Hay jugadores m¨¢s queridos y aclamados por el p¨²blico que por sus propios t¨¦cnicos. Lo de Cristiano en Doha fue un ba?o y masaje de la afici¨®n, no s¨®lo la portuguesa. Todo el estadio le aclam¨® antes, durante y despu¨¦s del partido. Cuando marc¨® de penalti -penalti raro, por cierto- el campo entero grit¨® aquello de ¡®siuuuu¡¯ mientras Cristiano daba su tradicional salto en la celebraci¨®n.

Cristiano es patrimonio del f¨²tbol, no solo un jugador de leyenda. Con su tanto ante Ghana se sit¨²a como el ¨²nico futbolista de la historia en marcar en cinco Mundiales. Es m¨¢s, desde 2004 lleva encadenando ininterrumpidamente torneos de selecciones. No se perdi¨® ni uno. Son 10 en total, m¨¢s que ning¨²n otro futbolista en la historia.

Dos d¨¦cadas de Cristiano que coinciden esta semana con su salida por la puerta de atr¨¢s del Manchester United. Ten Hag quedar¨¢ como el t¨¦cnico que forz¨® para que el mito portugu¨¦s abandonara el club ingl¨¦s de esta manera. ¡°Algunos nuevos entrenadores se creen capaces de encontrar agua en el desierto¡±, dijo Cristiano. Raz¨®n no le falta. Palabra de mito.