
¡ª?Yuhuuuuuuuuuuuuu! ?Nos vamos al mejor campamento del mundo!
Mi amigo Camu?as, portero de nuestro equipo de f¨²tbol, daba saltos alrededor de la fuente, en la plaza del pueblo.
¡ª?Toma! ?Toma! ?Toma! ¡ªexclam¨®.
Lanz¨® su inseparable gorra al aire y, antes de que cayera, apareci¨® Marilyn, la capitana del equipo, y la cogi¨® al vuelo.
¡ª?Est¨¢s seguro? ¡ªle pregunt¨®, desconfiada.
¡ª?Segur¨ªsimo! ?Miradlo, acaban de publicar la lista oficial en la web! ¡ªrespondi¨® Camu?as.
Emocionado, sac¨® su tel¨¦fono m¨®vil.
Todos le imitamos.
Los nueve jugadores del Soto Alto est¨¢bamos all¨ª, perplejos, intentando digerir aquella noticia.
?Ser¨ªa verdad lo que dec¨ªa Camu?as?
¡ªYo estoy muy nervioso ¡ªconfes¨® Angustias, el lateral derecho, que siempre andaba angustiado por cualquier cosa, mientras clicaba en la pantalla una y otra vez¡ª. ?No se me abre el enlace a la web!
¡ªA m¨ª s¨ª ¡ªanunci¨® Anita¡ª, la interfaz debe estar sobrecargada, pero al clicar un enlace secundario, he podido entrar sin problemas.
Anita era la portera suplente y la que mejores notas sacaba de todo sexto y puede que de todo el colegio.
¡ªNo me he enterado de nada de lo que has dicho, glups ¡ªasegur¨® Ocho, el eterno suplente y tambi¨¦n el m¨¢s bajito del equipo¡ª. D¨¦jame ver.
Nos arremolinamos todos alrededor de Anita.
Ella hab¨ªa conseguido entrar en la web principal de El Tr¨¦bol.
A toda pantalla iban apareciendo los nombres de los cuatro equipos seleccionados.
Hab¨ªa una enorme expectaci¨®n.
Por fin se anunciaban los elegidos.
TEAM 1. Manchester City.
¡ªNormal, son buen¨ªsimos ¡ªafirm¨® Camu?as¡ª. Han ganado todos los torneos nacionales e internacionales en categor¨ªa infantil del ¨²ltimo a?o.
TEAM 2. Boca Juniors.
¡ª?El equipo argentino m¨¢s famoso! ¡ªexclam¨® Tomeo, el defensa central, que no se perd¨ªa detalle mientras engull¨ªa unas rosquillas con mermelada¡ª. Lo s¨¦ porque mi padre vivi¨® en Argentina cuando era joven y siempre dice que el Boca es el mejor equipo de f¨²tbol que existe.
TEAM 3. Tao Feiyu.
¡ª??Eh!?
¡ª?Esos qui¨¦nes son?
¡ªNi idea ¡ªadmiti¨® Anita¡ª. Supongo que ser¨¢ un equipo chino.
Ni siquiera Anita los conoc¨ªa, pero ya habr¨ªa tiempo para enterarse.
Quedaba por salir el nombre del ¨²ltimo equipo.
¡ªQue salga ya, por favor, me va a dar algo ¡ªsuplic¨® Angustias.
Las letras doradas estallaron en pedacitos y se fue formando delante de nuestros ojos el nombre del cuarto y ¨²ltimo participante.
TEAM 4¡
Nos quedamos en silencio.
Muy concentrados.
Y¡
?Soto Alto!
?All¨ª estaba!
?Nuestro equipo!
?Hab¨ªamos sido seleccionados para ir al campamento EL TR?BOL!
TEAM 4. SOTO ALTO F?TBOL CLUB.
¡ª??Lo veis!? ?Os lo hab¨ªa dicho! ¡ªdijo Camu?as.
¡ª?O¨¦, o¨¦, o¨¦! ¡ªgritamos, felices, entusiasmados¡ª. ?Nos vamos al Tr¨¦bol! ?O¨¦, o¨¦, o¨¦!
Toni, el m¨¢ximo goleador del equipo, que a veces puede ser un poco chulito, peg¨® un brinco y se subi¨® a la fuente.
¡ª?Van a flipar con Toni Superstar! ¡ªbram¨®.
Y empez¨® a hacer posturitas, como si hubiera marcado un gol o algo as¨ª.
¡ª?No te vengas arriba, Superstar! ¡ªdijo Ocho¡ª. ?Al agua!
?Y le empuj¨® dentro de la fuente!
?CHOOOOOF!
Toni cay¨® al agua y se empap¨® de la cabeza a los pies.
¡ª?Ahora ver¨¦is! ¡ªdijo, asom¨¢ndose desde el interior de la fuente.
Empez¨® a salpicarnos y a mojarnos a todos.
Entre risas, todos los miembros del Soto Alto fuimos saltando al agua.
¡ªYo no s¨¦ si meterme, se me puede cortar la digesti¨®n ¡ªmurmur¨® Angustias.
¡ª?Has comido hace poco? ¡ªle pregunt¨® Tomeo.
¡ªNo, qu¨¦ va, hace cuatro o cinco horas por lo menos ¡ªcontest¨® Angustias¡ª, pero por si acaso me da un corte retroactivo¡
No pudo seguir hablando.
Anita y Marilyn tiraron de ¨¦l y le arrastraron al agua.
¡ªAh, pues est¨¢ un poco fresquita ¡ªsuspir¨® Angustias.
Todos los dem¨¢s saltaron dentro.
Los ¨²ltimos en meternos fuimos Helena y yo.
Voy a hablaros un momento de Helena con hache.
Es la mejor jugadora del Soto Alto.
Tiene unos ojos enormes.
Y cuando me mira fijamente parece que puede leerme el pensamiento.
¡ª?No est¨¢s contento de que nos hayan seleccionado en El Tr¨¦bol? ¡ªme dijo.
¡ªS¨ª, s¨ª ¡ªrespond¨ª¡ª. Lo que pasa es que, o sea, ?por qu¨¦ nos han elegido? No somos tan buenos¡ ?Y qu¨¦ tendremos que hacer all¨ª? Es un mes entero, y ese campamento es famoso porque las actividades son muy intensas y¡
¡ªPiensas demasiado ¡ªme cort¨®¡ª. Es el mejor campamento de verano del mundo. Todos quieren ir. ?Y nos han elegido a nosotros!
Me cogi¨® de la mano y a?adi¨®:
¡ªTodo va a salir fenomenal. Estaremos juntos y haremos lo que m¨¢s nos gusta: jugar al f¨²tbol.
¡ªSupongo que tienes raz¨®n¡
¡ªHelena, Pakete, ?ven¨ªs a la fuente o qu¨¦? ¡ªpregunt¨® Marilyn¡ª. Solo falt¨¢is vosotros dos.
Pakete soy yo.
O sea, me llamo Francisco, pero todos me llaman Pakete desde que fall¨¦ cinco penaltis seguidos en la Liga Intercentros.
Acabo de cumplir once a?os.
Y quiero dejar clara una cosa:
A pesar de lo que dicen algunos listillos, Helena no me gusta.
¡ªYa est¨¢n haciendo manitas esos dos ¡ªsolt¨® Ocho.
¡ªUuuuuuuuuh, siempre igual, ja, ja, ja ¡ªse rieron todos.
Le solt¨¦ la mano a Helena y me puse un poco rojo.
¡ªNo est¨¢bamos haciendo manitas ¡ªprotest¨¦.
¡ªYa vamos ¡ªdijo Helena.
De un salto subimos a la fuente y los dos nos tiramos al agua a la vez.
???SPLAAAAAAAAAAAAAASSSSHHHH!!!
Chapoteamos, nos mojamos unos a otros y nos re¨ªmos.
Los nueve jugadores de Soto Alto est¨¢bamos metidos en la fuente del pueblo, celebrando el que iba a ser el mejor verano de nuestras vidas.
¡ª?Soto Alto, o¨¦, o¨¦, o¨¦! ?So-to Al-to ga-na-r¨¢ ra-ra-r¨¢!
Poco a poco fueron llegando m¨¢s y m¨¢s personas a la plaza.
Nos miraban sorprendidos.
No era habitual ver a un grupo de ni?os dentro de una fuente.
Adem¨¢s nuestro pueblo, Sevilla la Chica, es un lugar peque?o, y la noticia del campamento debi¨® correr muy deprisa.
Enseguida todos los presentes empezaron a corear:
¡ª?Al Tr¨¦bol, o¨¦, o¨¦, o¨¦! ?Al Tr¨¦bol, o¨¢, o¨¢, o¨¢!
Nos aplaud¨ªan y se re¨ªan con nosotros.
La alegr¨ªa y felicidad del momento resultaba contagiosa.
Hasta que se abri¨® la puerta del ayuntamiento de par en par y apareci¨® Laura, la alcaldesa.
Se plant¨® en mitad de la plaza con los brazos en jarras.
¡ªPero¡ pero¡ pero¡ ??se puede saber qu¨¦ hac¨¦is!? ?No est¨¢ permitido ba?arse ah¨ª! ¡ªgru?¨®, muy seria.
¡ªPerdona, mam¨¢, es que nos han elegido para el campamento de El Tr¨¦bol ¡ªse excus¨® Anita.
¡ªNi tr¨¦bol ni clavel, meterse en la fuente es vandalismo ¡ªreplic¨® Laura, que adem¨¢s de alcaldesa era la madre de Anita¡ª. Sois unos gamberros¡ sois unos alborotadores¡ sois¡
Se ajust¨® las gafas y se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo.
¡ª?Os han cogido en El Tr¨¦bol? ?De verdad? ?Por eso os hab¨¦is metido en la fuente? ¡ªpregunt¨® at¨®nita.
Todos asentimos.
La expresi¨®n de su rostro cambi¨® de repente.
Nos se?al¨® y, cuando ya cre¨ªamos que nos iba a castigar, exclam¨®:
¡ªSois¡ ?maravillosos! ?El Soto Alto al campamento El Tr¨¦bol! ?Ole, ole y ole!
Sin pensarlo dos veces, Laura peg¨® tres zancadas y¡
¡ª?Bombaaaaaaa!
Se lanz¨® al agua a bomba.
???SPLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASH!!!
Estaba entusiasmada.
¡ª?Ay, qu¨¦ alegr¨ªa tan grande! ?Sois el orgullo del pueblo!
Antes de que pudi¨¦ramos reaccionar, ella tambi¨¦n empez¨® a chapotear dentro de la fuente, nos salpicaba, se re¨ªa y aplaud¨ªa emocionada.
¡ªMola tu madre ¡ªdijo Ocho.

¡ªA veces ¡ªmurmur¨® Anita.
Con el vestido completamente empapado, Laura se puso de pie en lo m¨¢s alto de la fuente y escupi¨® un chorrito de agua.
Sonri¨® de oreja a oreja, mirando a todos los vecinos que se hab¨ªan ido agolpando en la plaza.
¡ªYa ver¨¦is, ahora empieza a soltar el rollo ¡ªadvirti¨® Anita¡ª. En cuanto se juntan m¨¢s de cuatro personas del pueblo, no falla, zas, discurso al canto.
Laura se aclar¨® la voz y dijo:
¡ªComo alcaldesa vuestra que soy, os debo una explicaci¨®n, y esa explicaci¨®n que os debo, os la voy a pagar. Os anuncio que nuestro querido equipo de f¨²tbol infantil, el Soto Alto, ha sido elegido para participar en una competici¨®n internacional de primera categor¨ªa: El Tr¨¦bol.
¡ªCre¨ªa que era un campamento con actividades deportivas, no una competici¨®n ¡ªapunt¨® Marimar, la madre de Helena, que acababa de llegar a la plaza.
¡ªYa, bueno ¡ªdijo Laura¡ª, lo importante es que cuando el mundo entero est¨¦ mirando al Tr¨¦bol, nuestro pueblo va a estar muy bien representado por estos ni?os incre¨ªbles, ejemplares, mod¨¦licos¡
Nos mir¨® un momento: Ocho haciendo gorgoritos en el agua, Tomeo zamp¨¢ndose una rosquilla empapada, Anita con las gafas llenas de agua, Angustias temblando de fr¨ªo y los dem¨¢s¡ bueno, est¨¢bamos empapados, con cara de no saber qu¨¦ deb¨ªamos hacer.
¡ªY para asegurarnos de que todo va a salir bien ¡ªsigui¨® Laura¡ª, acabo de tomar una decisi¨®n como madre y alcaldesa. ?Yo misma en persona ir¨¦ con el Soto Alto al campamento de verano!
¡ªNo tengas morro, Laura, ni siquiera te gusta el f¨²tbol ¡ªintervino Esteban, el director del colegio, muy serio, desde un extremo de la plaza¡ª. T¨² quieres ir porque sabes que all¨ª habr¨¢ un mont¨®n de periodistas.
¡ªLos adultos que acompa?en a los ni?os habr¨¢ que elegirlos en una asamblea ¡ªpropuso Marimar.
¡ª?Eso: asamblea y votaci¨®n! ¡ªle secundaron algunos.
Todos empezaron a discutir sobre el m¨¦todo de elecci¨®n.
¡ªOjo, que las asambleas las carga el diablo ¡ªadvirti¨® Laura, sin perder la sonrisa¡ª. Como alcaldesa vuestra que soy, me debo al pueblo, y aunque El Tr¨¦bol est¨¦ muy lejos y suponga pasar un mes fuera de casa¡ ?Yo me sacrifico!
¡ªA lo mejor otros tambi¨¦n queremos ir ¡ªinsisti¨® Esteban¡ª. Yo siempre he estado ah¨ª apoyando al equipo.
¡ªPor supuesto, no ir¨¦ yo sola, tendr¨¢n que venir m¨¢s adultos ¡ªterci¨® Laura¡ª. Vendr¨¢n los entrenadores¡ y alg¨²n otro que sea responsable, serio, prudente¡
En ese preciso instante, entraron en la plaza mis padres dando botes, agarrados el uno al otro.
¡ª?Nos vaaaaamos al Tr¨¦bol, o¨¦, o¨¦, o¨¦! ¡ªcoreaban a pleno pulm¨®n¡ª. ???Nos vamos al Tr¨¦bol, o¨¦, o¨¦, o¨¦!!!
Mi madre se llama Juana y trabaja en una tienda de regalos. Le encanta el f¨²tbol y viajar¡ y cantar.
Mi padre, Emilio, durante varios a?os fue el polic¨ªa municipal del pueblo, ahora es detective privado. Y canta de pena.
Muchas veces nos han acompa?ado a distintos torneos por lugares remotos.
¡ª?Qu¨¦ maravilla todo! ¡ªexclam¨® mi madre¡ª. ?Y d¨®nde est¨¢ El Tr¨¦bol ese?
¡ªEn los Pirineos aragoneses, Juana, que te lo acabo de decir¡ªcontest¨® mi padre, dando saltitos de entusiasmo¡ª. ?O¨¦, o¨¦, o¨¦!
¡ªMira qu¨¦ bien, va a ser nuestra primera vez en Arag¨®n ¡ªsolt¨® mi madre¡ª. ?Ay, qu¨¦ orgullosa estoy!
¡ªBueno, los acompa?antes a¨²n no est¨¢n decididos ¡ªintervino Laura¡ª. Excepto yo, que eso s¨ª est¨¢ decidido, je, je. Ahora saldremos de la fuente y¡
¡ª?Eso, todos a la fuente! ¡ªgrit¨® mi padre, levantando los brazos en se?al de victoria.
¡ªNo, no, es un monumento p¨²blico y se puede deteriorar ¡ªpidi¨® Laura.
¡ªPero si t¨² eres la primera que se ha metido ¡ªrecord¨® Marimar.
¡ªYa, bueno, yo soy la alcaldesa y tengo una responsabilidad con el patrimonio municipal y¡ ¡ªintent¨® decir Laura, desde el interior de la fuente.
¡ª?Al agua todos! ¡ªle interrumpi¨® mi padre, que ni siquiera la o¨ªa.
Euf¨®ricos, mis padres se metieron dentro de la fuente y detr¨¢s de ellos, un mont¨®n de vecinos.
Marimar.
Esteban.
Y much¨ªsima m¨¢s gente.
Aquello era una locura.
No cab¨ªamos tantas personas dentro de la fuente, el agua se desbordaba.
¡ª?El trenecito! ¡ªgrit¨® mi madre.
Todos nos pusimos en fila, agarrando por la cintura al que ten¨ªamos delante.
Mi madre iba en cabeza, dando patadas al agua, bailando y cantando.
¡ª?So-to Al-to O¨¦! ?So-to Al-to O¨¢!
¡ª?Me encanta esta celebraci¨®n! ¡ªgrit¨® mi padre.
¡ª?Pues ya ver¨¢s cuando ganemos algo! ¡ªavis¨® mi madre.
Laura, viendo que aquello era imparable, se uni¨® a la fiesta.
¡ªComo alcaldesa vuestra que soy, una cosa os digo¡ ?Viva Sevilla la Chica! ?Viva Soto Alto! ?Y viva El Tr¨¦bol!
Estuvimos all¨ª casi toda la tarde.
Aunque hac¨ªa bastante calor, nadie ten¨ªa ganas de irse.
Todos los que se asomaron a la plaza, terminaron empapados.
Aquella fiesta improvisada dur¨® casi hasta la noche.
Hubo m¨¢s bailes y c¨¢nticos.
Alicia y Felipe, nuestros entrenadores, llegaron corriendo en cuanto se enteraron.
Al ver todo aquel gent¨ªo brincando y cantando se quedaron pasmados.
¡ªPero ?qu¨¦ se festeja exactamente? ¡ªpregunt¨® Alicia.
¡ªNo lo s¨¦ muy bien, algo de un campamento de verano, me parece ¡ªexplic¨® Antonia Bermejo, la jefa de polic¨ªa, que tambi¨¦n se hab¨ªa unido a la celebraci¨®n.
¡ªAy, ?no ser¨¢ El Tr¨¦bol? ¡ªdijo Felipe.
¡ªCreo que s¨ª¡
¡ª?Vaaaaaamos, equipo! ¡ªgrit¨® Alicia.
Euf¨®ricos, nuestros entrenadores se abrieron paso entre hasta la fuente y nos abrazaron.
¡ª?Que nos vamos al Tr¨¦bol! ¡ªdijo Alicia, emocionada.
¡ªOs lo merec¨¦is ¡ªasegur¨® Felipe¡ª. Y nosotros tambi¨¦n, ja, ja, ja.
Que yo sepa, somos el ¨²nico equipo del mundo que tiene dos entrenadores. Alicia y Felipe se casaron en la isla de Tabarca durante uno de nuestros torneos. Pero esa es otra historia.
Pr¨¢cticamente todo el pueblo se reuni¨® all¨ª aquella tarde.
Incluso mi hermano V¨ªctor fue a la plaza.
¡ª?Menuda potra ten¨¦is, enano, os vais al mejor campamento de todos los tiempos! ¡ªdijo al verme.
V¨ªctor tiene catorce a?os y siempre se queja por todo.
Pero ese d¨ªa nadie protest¨®.
Todos ten¨ªamos ganas de re¨ªrnos y celebrar.
Mis compa?eros y yo m¨¢s que nadie.
Fue un d¨ªa inolvidable, est¨¢bamos a punto de vivir una aventura incre¨ªble.
Entonces, al anochecer, apareci¨® alguien m¨¢s en la plaza:
Un anciano con el pelo y la barba blanca, completamente vestido de negro.
¡ª?El campamento de El Tr¨¦bol es una trampa! ¡ªbram¨®¡ª. ?Deb¨¦is andar con mucho cuidado!
Todos le observamos sin comprender de d¨®nde hab¨ªa salido.
¡ª?A qu¨¦ viene eso, buen hombre? ¡ªle pregunt¨® mi madre¡ª. ?Y qui¨¦n es usted?
¡ªMe presento: me llamo Benem¨¦rito Piedrasantas ¡ªdijo, muy solemne¡ª. Y he venido en cuanto me he enterado¡ ?no vay¨¢is a ese campamento! ?Es muy peligroso!
Un murmullo recorri¨® la plaza.
¡ªOiga, no asuste a los ni?os ¡ªle pidi¨® Esteban.
¡ªNi a los mayores tampoco, yo ya estoy muerto de miedo ¡ªsuspir¨® mi padre.
Benem¨¦rito era un hombre menudo, pero de gran personalidad.
Se coloc¨® en mitad de la plaza, se subi¨® a una silla del bar y exclam¨®:
¡ª?Muchos equipos que van de vacaciones a El Tr¨¦bol nunca vuelven! ?Otros regresan agotados y denuncian a los organizadores! ?Pod¨¦is comprobarlo! ?Estoy aqu¨ª para advertiros¡!
Ocho peg¨® un respingo al reconocerle.
¡ª?Abuelo! ¡ªgrit¨®¡ª. ?Qu¨¦ haces aqu¨ª? ?Por qu¨¦ dices esas cosas?
¡ªCari?o, lo hago por ti¡ y por tus amigos ¡ªrespondi¨® ¨¦l¡ª. Alguien tiene que parar los pies al Tr¨¦bol. ?No deb¨¦is ir bajo ning¨²n concepto!
¡ªToma tomate, el viejo es el abuelo de Ocho ¡ªmurmur¨® Camu?as.
¡ªLa verdad es que se parecen ¡ªse?al¨® Marilyn¡ª. Es igual que Ocho, pero con barba y setenta a?os m¨¢s.
¡ª?He so?ado que el Soto Alto se iba al campamento¡ y no volv¨ªan nunca! ¡ªasegur¨® Benem¨¦rito.
Laura le invit¨® a bajar de la silla.
¡ªNormal que un abuelo se preocupe por su nieto ¡ªdijo la alcaldesa¡ª, pero los ni?os viajar¨¢n con todas las garant¨ªas de seguridad, no se preocupe.
¡ªS¨ª me preocupo, nadie conoce la verdad sobre El Tr¨¦bol ¡ªresopl¨® el hombre, apoy¨¢ndose en Laura para bajar al suelo¡ª. ?Es muy tarde? Estoy muy cansado¡
¡ªClaro, normal, ahora le acompa?aremos de vuelta a casa ¡ªsonri¨® Laura, sigui¨¦ndole la corriente.
¡ªYo voy contigo, abuelo ¡ªsalt¨® Ocho, agarr¨¢ndole de la mano.
Entre Laura y Ocho lo fueron sacando de la plaza.
¡ªPrimero a descansar, y luego ya nos contar¨¢ todo lo que usted quiera sobre El Tr¨¦bol ¡ªdijo Laura.
Los tres enfilaron la calle principal del pueblo.
Daba mucha ternura verlos alejarse, pasito a pasito.
Aquello marc¨® el final de la celebraci¨®n.
Todos nos quedamos un poco preocupados despu¨¦s de o¨ªr al abuelo de Ocho.
¡ª?Y si tiene raz¨®n? ?Y si no volvemos nunca? ¡ªpregunt¨® Angustias.
¡ªPor favor, el hombre no sab¨ªa lo que dec¨ªa, no vamos a asustarnos por algo as¨ª ¡ªintervino Toni, quit¨¢ndole importancia.
Supongo que Toni ten¨ªa raz¨®n, pero era imposible no pensarlo.
Al d¨ªa siguiente, empezamos a organizar el viaje. Hab¨ªa mucho que hacer.
El campamento se encontraba en los Pirineos, en un lugar remoto llamado el Valle de los cuatro ojos. Entre cuatro monta?as m¨ªticas: Auriga, Berenice, Casiopea y Delphinus.
Para llegar al valle, ten¨ªamos que coger un tren, despu¨¦s un avi¨®n y por ¨²ltimo un autob¨²s.
Iban a ser cuatro semanas llenas de actividades.
Por lo visto, el torneo del Tr¨¦bol inclu¨ªa cuatro disciplinas deportivas.
Lo que ellos llamaban las cuatro ?hojas? del tr¨¦bol.
Hoja 1. Waterpolo en el r¨ªo.
Hoja 2. Yincana en canoa.
Hoja 3. Carreras de tirolinas.
Hoja 4. Gran final: torneo de f¨²tbol.
El equipo que ganara se llevar¨ªa El Tr¨¦bol de Oro y, seg¨²n contaba la leyenda, sus integrantes tendr¨ªan suerte para el resto de su vida.
Ahora solo quedaba decidir qu¨¦ adultos nos acompa?ar¨ªan al campamento.
Solo hab¨ªa una plaza libre.
Las normas del Tr¨¦bol indicaban claramente que cada equipo deb¨ªa ir acompa?ado de cuatro adultos.
En aquel lugar todo giraba alrededor del n¨²mero cuatro.
Alicia y Felipe iban fijos como entrenadores.
Laura se hab¨ªa autoinvitado como alcaldesa.
Y para la ¨²ltima plaza hab¨ªa varios candidatos.
Mi madre, Juana, insisti¨® en que ella siempre iba con el Soto Alto, y que adem¨¢s hab¨ªa sido nuestra entrenadora tiempo atr¨¢s, se lo merec¨ªa m¨¢s que nadie.
Esteban, el director, insisti¨® en que lo m¨¢s l¨®gico es que viajara ¨¦l como representante del colegio.
Y, por ¨²ltimo, surgi¨® un candidato sorpresa: Benem¨¦rito Piedrasantas.
El abuelo de Ocho se present¨® voluntario para viajar con nosotros al campamento. Seg¨²n ¨¦l, era muy importante que nos acompa?ara por su gran experiencia.
Cada uno expuso sus razones, y ninguno de los tres ced¨ªa.
El caso es que solo hab¨ªa plaza para uno.
El domingo por la tarde hubo asamblea general en el colegio para votar y tomar una decisi¨®n.