Un gol m¨¢s grande que el de Iniesta en la final de Johannesburgo

Con motivo de la celebraci¨®n de la Supercopa de Espa?a de f¨²tbol en Arabia Saud¨ª, ?ngel Gonzalo, periodista de Amnist¨ªa Internacional especializado en deporte y derechos humanos, ha publicado una carta abierta en la que ha compartido sus impresiones sobre el certamen. Gonzalo insta a Pedro Rocha, presidente en funciones de la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, a que el torneo tenga un impacto real en la mejor¨ªa de las condiciones de vida del pa¨ªs ¨¢rabe. La ep¨ªstola ¨ªntegra es la siguiente:

¡°Se viene la cuarta edici¨®n de la Supercopa de Espa?a de f¨²tbol en Arabia Saud¨ª y nada ha cambiado en el pa¨ªs por mucho que este torneo se celebre all¨ª y la Real Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol (RFEF) se haya dado golpes en el pecho hablando de la igualdad y alardeando de las bondades del f¨²tbol como motor de cambio social.

Palabras huecas y en fuera de juego porque la realidad es que Arabia Saud¨ª ejecuta m¨¢s que nunca, utiliza los petrod¨®lares para blanquear la imagen del pa¨ªs, las mujeres siguen siendo ciudadanas de segunda, la comunidad LGBTI sigue perseguida, el conflicto de Yemen sigue avivado por las autoridades saud¨ªes, la tortura es moneda de cambio para conseguir confesiones que condenan a largas penas de prisi¨®n a quienes se atreven a protestar y los trabajadores migrantes siguen viviendo en r¨¦gimen de semiesclavitud. El panorama es desolador.

Ahora bien. Claro que las cosas pueden cambiar. Y claro que se pueden conseguir mejoras. Ahora ya no nos cuelan goles con el sportwashing. La RFEF tiene la oportunidad de romper con el legado de expresidente Rubiales, que termin¨® de empa?ar la imagen del f¨²tbol espa?ol con su acto de violencia sexual contra Jenni Hermoso durante uno de los d¨ªas m¨¢s gloriosos de nuestro f¨²tbol, cuando la selecci¨®n femenina logr¨® alzarse con la Copa Mundial el pasado verano.

Pedro Rocha, el nuevo presidente de la RFEF, puede utilizar el di¨¢logo con las autoridades saud¨ªes para pedir mejoras en derechos humanos, tal y como aparece en los principios de la FIFA y en el C¨®digo ?tico de la propia RFEF. La Supercopa de Espa?a en Arabia Saud¨ª es una ocasi¨®n inmejorable para lograr alg¨²n avance en un pa¨ªs que vive encerrado en su propio campo y que s¨®lo se atreve a avanzar oculto entre la fanfarria de las estrellas como CR7, Benzema o Neymar Jr, que han acudido en el ¨²ltimo a?o a su Liga atra¨ªdos por el olor del dinero.

Es momento de dar un paso adelante y lanzarse en tromba a por el gol que d¨¦ una victoria memorable a los derechos humanos. La RFEF puede volver de Arabia Saud¨ª no s¨®lo con los bolsillos llenos, sino con la satisfacci¨®n del deber cumplido. Basta con mencionar los nombres de Salma al-shehab, condenada inicialmente a 34 a?os de prisi¨®n (una condena ¡®rebajada¡¯ posteriormente a 27 a?os), por publicar unos tuits o el de Mohammad bin Nasser al Ghamdi, profesor retirado, de 54 a?os, que fue condenado a muerte, en julio de este a?o, por falsos cargos de terrorismo, a causa exclusivamente de su actividad pac¨ªfica online en Twitter y YouTube en alguna de las reuniones con las autoridades saud¨ªes. As¨ª de f¨¢cil. El f¨²tbol tiene ese poder, la RFEF la tiene ahora cortita y al pie. Pedro Rocha, no falle este penalti y meta un gol m¨¢s grande que el de Iniesta en la final de Johannesburgo.¡±

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