Peji?o monta la gran fiesta de Las Palmas

Tarde, pero lleg¨®. La fiesta de la que habl¨® Viera en junio se celebr¨® en Gran Canaria esta noche, y el protagonista fue Peji?o. Sus dos goles, precioso el segundo, martirizaron a un pobre Tenerife, que se tuvo que ir del derbi con la cabeza muy baja. No hizo nada por evitarlo. El gol de Dauda, en el descuento, convirti¨® el marcador en enga?oso. Antes hab¨ªa anotado Andone el 3-0, que vino a redondear una noche perfecta para la afici¨®n de Las Palmas, que roz¨® en el lleno en el Estadio de Gran Canaria despu¨¦s de recibir a su equipo con todos los honores.

Apenas se tienen a esta hora noticias del Tenerife, que dio una pobre imagen en la isla vecina unos meses despu¨¦s de aquella gloriosa semifinal del playoff. El equipo de Ramis, lleno de complejos esta noche, nada hizo o ejecut¨® por superar a una UD Las Palmas muy superior, corto incluso el 3-1 final. La hueste de Garc¨ªa Pimienta propuso, dispuso y pudo golear. A falta de lo que haga el Burgos este domingo, est¨¢ en puestos de ascenso directo. Mientras, el Tenerife mira inevitablemente hacia un descenso que acecha como una mala melod¨ªa, tan dif¨ªcil siempre escapar de su infinito peligro.

Ni que ambos equipos empezaran el partido con la obligaci¨®n de respetar el guion previsto, Las Palmas empez¨® amasando el bal¨®n ante un Tenerife que, consciente de sus virtudes y m¨¢s a¨²n de sus limitaciones con respecto al equipo anfitri¨®n, le cedi¨® descaradamente el protagonismo de la posesi¨®n. Los locales, con mucho ¨ªmpetu, ya contaban con dos ocasiones de gol, por medio de Marc Cardona y Moleiro, en apenas 10 minutos ante un rival que tampoco es que pareciera descomponerse. Al menos, de momento,

Segu¨ªa percutiendo el ej¨¦rcito el amarillo ante la imperturbable empalizada rival, cuyos 10 centinelas se mov¨ªan con un perfecto comp¨¢s. En ataque, nada de nada. As¨ª, solo tres genios como Moleiro, Peji?o y Viera parec¨ªan capaces de desatascar el partido, aunque Soriano siempre estaba al quite. Parec¨ªa que el Tenerife se pod¨ªa ir estirando poco a poco, puro espejismo ya que era como si le tocara renunciar al ataque para afrontar el partido con la necesidad de que Las Palmas marcara un gol menos, que siendo lo mismo nada tiene que ver con jugar a conseguir uno m¨¢s.

Apenas se ten¨ªan noticias en ataque del Tenerife, in¨¦dito ?lex Dom¨ªnguez en el ¨¢rea contraria. En cualquier caso, la vigilancia extrema sobre Viera no le imped¨ªa a Las Palmas cargar casi todo su juego por la banda izquierda, all¨ª donde comparec¨ªa con frecuencia el capit¨¢n junto a Sergi Cardona y Moleiro. Precisamente por ah¨ª lleg¨® la jugada del 1-0, cuando una internada de Cardona acab¨® con el bal¨®n en Loiodice, dos asistencias esta noche, cuyo taconazo lo remat¨® con el alma Peji?o, un pu?al jugando a pierna cambiada, para abrir el marcador. Pese a la p¨¢jara blanquiazul, esta renta se mantuvo inalterable cuando lleg¨® el tiempo de descanso.

Resuelto.

Tras el receso, el partido qued¨® muy pronto resuelto por obra y gracia de Peji?o, que marc¨® una delicia de gol, arrancando a pierna cambiada y desde fuera del ¨¢rea. Ese 2-0 dinamit¨® cualquier opci¨®n de remontada de un triste Tenerife, que no tuvo ni el amago de poder remontar un marcador bien generoso con los blanquiazules incluso con el 3-0 de Andone. Poco antes de la segunda daga de Peji?o, un fuerte disparo de Sergi Cardona acab¨® con un parad¨®n de Sipcic. No, no es portero. Sin embargo, ni el ¨¢rbitro ni el VAR vieron nada punible en una jugada que vuelve a evidenciar la necesidad de revisar el criterio de las manos.

El gol de Dauda acab¨® convertido en una an¨¦cdota sin m¨¢s. Tanto fue as¨ª, que lleg¨® en el ¨²nico disparo a puerta de un pobr¨ªsimo Tenerife, un equipo que, al menos esta noche, salt¨® sin la m¨ªnima tensi¨®n propia de un partido de tan alto voltaje. Su fracaso, claro, estaba escrito.

Con estos tres puntos, Las Palmas corta una racha de cuatro partidos sin ganar que sin embargo no le impidi¨® seguir en puestos de sumo privilegio. Mientras, el equipo vecino no es ni la sombra de la ilusi¨®n que despert¨® en la isla del Teide un grupo que, hasta hace bien poco, se qued¨® a un partido de jugar en Primera Divisi¨®n. Ambos fieles a su idea, el implacable juez que es el tiempo parecer poner las cosas en su sitio. Al menos de momento. 17 jornadas despu¨¦s, nada sucede por casualidad.