Mario Mart¨ªn, el ¡®Casemiro¡¯ de La F¨¢brica

Hace diez meses, se qued¨® sin premio. En esta ocasi¨®n, Mario Mart¨ªn, el pulm¨®n de Ra¨²l en el Castilla, tiene papeletas para abrir el regalo y disfrutar su ¡®revancha¡¯ particular. El pasado verano, una operaci¨®n de hombro, articulaci¨®n que le hab¨ªa atormentado durante la temporada, le dej¨® sin pretemporada con el primer equipo. No estaba confirmado, pero se barruntaba su presencia con los mayores a Estados Unidos. En una decisi¨®n consensuada con el club, opt¨® por el quir¨®fano. En la recuperaci¨®n, el capit¨¢n castillista acort¨® plazos, que hubieran sido menores de no haber frenado desde el club su voluntad por regresar lo antes posible. La campa?a del filial blanco no ha sido sencilla, no han podido respirar hasta las victorias ante Alcoyano y San Fernando (la permanencia es virtual), pero la estupenda consideraci¨®n para con Mario, siempre indiscutible desde que Ra¨²l auspiciara su salto del Juvenil B al Castilla, no ha cambiado. Ni en La F¨¢brica, donde es la extensi¨®n de su t¨¦cnico en el campo m¨¢s all¨¢ del brazalete, ni m¨¢s arriba. Ancelotti sigue prendado de su actitud y aptitudes y cuenta con serias opciones para formar parte de la expedici¨®n que pondr¨¢ rumbo a la Costa Este de Estados Unidos a finales de julio. Ser¨ªa un premio para el ¡®Casemiro¡¯ de la cantera. Aunque ahora s¨®lo tiene en mente sellar matem¨¢ticamente la salvaci¨®n en Ibiza este domingo (12:00 h).

¡°L¨ªder silencioso¡±

Porque es ¡°un l¨ªder silencioso¡±. As¨ª definen en Valdebebas la ascendencia del centrocampista toledano. ¡°Cuando Mario habla, el resto escucha, aunque ¨¦l m¨¢s de hacerlo sobre el terreno de juego¡±. Si la hebilla del cintur¨®n de seguridad de Ancelotti en el Madrid, hasta su marcha al United, era Case. Para Ra¨²l, ese es su capit¨¢n. Sin entrar en hip¨¦rboles, el f¨²tbol de Mario recuerda al del brasile?o en las entra?as de la Ciudad Real Madrid. Su habilidad para el robo, la interceptaci¨®n, inteligencia t¨¢ctica y capacidad para ejercer de bisagra entre la zaga y la sala de m¨¢quinas, unidos a un profesionalismo ¡°fuera de lo com¨²n¡±, establecen ese paralelismo entre el joven de Sonseca y el veterano de S?o Jos¨¦ dos Campos. Un c¨®ctel que hace tiempo le coloc¨® en el grupo de alumnos aventajados en La F¨¢brica. Chicos de potencial primer equipo, siendo conscientes de la dificultad que entra?a reba?ar minutos en un centro del campo con Valverde, Kroos, Modric, Camavinga, Tchouameni o Ceballos. A¨²n as¨ª, Mario consigui¨® colarse por la rendija que dejaron las lesiones para, tras brillar en Copa ante la Arandina (jug¨® 20 minutos como central), viajar a la Supercopa de Arabia. En total, nueve convocatorias esta temporada y 19 en total, con su debut el curso pasado contra el Atleti como highlight.

Su primera inversi¨®n, un gimnasio

Ese profesionalismo se refleja en dos decisiones. Lejos queda la etapa en que junto a su padre, Alfredo, hac¨ªan 250 kil¨®metros diarios para entrenar. Llegado el momento, el otrora mediapunta (fue uno de los m¨¢ximos goleadores de una Promises donde comparti¨® focos con el red devil Garnacho) se mud¨® a la Ciudad Deportiva blanca. A sus 20 a?os, aunque a los 18 lo habitual es ver volar a los mirlos de Valdebebas, Mario a¨²n vive entre los mismos muros. Pidi¨® quedarse. En las instalaciones del club tiene todo lo que necesita. Un lugar que proporciona todas las herramientas al futbolista para triunfar, pero que pone vallas al ocio. Horarios definidos, men¨²s ideados por el nutricionista del club, salas de musculaci¨®n para trabajar m¨¢s all¨¢ de los entrenamientos... Mario es un chico sencillo. No se prodiga en redes sociales ni hace grandes desembolsos. De hecho, su primera gran inversi¨®n fue la construcci¨®n de un gimnasio en su casa, en Sonseca. Nada de coches caros, maquinaria para seguir cincelando su f¨ªsico en periodos vacacionales.

En su d¨ªa, de ni?o, rechaz¨® a Villarreal y Atl¨¦tico de Madrid. Ten¨ªa las cosas claras, como ahora. Cuando era un goleador en su tierra (lleg¨® a marcar 60 goles con el Toledo a los 10 a?os), el Madrid toc¨® su puerta y ah¨ª se termin¨® cualquier tipo de duda. Un Madrid donde jugaba un Cristiano al que idolatraba por su ¨¦tica de trabajo. All¨ª coincidi¨® por primera vez con Ra¨²l en el Cadete B y su valores entrelazaron sus carreras. Un Madrid donde anhela jugar de manera recurrente. Ancelotti le tiene en gran estima y su ¡®ojito derecho¡¯ de la cantera. Pero, si se trunca el sue?o, a Mario, como ocurri¨® cuando era un jovencito que despuntaba en su tierra, no le faltar¨¢n ofertas. De hecho, el ¡®Casemiro¡¯ de La F¨¢brica ya ha tenido a varios equipos de Primera tras sus pasos en mercados anteriores...

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