Fiesta ibicenca en el barro

Dos derrotas y cero goles. Ese es el balance del ¡®baby Castilla¡¯ en el arranque de curso. Un filial digno de Cambio Radical: s¨®lo Asencio contin¨²a con respecto al once de la temporada pasada (y Manuel ?ngel, pero ha sido baja por molestias). Echen la vista atr¨¢s un momento: Ca?izares, Tobias, Carrillo, Marvel, Obrador, Mario Mart¨ªn, Theo Zidane, Nico Paz y ?lvaro Rodr¨ªguez. Ninguno sigue. Nueve de los once habituales, fuera. Ra¨²l arranca un coche nuevo. Con piezas mezcladas entre el C y, sobre todo, el Juvenil A. Que promete pero, por ahora, se cala.

Fue una derrota con brotes verdes: el juego fue malo, plano, lento. Muy previsible. Muy mejorable. Pero en jugadores como Yusi, De Llanos o V¨ªctor Mu?oz hay destellos. En este tipo de escenarios, adem¨¢s de Par¨ªs, siempre quedar¨¢n las individualidades. Y en un Castilla que requiere m¨¢s trabajo, al menos queda el consuelo que tiene materia con la que trabajar. El problema est¨¢ arriba: no hay pegada. No hay gol. Ni uno en 180 minutos. El equipo genera y llega, pero no atina. Asoma un problema por debajo de la puerta.

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Un ¡®patatal¡¯

Tampoco ayud¨® el estado del c¨¦sped del Di St¨¦fano: un patatal como pocas veces. Acostumbra este estadio a rozar lo inmaculado y, precisamente por ello, se eleva la sorpresa. No sirve de excusa para nadie. Salvo los responsables del mismo. El Ibiza, que no estuvo bien en la primera parte, subi¨® una marcha en la segunda y le vali¨®. Porque hasta entonces se aferr¨® a la firmeza de Ram¨®n Juan, guardameta y guardi¨¢n a tiempo completo. Fue el MVP con diferencia. Y no por cantidad, sino por calidad: tuvo dos o tres intervenciones sobresalientes.

Hasta el punto de eclipsar la noche de Naranjo, del banquillo a la gloria en apenas una hora. Entr¨® por el lesionado Mo Dauda, estir¨® al equipo y, ya en la segunda parte, hall¨® el oro con un testarazo. Centro desde la derecha, gana la espalda a la defensa y remata a la red. La toca Fran Gonz¨¢lez, pero no desv¨ªa lo suficiente. Si no llega un gigante de dos metros, poco que a?adir.

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Sin Gonzalo y el ¡®amuleto¡¯

A partir de ah¨ª, paso al frente del filial, reanimado por la electricidad de Yusi, voltios de desfibrilador pegado a la cal. Una vez, otra y otra. Centros cargados de veneno que no llegaban a perforar vena. Un diluvio de s¨ª pero noes. Lo roz¨® el filial. Porque las tuvo. Pero le falta p¨®lvora y, en noches as¨ª, echa de menos a Gonzalo y J¨¦remy de Le¨®n, ambos lesionados. Le habr¨ªan venido como agua de mayo.

El Castilla perdi¨®. Segunda jornada y segunda derrota. Otra vez sin ver puerta. No es un mayday, porque incluso en el peor de los escenarios ser¨ªa tremendista acudir ya a ¨¦l, pero es innegable que este equipo a¨²n no ha dado con la tecla. Su f¨²tbol es muy mejorable y su pegada, ¨ªdem. Por ahora, alerta amarilla. Y fiesta ibicenca. Incluso sobre el barro del Di St¨¦fano. De hecho, sobre el barro del Di St¨¦fano.