Mitchell Duke, el h¨¦roe australiano que juega en la Segunda japonesa
El ariete conquist¨® a su pa¨ªs con un gol que ya es historia y puede conducir a octavos. Tiene en cada entrenamiento a Tim Cahill como inmejorable maestro para mejorar.
Es uno de los nombres del Mundial de Qatar. Mitchell Duke hizo historia con Australia tras anotar un tanto que acerca a su selecci¨®n a los octavos de final 16 a?os despu¨¦s. Quedar¨¢ para el recuerdo por muchos motivos. Por la importancia del tanto. Por la belleza de un remate de cabeza perfecto tras una acci¨®n asociativa que ¨¦l mismo fabric¨®. Por el valor sentimental de ese gui?o a su hijo tras una promesa cumplida. Y Australia lo celebra por todo lo alto, encontrando al fin un hilo de esperanza al que agarrarse y que se traslada ahora a la cita contra Dinamarca para tratar de afianzarse en este escenario de Qatar. So?ar es posible. Y Duke fue el art¨ªfice.
No hay demasiados milagros en el f¨²tbol, pero s¨ª historias como la de este chico nacido hace 31 a?os en un suburbio de S¨ªdney llamado Liverpool. Marca un gol decisivo en un Mundial a la vez que juega para el modesto Fagiano Okayama de la segunda divisi¨®n de Jap¨®n. ¡°Es el momento m¨¢s feliz de mi vida, estoy muy emocionado¡±, expuso tras el triunfo de Australia sobre T¨²nez. No ganaba su selecci¨®n un partido de un Mundial desde la cita de 2010. Precisamente estaba Tim Cahill all¨ª, justo en el ecuador de los tres Mundiales que disput¨®. Ahora, esta leyenda acompa?a al cuerpo t¨¦cnico australiano en cada entrenamiento y el primero en agradecerlo es Duke. ¡°Aprendo muchas cosas, es un privilegio tener a alguien como ¨¦l dando consejos. Trato de escuchar todo lo que puedo¡±, explica el ariete. Su remate ante T¨²nez tiene mucho de aquel Cahill que es pura historia de los Mundiales.
Duke mira al futuro sin saber si su continuidad en su modesto club de Jap¨®n ser¨¢ una realidad permanente tras conquistar el mundo estos d¨ªas. Pretende que esta historia de superaci¨®n no se quede aqu¨ª. ¡°No hemos logrado todav¨ªa el objetivo, debemos ganar el ¨²ltimo partido para pasar a los octavos de final¡±, avisa. Quiere m¨¢s. Tambi¨¦n Leckie y Goodwin, sus aliados en un ataque que ya puso contra las cuerdas a Francia y que minimiz¨® las virtudes de T¨²nez. Australia no quiere que su paseo por Qatar se queda en otra an¨¦cdota m¨¢s.