¡ªPero¡ pero¡ pero¡ ?HELENA! ?QU? HACES AH? DENTRO?
¡ªShhhhhhhhhhhhhhhhh ¡ªcontest¨® ella.
?Helena con hache estaba dentro de la caravana!
?Escondida en un armario!
¡ªNo pensar¨ªas que iba a dejar que te fueras solo ¡ªasegur¨®.
Segu¨ªa sin comprender qu¨¦ hac¨ªa all¨ª, pero me hizo mucha ilusi¨®n verla.
Much¨ªsima.
¡ªYo cre¨ªa que estabas enfadada conmigo ¡ªdije.
¡ªY lo estoy ¡ªdijo ella¡ª. No tendr¨ªas que haber empujado a Parker Parkenson. T¨² no eres as¨ª.
¡ªYa, tienes raz¨®n, lo siento mucho ¡ªmurmur¨¦.
Al fin, sali¨® de aquel armario y se plant¨® delante de m¨ª.
Mir¨® a un lado y a otro.
¡ªLa verdad es que mola bastante esta autocaravana ¡ªdijo.
Todav¨ªa no me lo pod¨ªa creer.
?Helena estaba all¨ª!
¡ªHe venido porque tenemos que hacer algo muy importante ¡ªdijo.
¡ªDesde luego, estoy de acuerdo, tenemos que hacer algo, faltar¨ªa m¨¢s¡ ¡ªdije muy serio¡ª. Perd¨®n, ?qu¨¦ tenemos que hacer?
Mir¨¦ a Helena desconcertado y a?ad¨ª:
¡ª?Te refieres al robo? ?A la competici¨®n? ?A mi expulsi¨®n del campamento? Es que son tantas cosas que ya me l¨ªo.
¡ª?Me refiero al robo! ¡ªexclam¨® ella¡ª. Somos los Futbol¨ªsimos y no podemos dejar las cosas as¨ª. Escucha, tengo una pista muy gorda.
Helena no pudo continuar, en ese momento se oy¨® un grito de mi padre:
¡ª??Viene ya el agua!?
¡ªVamos, Francisco, que es para hoy ¡ªa?adi¨® mi madre.
¡ªS¨ª, s¨ª, ya voy ¡ªcontest¨¦, nervioso.
Helena se?al¨® el interior del armario, all¨ª estaba el agua.
Cog¨ª un par de botellas y se las acerqu¨¦ a mis padres a trav¨¦s de una peque?a puerta que comunicaba con la cabina del conductor.
¡ªSi no os importa, voy a cerrar aqu¨ª ¡ªdije.
¡ª?Te encuentras bien, cari?o? ¡ªpregunt¨® mi madre.
¡ªS¨ª, s¨ª, es solo que quiero descansar un rato ¡ªcontest¨¦.
¡ªEn un rato llegaremos a una explanada entre las monta?as ¡ªindic¨® mi padre¡ª. Podemos hacer noche all¨ª.
¡ªVale, lo que vosotros quer¨¢is, hasta luego¡
Y cerr¨¦ de golpe.
Mir¨¦ a Helena y dije:
¡ªCuenta. ?Qu¨¦ pista tienes del robo?
¡ªCreo que Parker ten¨ªa una buena raz¨®n cuando te acus¨® de ser el ladr¨®n ¡ªsolt¨®.
¡ª??QU?!? ?Yo no soy el ladr¨®n! ¡ªprotest¨¦.
¡ªNo he dicho que lo seas¡ªaclar¨® Helena¡ª. Lo que quiero decir es que no lo hizo por fastidiar, de verdad cre¨ªa que t¨² eras el ladr¨®n.
¡ªDijo que me vio con el trofeo por la noche ¡ªrecord¨¦¡ª. ?Eso es mentira!
¡ªYa, pero el caso es que s¨ª vio a alguien arrastrando el trofeo junto a la orilla ¡ªdijo Helena¡ª. Los dos lo visteis, y eso es muy importante.
¡ª?Y por qu¨¦ pens¨® que era yo? ¡ªinsist¨ª.
¡ªAj¨¢, esa es la clave ¡ªsentenci¨® Helena¡ª. Pens¨® que eras t¨² porque el ladr¨®n era parecido a ti, de tu misma estatura¡ ?Era un ni?o! ?O una ni?a!
¡ªYo cre¨ªa que el principal sospechoso era Corominas ¡ªmusit¨¦, confuso.
¡ªEl comandante Corominas es muy antip¨¢tico y un mand¨®n, pero lleg¨® al campamento cuando ya se hab¨ªa producido el robo ¡ªafirm¨® Helena.
¡ªEso es cierto ¡ªdud¨¦.
¡ªEl ladr¨®n es alguien que lleva en el campamento desde el principio, o incluso antes ¡ªasegur¨® Helena¡ª. Alguien que conoce muy bien la zona. Que sabe el valor que tiene ese trofeo y que a cierta distancia podr¨ªa confundirse contigo.
Ambos nos miramos. Aquella descripci¨®n encajaba con¡
¡ª?Las cuatrillizas! ¡ªexclamamos ambos al mismo tiempo.
¡ªEso es ¡ªasinti¨® Helena¡ª. Cualquiera de ellas podr¨ªa parecerse a ti desde lejos.
¡ªCuando se produjo el robo, desaparecieron ¡ªrecapitul¨¦¡ª. Son las que mejor conocen estas monta?as y tienen mi estatura aproximadamente¡
¡ªTal vez lo ha robado una de ellas ¡ªdijo Helena, pensativa¡ª. O puede que las cuatro. Eso tendremos que averiguarlo.
¡ªPero ?qu¨¦ hac¨ªan en plena noche con el trofeo? ?Ad¨®nde lo llevaban? ¡ªpregunt¨¦.
¡ªLo estar¨ªan moviendo de escondite, no lo s¨¦ ¡ªasegur¨® Helena¡ª. Recuerda que ellas tampoco aparecieron cuando Corominas os pill¨® a Tomeo y a ti fuera de la tienda. Y, atenci¨®n, porque aqu¨ª viene la prueba que he encontrado.
Helena sac¨® algo de una peque?a mochila.
?Su tel¨¦fono m¨®vil!
¡ªPero¡ nos requisaron los tel¨¦fonos nada m¨¢s llegar al campamento ¡ªdije¡ª. ?De d¨®nde lo has sacado?
¡ªBueno, lo cog¨ª sin pedir permiso ¡ªsonri¨®¡ª. Al fin y al cabo, es m¨ªo, ?no?
¡ªS¨ª, claro.
¡ªCuando empezaron a pasar cosas raras, como el robo, y la llegada del comandante, decid¨ª recuperarlo ¡ªse justific¨® ella¡ª. Y mira por d¨®nde, la otra noche hice una foto¡ ?del ladr¨®n!
¡ª??Qu¨¦!? ??C¨®mo!? ??Cu¨¢ndo!? ¡ªexclam¨¦ aproxim¨¢ndome a la pantalla de su tel¨¦fono.
¡ªAl ver que Tomeo y t¨² sal¨ªais de la tienda, cog¨ª el tel¨¦fono y os hice algunas fotos sin que os dierais cuenta ¡ªexplic¨® Helena.
¡ª?Por qu¨¦ nos hiciste fotos? ¡ªinquir¨ª, sin comprender.
¡ªPorque me pareci¨® muy raro que os fuerais los dos solos en mitad de la noche.
¡ªYo sal¨ª porque Tomeo se encontraba mal y me pidi¨® ayuda ¡ªme defend¨ª.
¡ªEn ese momento, no pod¨ªa saberlo ¡ªcontinu¨® Helena¡ª. Os hice varias fotos, y en la ¨²ltima, tach¨¢n, se ve al ladr¨®n. Mira.
Helena empez¨® a pasar fotos en su tel¨¦fono.
En la primera se intu¨ªan dos sombras movi¨¦ndose dentro de la tienda de campa?a: Tomeo y yo.
En la segunda, se nos ve¨ªa de espaldas saliendo de la tienda.
En la tercera, cruz¨¢bamos la puerta de la tienda y nos par¨¢bamos de pie en el exterior.
En la cuarta, Tomeo se retorc¨ªa, apoyado en mi hombro. Creo que fue el momento exacto en el que se tir¨® el pedo.
En la quinta, la c¨¢mara se aproximaba a nosotros, se nos ve¨ªa con cara de susto, con el r¨ªo al fondo.
En la sexta¡
Un momento.
?No hab¨ªa sexta!
Solo hab¨ªa cinco fotos.
¡ªAqu¨ª no se ve al ladr¨®n, solo estamos Tomeo y yo ¡ªprotest¨¦.
¡ªEso cre¨ªa yo ¡ªdijo Helena¡ª. Observa¡
Ampli¨® la ¨²ltima foto con los dedos.
Al fondo, cerca de la orilla, apareci¨® una figura.
Parec¨ªa mirar directamente a c¨¢mara, como si le hubieran pillado por sorpresa.
Aunque estaba muy lejos y era dif¨ªcil estar seguro.
¡ª?C¨®mo sabes que es el ladr¨®n? ¡ªpregunt¨¦.
¡ªPorque lleva el trofeo ¡ªcontest¨®.
Si te fijabas bien, aquella figura arrastraba algo con ambas manos.
¡ªQu¨¦ fuerte ¡ªsusurr¨¦¡ª. ?Tenemos una foto del ladr¨®n!
¡ªNo se le reconoce muy bien, pero mira, mira ¡ªdijo Helena¡ª. Si se ampl¨ªa m¨¢s se puede distinguir algo incre¨ªble.
A poca distancia de aquella figura, tal vez a unos pasos¡ ?hab¨ªa otras tres figuras!
?Y las tres parec¨ªan hacerle se?as con las manos o algo parecido!
¡ª?Las cuatrillizas! ¡ªvolvimos a exclamar Helena y yo al un¨ªsono.
¡ª?Esta prueba es muy gorda! ?C¨®mo no me lo has ense?ado antes? ¡ªpregunt¨¦.
¡ªPorque no me hab¨ªa dado cuenta hasta que ampli¨¦ la imagen ¡ªcoment¨® Helena¡ª. ?Ah¨ª est¨¢n las cuatrillizas, en plena noche, con el trofeo robado!
¡ª?Las hemos pillado! ¡ªdije¡ª. O sea, t¨² las has pillado. Son las ladronas.
¡ªNo s¨¦ si servir¨¢ de prueba ¡ªdud¨® Helena¡ª. Se ve que son ellas, pero no se distingue bien el contorno. Est¨¢ todo muy oscuro en la foto.
Volv¨ª a mirar aquella imagen.
Los bordes estaban algo borrosos. Y al ampliarla, perd¨ªa mucha definici¨®n.
Pero era obvio que se trataba de las cuatro: Jolly, Dolly, Molly y Polly.
¡ªAhora que sabemos que son ellas tenemos que hacer algo ¡ªpropuse.
¡ªPor eso me he colado en la caravana, quer¨ªa hablarlo contigo, tenemos que preparar un plan juntos, t¨² y yo, como siempre ¡ªdijo Helena.
¡ªPens¨¦ que hab¨ªas venido simplemente porque quer¨ªas estar conmigo ¡ªmurmur¨¦, un poco decepcionado¡ª. Antes has dicho que no dejar¨ªas que me fuera solo.
¡ªPues claro, eso tambi¨¦n ¡ªrespondi¨® ella¡ª. Pero esto es¡ ?una bomba! ?Las cuatrillizas han robado el Tr¨¦bol de Oro! ?Y tenemos una foto que lo demuestra, aunque no se vea muy bien! ?Qu¨¦ hacemos? ?Vamos a la polic¨ªa? ?Regresamos al campamento de inc¨®gnito y les tendemos una trampa? ?Qu¨¦ nervios!
¡ªEspera ¡ªdije.
De pronto, me di cuenta de una cosa.
¡ª?Qu¨¦ ocurre? ¡ªpregunt¨® Helena.
¡ªLa autocaravana est¨¢ parada, qu¨¦ raro ¡ªcontest¨¦.
Levant¨¦ la vista y me top¨¦ con¡
?Mis padres!
?Estaban de pie en mitad de la caravana!
?Nos observaban fijamente!
?Con los ojos muy abiertos!
¡ª?Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡ªgrit¨¦ del susto, al verlos all¨ª en medio.
¡ª?Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡ªgritaron ellos.
¡ª?AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡ªgritamos los cuatro.
¡ª?Qu¨¦ hac¨¦is ah¨ª? ?Nos est¨¢is espiando? ¡ªpregunt¨¦.
¡ªLa pregunta es ??qu¨¦ hace Helena aqu¨ª!? ¡ªreplic¨® mi madre.
¡ªEs que¡ se ha escondido en el armario ¡ªse?al¨¦.
¡ªPerd¨®n, me he escapado del campamento, ten¨ªa que hablar con Pakete ¡ªse disculp¨® Helena.
Por la cara que pusieron mis padres, hab¨ªan o¨ªdo nuestra conversaci¨®n.
¡ª?Llev¨¢is mucho tiempo escuchando? ¡ªpregunt¨¦.
Ambos asintieron.
¡ªNo quer¨ªamos espiaros ¡ªdijo mi padre¡ª. Hemos o¨ªdo voces y hemos parado la caravana.
¡ªCuando hemos entrado desde la cabina, ni siquiera os hab¨¦is enterado ¡ªsigui¨® mi madre¡ª. Estabais absortos. No me extra?a, es todo tremendo. Esto, por cierto, ?podemos ver la foto?
Helena les mostr¨® su tel¨¦fono m¨®vil.
¡ªEs esta imagen ¡ªindic¨® Helena¡ª. Al ampliarla se ven cuatro figuras, y una de ellas arrastra el trofeo y mira a c¨¢mara.
¡ªEs impresionante ¡ªafirm¨® mi madre¡ª. ?Las ladronas actuando en plena noche! ?Las has cazado!
¡ªSeg¨²n mi amplia experiencia como polic¨ªa y detective privado, las pruebas decisivas aparecen muchas veces en el sitio m¨¢s inesperado ¡ªdijo mi padre¡ª. Como, por ejemplo, en la esquina borrosa de una fotograf¨ªa, ejem. Enhorabuena, buen trabajo.
¡ªS¨ª, s¨ª, perfecto ¡ªmascull¨® mi madre¡ª. Pero hay otra cosa mucho m¨¢s importante que el robo.
Nos miramos sin saber a qu¨¦ se refer¨ªa.
¡ªHelena se ha ido del campamento sin avisar a nadie ¡ªrecord¨® mi madre¡ª. Estar¨¢n preocupad¨ªsimos busc¨¢ndote por todas partes.
¡ª?No le has dicho que te ibas a los entrenadores, o a Laura, o a tus compa?eros? ¡ªpregunt¨® mi padre.
¡ªNo ¡ªadmiti¨® Helena.
¡ªPues hay que avisarles antes de que se agobien pensando que te ha ocurrido algo ¡ªzanj¨® mi madre.
¡ªLo malo es que nadie del Soto Alto tiene tel¨¦fono, no podemos llamarlos ¡ªsuspir¨® mi padre.
¡ªEmilio, que te conozco, ?qu¨¦ est¨¢s maquinando? ¡ªdijo mi madre.
¡ªYo nada, Juana, simplemente digo que deber¨ªamos volver al campamento con Helena, para que todos se queden tranquilos ¡ªcontest¨® mi padre.
¡ªS¨ª, volvamos al campamento, por favor ¡ªsupliqu¨¦.
¡ªTambi¨¦n podr¨ªamos llamar a los guardias forestales ¡ªsopes¨® mi madre¡ª. Seguro que nos ponen con el comandante Corominas y le explicamos la situaci¨®n.
¡ªEs otra opci¨®n ¡ªdijo mi padre¡ª. Pero con lo emocionante que est¨¢ el tema del robo, tal vez podr¨ªamos asomarnos por el campamento a ver si sacamos algo en claro.
¡ª?T¨² quieres volver para avisar de que Helena est¨¢ bien? ?O quieres regresar para resolver el robo? ¡ªpregunt¨® mi madre, muy seria.
Mi padre trag¨® saliva.
¡ªYo¡ esto¡ ?las dos cosas? ¡ªrespondi¨®.
¡ª?Pues dilo, Emilio, no te andes por las ramas! ¡ªexclam¨® mi madre¡ª. ?Yo tambi¨¦n estoy deseando volver! ?Con lo emocionante que est¨¢ todo!
Los dos se abrazaron.
?Estaban de acuerdo!
??bamos a regresar al campamento!
¡ª?Y qu¨¦ les decimos cuando nos vean aparecer? ¡ªpregunt¨® mi padre, dudoso.
¡ªLa verdad: que hemos venido a traer a Helena de vuelta ¡ªrespondi¨® mi madre¡ª. Lo del robo no hace falta que lo contemos de momento, que quede entre nosotros.
¡ªAy, Juana, me encanta cuando te sale la vena de detective que llevas dentro ¡ªdijo mi padre¡ª. ?En marcha, familia!
¡ª?A resolver el misterio! ¡ªdije yo.
¡ª?Y atrapar a las ladronas! ¡ªa?adi¨® Helena.
¡ªNo os veng¨¢is arriba tampoco ¡ªadvirti¨® mi madre¡ª. Vamos con pies de plomo, que una foto oscura de unas sombras no prueba nada. Tendremos que investigar y buscar pruebas decisivas antes de que descubran lo que sabemos. ?All¨¢ vamos! ?Misi¨®n Tr¨¦bol de Oro!
Era la primera vez que iba a investigar con mis padres.
Todos juntos.
Y con Helena.
Me encantaba la sensaci¨®n.
Mis padres volvieron a la cabina y arrancaron la caravana.
Enfilamos el camino de vuelta al campamento.
Helena y yo nos miramos, entusiasmados, nerviosos.
¡ªQu¨¦ nervios ¡ªdijo ella, mirando por la ventanilla¡ª.Antes de esconderme en la caravana, o¨ª a Corominas decir que iba a empezar Seguro que ya han empezado la yincana en canoa. ¡ª??Ya!? ¡ªexclam¨¦, sorprendido.
¡ªS¨ª, por lo visto el comandante quer¨ªa acabar la competici¨®n cuanto antes ¡ªrespondi¨® Helena¡ª. Tal vez lleguemos a tiempo de participar¡ mientras investigamos.
La autocaravana avanzaba muy despacio, aquel camino de tierra y piedras no permit¨ªa acelerar.
No s¨¦ cu¨¢nto tardamos, pero con la emoci¨®n del momento, y las ganas de llegar, el viaje de vuelta se me hizo largu¨ªsimo.
¡ª?Queda mucho? ¡ªpregunt¨¦.
Y al rato otra vez:
¡ª?Queda mucho?
Creo que lo pregunt¨¦ como unas quinientas veces.
¡ª?Queda much¡?
¡ª?Ya estamos! ¡ªme cort¨® mi padre¡ª. Voy a parar aqu¨ª la caravana y bajaremos andando.
Nada m¨¢s salir, contempl¨¦ al fondo el campamento. Las tiendas. El r¨ªo.
Estaba atardeciendo.
No se ve¨ªa a nadie por all¨ª.
¡ªA lo mejor est¨¢n en la caba?a ¡ªdijo Helena.
¡ªSea como sea, debemos actuar con mucha cautela ¡ªavis¨® mi padre¡ª. No podemos contarle a nadie lo que sabemos de las cuatrillizas. Es fundamental ser muy discretos. Si queremos atraparlas, nadie puede conocer que tenemos esta informaci¨®n.
¡ªPerfecto, Emilio ¡ªcontest¨® mi madre¡ª. Es una misi¨®n para la familia Garc¨ªa Casas. Y para Helena con hache tambi¨¦n, claro.
¡ªAl menos tenemos el factor sorpresa a nuestro favor ¡ªcorrobor¨® mi padre.
¡ª?Cu¨¢l es el plan, entonces? ¡ªpregunt¨® Helena.
¡ªAprovechar que tenemos informaci¨®n que nadie m¨¢s conoce ¡ªdijo Emilio¡ª. Espiar a esas cuatrillizas. Descubrir d¨®nde guardan el trofeo. ?Y pillarlas con las manos en la masa!
¡ªQu¨¦ emocionante ¡ªsuspir¨® mi madre¡ª. Esto de ser investigadora me est¨¢ gustando, no s¨¦ c¨®mo no lo hab¨ªa probado antes.
¡ªPero nos han echado del campamento ¡ªrecord¨¦¡ª. ?Qu¨¦ excusa pondremos para quedarnos?
¡ªPodemos decir que sal¨ª a caminar y me perd¨ª en el bosque y por suerte me encontrasteis y me hab¨¦is tra¨ªdo de vuelta ¡ªdijo Helena.
¡ªEso est¨¢ muy bien, pero tenemos que encontrar una raz¨®n para justificar que nos vamos a quedar aqu¨ª a pasar la noche ¡ªmusit¨® mi padre.
¡ªAl traerme de vuelta se ha estropeado el motor de la caravana y no arranca ¡ªimprovis¨® Helena¡ª. Y no ten¨¦is m¨¢s remedio que quedaros hasta que lo arregl¨¦is.
¡ªBuena idea ¡ªdijo mi madre¡ª. Si es que esta ni?a vale mucho.
Me entraron ganas de contarles a mis padres que Helena con hache era la que hab¨ªa tenido la idea de hacer el pacto secreto de los Futbol¨ªsimos,
Y que, a su lado, siempre ten¨ªas la sensaci¨®n de que todo pod¨ªa solucionarse.
Y que los Futbol¨ªsimos siempre investig¨¢bamos y resolv¨ªamos misterios imposibles.
Pero era un pacto secreto y no pod¨ªa revelarlo.
Dimos unos pasos hacia el campamento.
¡ªAbrid los ojos y aguzad los o¨ªdos ¡ªdijo mi padre¡ª. Y recordad: hay que disimular. Pase lo que pase, no le cont¨¦is a nadie que tenemos pruebas de que las cuatrillizas son las ladronas.
Los ¨²ltimos rayos de sol se filtraban a trav¨¦s de las ramas de los ¨¢rboles.
Avanzamos unos metros en direcci¨®n a la caba?a.
De repente¡ alguien empez¨® a gritar.
Eran unos gritos desgarradores.
¡ª???Socooooooooooooorro!!! ???Auxiiiiiiiiilio!!!
Angustias apareci¨® entre unos matorrales.
Arrastraba una canoa y ten¨ªa el rostro desencajado.
¡ª?Por qu¨¦ gritas as¨ª? ¡ªpregunt¨® Helena, acerc¨¢ndose.
¡ª?Qu¨¦ te pasa? ¡ªdije yo, preocupado.
Al vernos, grit¨® a¨²n m¨¢s.
Como si hubiera visto un fantasma.
¡ª?Aaaaaaaaaaah! ?Qu¨¦ hac¨¦is aqu¨ª? ¡ªpregunt¨® Angustias, hiperventilando¡ª. ?Por qu¨¦ hab¨¦is vuelto? ?No pod¨¦is estar aqu¨ª! ?Os expulsaron! ?Bueno, a Pakete! ?Y luego Helena desapareci¨®! ?Y ahora est¨¢is aqu¨ª! ?Socoooooooooorro!
¡ªTranquilo, Angustias, todo tiene una explicaci¨®n ¡ªdijo Helena.
¡ª?Tranquilo no estoy! ¡ªexclam¨® Angustias, cada vez m¨¢s nervioso¡ª. ?Es todo rar¨ªsimo! ?Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Le di un abrazo a mi amigo.
¡ªEst¨¢ todo bien, de verdad ¡ªdije.
¡ªPero ?por qu¨¦ hab¨¦is vuelto? ??por qu¨¦!? ¡ªrepiti¨®, temblando.
Le vi tan angustiado que intent¨¦ tranquilizarle y dije lo primero que me pas¨® por la cabeza:
¡ªPues hemos vuelto porque¡ o sea¡ ?porque hemos descubierto que las cuatrillizas son las ladronas y tenemos que investigar y demostrarlo!
Lo dije de carrerilla, sin pensar.
Enseguida me di cuenta de que hab¨ªa metido la pata, glups.
¡ª?Francisco! ¡ªgrit¨® mi padre, desesperado¡ª. ?No se lo pod¨ªamos contar a nadie!
¡ªPerd¨®n, pap¨¢, es que Angustias estaba muy nervioso y quer¨ªa que se calmara ¡ªme excus¨¦, y mir¨¦ a mi amigo¡ª. ?No se lo puedes contar a nadie, eh! ?Ya est¨¢s m¨¢s tranquilo?
¡ª?Noooooooooooooo! ¡ªrespondi¨® Angustias¡ª. ?Las cuatrillizas son las ladronas? ?De verdad? ?Ay, ay, ay! Creo que me est¨¢ dando un ataque de ansiedad¡ o de angustia¡ o de lo que sea¡ ?Y cuando os cuente lo que me acaba de pasar a m¨ª, vais a flipar! ?Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!