Modric se despide a lo grande

El tiempo no se puede congelar, por desgracia. A Luka Modric tampoco. El mediocentro del Real Madrid disput¨®, ante Marruecos este s¨¢bado, el que pudo ser su ¨²ltimo partido mundialista. Croacia gan¨® por 2-1 a los Leones del Atlas, que se qued¨® con la miel en los labios, y puso la guinda a cuatro a?os hist¨®ricos en los que ha rozado ser campe¨®n del mundo. Lideradas por un jugador ¨²nico, irrepetible, imposible de clonar, Modric se despide de Qatar con un m¨¢s que notable tercer puesto.

El encuentro que nadie quer¨ªa jugar, la ¡°falsa final¡± como defini¨® Regragui en la previa, la consolaci¨®n de los semifinalistas. El partido no presentaba, a priori, una emoci¨®n trepidante, pero el broche de oro a la mejor selecci¨®n africana de la historia de los Mundiales y el ¨²ltimo partido en una Copa del Mundo de Luka Modric eran, sin lugar a dudas, alicientes suficientes como para disfrutarlo.

La primera parte no defraud¨®. El inicio fue atronador. Croacia, liderada por un excelente Modric en el centro del campo, haciendo las labores de Brozovic en defensa, se adelant¨® en una acci¨®n de pizarra absoluta. Cuando todo el mundo pensaba que Majer iba a centrar en una jugada a bal¨®n parado, el del Rennes puso un preciso centro picado a Perisic que, de cabeza, asisti¨® a Gvardiol. El central del Leipzig, destrozado por Messi en semifinales, necesitaba un tanto as¨ª para reivindicarse.

Sin tiempo para parpadear, la combativa Marruecos, que ya daba s¨ªntomas de letargo en el campo, le quit¨® la sonrisa a su rival de un plumazo. Tambi¨¦n a bal¨®n parado, Achraf Dari aprovech¨® una indecisi¨®n de Livakovic en el ¨¢rea peque?a para hacer las tablas en el marcador. El partido no parec¨ªa un tercer y cuarto puesto, s¨ª una batalla con mucho en juego, por lo que el espectador lo agradeci¨® enormemente.

A partir del empate de Marruecos, la voz cantante la llev¨® Modric. El mediocentro del Real Madrid sab¨ªa que estaba ante su ¨²ltimo baile. No contento con ello, fruto de su impagable competitividad, cada ataque croata pas¨® por sus botas, a tal punto de que estuvo a punto de marcar el 2-1 en un recorte marca de la casa en la frontal que precedi¨® a un buen disparo con la pierna izquierda. Bono, atento, evit¨® su premio.

Cuando ya el primer tiempo parec¨ªa abocado al empate, apareci¨® Orsic, un futbolista de una enorme calidad del que nadie, solo Dalic, entiende que haya jugado tan poco en el Mundial. El extremo del Dinamo de Zagreb, con un toque sutil, breve, pero excelso, sorprendi¨® a Bono y puso otra vez por delante a Croacia en el marcador.

Tras el descanso, Croacia y Marruecos redujeron el ritmo, aunque los balc¨¢nicos intentaron cortar por la v¨ªa r¨¢pida cualquier esperanza de los norafricanos. Orsic, muy activo durante todo el partido, se convirti¨® en una pesadilla para Achraf y toda la defensa marroqu¨ª. Regragui dio entrada a jugadores con poco protagonismo en el Mundial, en un gran gesto para coronar a una generaci¨®n que ya ha hecho historia en Qatar.

El partido se sumergi¨® en un caudal de errores en el que Croacia se sent¨ªa mucho m¨¢s c¨®moda que Marruecos. De ese equipo valiente, aguerrido, euf¨®rico, que hab¨ªa mirado de t¨² a t¨² a las grandes selecciones no hubo apenas rastro en el Al Khalifa Stadium. Sin embargo, un mano a mano de En-Nesiry que repeli¨® Livakovic encogi¨® el coraz¨®n como de los aficionados croatas, que pidieron penalti de Amrabat sobre Petkovic, muy claro en la repetici¨®n, que ni vio, o no quiso ver, el VAR. Croacia amarr¨® el tercer puesto, no sin antes ver como un remate de En-Nesiry en el descuento roz¨® el poste, y se despidi¨® de un Mundial que, adem¨¢s posiblemente ser el ¨²ltimo de Modric, fue la en¨¦sima gesta de un pa¨ªs que no supera los 4 millones de habitantes.