carrasco, presidentes de Betis y Sevilla, han sabido rectificar a tiempo para darle al derbi hispalense, uno de los m¨¢s pasionales y esperados del mundo, la necesaria y pertinente tranquilidad fuera del c¨¦sped. Que as¨ª sea. Despu¨¦s de una ¨¦poca de m¨¢s o menos cordialidad que parec¨ªa haber desterrado los tiempos de encarnizado enfrentamiento entre Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido Benavente y Manuel Ruiz de Lopera, las dos entidades deportivas sevillanas m¨¢s importantes hab¨ªan regresado al bucle cainita que ha deparado algunos l¨ªos entre la comicidad y la tragedia, dignos por lo absurdo de enmarcarse en aquella famosa vi?eta del dibujante Francisco Ib¨¢?ez: 13, rue del Percebe.
El derbi del 22 a 0
Del acontecimiento hace m¨¢s de un siglo y los ¡®historiadores¡¯ (valgan las comillas: el sesgo es palpable en unos y otros) lo cuentan como quieren. En las hemerotecas se aprecia bastante m¨¢s ecuanimidad. A?o 1918: Betis y Sevilla se juegan un lugar en el Campeonato de Espa?a. Entonces, la diferencia de goles no contaba: el Sevilla gan¨® el primer duelo en su campo (3-2) y el Betis hizo lo propio en el entonces estadio de la Enramadilla, donde jugaban entonces los verdiblancos (3-1). La versi¨®n m¨¢s presente en las cr¨®nicas de la ¨¦poca asegura que a ra¨ªz de los graves incidentes producidos en este segundo encuentro (con agresiones e incluso alg¨²n navajazo a futbolistas del Sevilla) provocaron que el capit¨¢n general de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Xim¨¦nez de Sandoval, prohibiera a varios jugadores b¨¦ticos, que eran militares, disputar el tercer encuentro de desempate. En vista de las circunstancias, al cuadro verdiblanco no le qued¨® m¨¢s remedio que acudir al definitivo choque con un equipo plagado de ni?os, de los cuales cinco terminaron expulsados. El Sevilla vapule¨® a su rival, humill¨¢ndolo con un escandaloso 22-0. La decisi¨®n militar se tom¨® como una estrategia sevillista.
El ¡®Caso Ant¨²nez¡¯ y la Pasionaria
El mediocentro defensivo sevillano Francisco Ant¨²nez (1922-1994) provocar¨ªa una gran pol¨¦mica durante los a?os 40, cuando el Betis, que viv¨ªa una tremenda crisis deportiva que pas¨® entre Segunda y Tercera, decid¨ªa traspasarle al Sevilla a cambio de 80.000 pesetas de la ¨¦poca. La afici¨®n verdiblanca estall¨® ante lo que consideraba una afrenta y llego a instalar barre?os para intentar recaudar ese dinero y que Ant¨²nez se quedara en el Betis. El asunto gener¨® tal revuelo que hasta Dolores Ibarruri, La Pasionaria, decidi¨® posicionarse desde su exilio en Rusia. La dirigente comunista afirmaba en Radio Mosc¨² Internacional que el triunfo del Sevilla en este traspaso le convert¨ªa en representante de las ¡°elites adineradas del rancio latifundismo andaluz¡± y que le parec¨ªa ¡°una cacicada m¨¢s cometida por la oligarqu¨ªa contra las clases populares y una injusticia cometida por un equipo capitalista contra otro proletario¡±. Pero Ant¨²nez se fue a Nervi¨®n.
¡°Whisky desde las 7 de la tarde¡±
Los fallecidos Luis Cuervas, presidente del Sevilla, y Manuel Ruiz de Lopera, su hom¨®logo en el Betis, protagonizaban un tenso incidente en la previa de un derbi de 1995. Ambos hab¨ªan acudido al acto organizado por una emisora radiof¨®nica y se soltaron dardos el uno al otro y viceversa. Los improperios no tienen desperdicio: mientras Cuervas llamaba a Lopera ¡°maric¨®n¡±, entre otras lindezas, el mandatario b¨¦tico afirmaba sobre su interlocutor que ¡°beb¨ªa whisky desde las 7 de la tarde¡±. Ambos presidentes acabaron haciendo las paces, a medias al menos, unos d¨ªas despu¨¦s.
El cuchillo de Griguol
Aquella ma?ana de Sevilla-Betis, d¨ªa de la Hispanidad de 1999, el S¨¢nchez Pizju¨¢n hab¨ªa amanecido con pintadas contra el equipo nervionense. Pero el mayor esc¨¢ndalo llegar¨ªa durante el partido: el b¨¦tico Benjam¨ªn Zarandona encontr¨® un cuchillo en el terreno de juego y se lo entreg¨® al colegiado P¨¦rez Lasa inmediatamente. El ¨¢rbitro vasco dej¨® el arma moment¨¢neamente en la banda y el entonces t¨¦cnico verdiblanco Carlos Griguol, avispado, se la dio al asistente envuelta en una toalla. ¡°Para no caldear los ¨¢nimos¡±, declarar¨ªa despu¨¦s Griguol con no poco sarcasmo. El S¨¢nchez Pizju¨¢n fue clausurado con un partido que los sevillistas cumplieron meses despu¨¦s en Chap¨ªn, estadio de Jerez de la Frontera.
La venganza ¡®asturiana¡¯
En abril de 2000 el Sevilla, ya descendido, perd¨ªa ante el Oviedo (2-3) en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, lo que condenaba al Betis a descender a Segunda Divisi¨®n. Devolv¨ªa as¨ª la derrota que el el propio equipo verdiblanco celebr¨® ante el Sporting en 1997 (0-1) y que condenaba a los sevillistas igualmente al Segundazo. La grada del Villamar¨ªn hab¨ªa coreado aquel tanto del ruso Cherishev como propio y la venganza tard¨® tres a?os en llegar, curiosamente ante el eterno rival de los gijoneses. Para la posteridad quedan los rumores, luego confirmados, de que el portero noruego Frode Olsen no quiso contribuir al teatrillo ante los carbayones y decidi¨® ser sustituido en el descanso.
El busto y la bufanda
Febrero de 2007. El Sevilla visitaba el estadio por aquel entonces todav¨ªa denominado Manuel Ruiz de Lopera en la vuelta de los cuartos de final de Copa para un partido que, ya desde antes del inicio, apuntaba a movido. La relaci¨®n entre Del Nido Benavente y el propio Lopera era la m¨¢s tensa que se recuerda entre dos m¨¢ximos dirigentes de equipos sevillanos, pero parec¨ªa que ese d¨ªa se encontrar¨ªan en el palco. Para sorpresa de todos, cuando las c¨¢maras de televisi¨®n enfocaron la zona captaron un busto de grandes dimensiones con la cara del presidente b¨¦tico. No estaba en un sitio cualquiera, sino justo encima del asiento asignado a Del Nido. As¨ª lo recordaba entonces el dirigente nervionense: ¡°Lopera me vet¨® la entrada al estadio pero yo decid¨ª ir, como iba a todos los partidos. Me colocaron detr¨¢s un busto, soldado con cables de acero al suelo del asiento donde estaba sentado. Un jugador de mi plantilla me mand¨® un mensaje: ¡°Presidente, lev¨¢ntate y ponle la bufanda del Sevilla al busto¡±. Si hago eso, tengo que salir de all¨ª en helic¨®ptero¡±.
¡°Cuidao, que va a resib¨ª otra botella¡±
La an¨¦cdota en los palcos precedi¨® a otro de los cap¨ªtulos m¨¢s lamentables en la historia de los derbis. A falta de media hora para el final de ese partido, una botella impactaba en la cabeza del t¨¦cnico sevillista Juande Ramos, que hab¨ªa pasado por cierto a?os antes por el banquillo del Betis. El partido se suspendi¨® para reanudarse d¨ªas despu¨¦s en el Coliseum Alfonso P¨¦rez de Getafe, a puerta cerrada. Aquella fr¨ªa noche madrile?a, en un estadio vac¨ªo, se escuchaba casi todo. Y la tensi¨®n se cortaba con cuchillo. ¡°Cuidao, que va a resib¨ª otra botella¡±, se oy¨® por ejemplo en una frase que se atribuye al entonces t¨¦cnico b¨¦tico Luis Fern¨¢ndez, franc¨¦s pero nacido (y con ese acento tan peculiar del Extremo Sur) en la gaditana Tarifa.
El palo a Joan Jord¨¢n
La pol¨¦mica entre Betis y Sevilla ha vivido diversos momentos de agresiones muy conocidos, como el de aquel joven con muleta que salt¨® a agredir al portero mallorqu¨ªn Toni Prats en el Ram¨®n S¨¢nchez-Pizju¨¢n. Pero el ¨²ltimo episodio m¨¢s comentado y con bastante parecido al de Juande Ramos tiene consecuencias recientes: el 15 de enero de 2022, en octavos de Copa del Rey, el lanzamiento de un palo de PVC desde el Gol Sur del Benito Villamar¨ªn impact¨® en la cabeza del jugador sevillista Joan Jord¨¢n. Tras unos momentos de m¨¢xima tensi¨®n, el duelo fue aplazado hasta el d¨ªa siguiente, cuando se celebr¨® la vuelta, ya sin p¨²blico, en el estadio helipolitano. Los de Pellegrini ganaron el envite (2-1) y pusieron la directa hacia la consecuci¨®n de su tercera Copa.
?Tus opiniones importan! Comenta en los art¨ªculos y suscr¨ªbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ?Buscas licenciar contenido? Haz clic aqu¨ª
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opini¨®n se publicar¨¢ con nombres y apellidos