Las cosas de Curbelo pasan por algo
El defensa cumple ma?ana 150 partidos con Las Palmas. Otrora tentado por Villarreal y Real Madrid, contin¨²a siendo intocable cuatro a?os despu¨¦s.
En el centro de Gran Canaria se asoma, entre el Barranco Guiniguada y fastuosas monta?as, la Villa de Santa Br¨ªgida. All¨ª, d¨¢ndole patadas a un bal¨®n de f¨²tbol, comenz¨® el pico y pala de uno de los centrales m¨¢s solventes que ha tenido la UD Las Palmas en el presente siglo. De un tiempo a esta parte, la defensa del equipo grancanario no se entiende sin la aguerrida presencia de Eric Curbelo. Este fin de semana cumple 150 partidos con el primer equipo amarillo, posteriores a una trayectoria que tuvo de todo, hasta misteriosas lesiones.
Hay quien sostiene, sin atender a casualidades, que todo en la vida pasa por algo. Por eso, un ejemplo palmario del brillante porvenir futbol¨ªstico que se le intu¨ªa a este pibe de rubio flequillo estuvo en que, siendo uno de las joyas del club de su pueblo, acaso un pueblo de una isla en medio del Atl¨¢ntico, estuvo en los cantos de sirena que escuchaba desde que era un ni?o. Tan bueno era Curbelo que dos de las canteras m¨¢s poderosas de Europa tuvieron conocimiento de su capacidad, por lo que su salto a la Pen¨ªnsula era cuesti¨®n de tiempo.
Su periplo en el Villa de Santa Br¨ªgida dur¨® hasta completar la categor¨ªa infantil. Hasta aqu¨ª vinieron a verlo desde el Villarreal y Real Madrid, tan interesados ambos en probarle en vivo y en directo. De hecho, el propio Curbelo, junto a su familia, se mont¨® en un avi¨®n en busca de un sue?o que amanec¨ªa demasiado temprano. Imposible no ilusionarse. Cuando era apenas un alev¨ªn, todo parec¨ªa hecho con el propio Villarreal, que finalmente le extendi¨® un contrato y condiciones que no es que fueran las mejores, por lo que hubo ni firma ni fichaje.
Curbelo se empe?aba en seguir demostrando que, por talento, su sitio estaba m¨¢s all¨¢ de su pueblo. Tal fue su empe?o que, ya en categor¨ªa infantil, el Madrid llam¨® a su puerta. Por desgracia, su frustado fichaje por el club blanco tampoco es que tuviera que ver con motivos deportivos, pues en un reconocimiento m¨¦dico se le ¡°detect¨®¡± una lesi¨®n de rodilla de la que, a d¨ªa de hoy, ni siquiera el propio futbolista tiene constancia.
Le lleg¨® entonces la edad cadete, cuando fich¨® por el Universidad. Dos a?os despu¨¦s, ni que estuvieran condenados a entenderse desde mucho antes, Curbelo se estren¨® como juvenil con Las Palmas, que tuvo a bien cederlo a la UD Telde. All¨ª, en el municipio anexo a la capital grancanaria, debut¨® en Tercera Divisi¨®n de la mano de Pacuco Rosales, hist¨®rico entrenador de la Uni¨®n Deportiva y uno de las personas m¨¢s respetados del f¨²tbol insular. De ah¨ª se march¨® cedido al Leioa, en lo que era la Segunda B, pero su ma?a experiencia en el equipo vasco le trajo de vuelta a Gran Canaria. Al final, el salto a la Pen¨ªnsula lleg¨® una d¨¦cada despu¨¦s y no precisamente a donde tanto so?¨®.
Alineaci¨®n de astros.
Para ¡°llegar¡±, el componente suerte en el f¨²tbol se hace cada d¨ªa m¨¢s necesario. Su sitio en Las Palmas, una vez regres¨® de una estancia peninsular que a punto de producirse mucho antes y en circunstancias totalmente opuestas, estaba en el filial, en Segunda B. Pero ocurre que, en su caso, los astros comenzaban a alinearse. Su juego y el momento le invitaban, cada d¨ªa m¨¢s, a subir de piso.
Ocurre que, en el curso 2017-18, Las Palmas tuvo un triste vagar por Primera Divisi¨®n, lo que se tradujo en un descenso todav¨ªa m¨¢s doloroso. Esa temporada juega 26 partidos en el filial amarillo a las ¨®rdenes de Juan Manuel Rodriguez, quien poco a poco cae rendido a su talento. Tanto fue as¨ª que, a la temporada siguiente, compite todos los minutos posibles de las 16 primeras jornadas ligueras, parando la 17? tras haber acumulado cinco tarjetas amarillas. Por edad y rendimiento el filial dej¨® de ser su h¨¢bitat natural. No solo eso, sino que a los mayores les costaba m¨¢s de lo imaginado adaptarse a Segunda Divisi¨®n. Tan necesitado el primer equipo de referentes caseros, lesiones tambi¨¦n, se aceler¨® la sucesi¨®n natural de los acontecimientos.
Desde entonces, por m¨¢s competencia que haya tenido, lo mismo da que sea como lateral derecho que como central, Eric Curbelo ha sido indiscutible en la defensa de Las Palmas igualmente para Paco Herrera que para Pepe Mel o Garc¨ªa Pimienta. Tanto es as¨ª que, en apenas cuatro a?os, suma ya 149 partidos oficiales: 143 de liga, 2 de playoff de ascenso y 4 de Copa del Rey. Ma?ana cumple otra cifra redonda, empatando a Sergio Araujo en la 69? posici¨®n de tan distinguida clasificaci¨®n.
Sin ir m¨¢s lejos, esta temporada ha jugado en 27 de los 28 partidos, siendo titular en 24. Acumula un gol y 2.175 minutos sobre el c¨¦sped, el l¨ªder de su equipo en este apartado.
Pudo abrirse camino en el Villarreal. Tambi¨¦n en el Real Madrid. M¨¢s f¨¢cil lo hubiera tenido, desde luego. Por eso tiene m¨¢s m¨¦rito. Cosas de un destino con el que cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s cerca de cobrarse la deuda. No lleg¨® a Las Palmas hasta que fue juvenil. Parec¨ªa que su carrera se pod¨ªa torcer pero la encauz¨® en su casa, en el equipo de su isla, con el que tiene contrato hasta el a?o que viene. Sigue su camino en Gran Canaria con un destino final m¨¢s que claro. Los astros se alinean mientras las cosas siguen pasando por algo. Todo el trabajo de tantos a?os. Un a?o m¨¢s de contrato. La historia se cuenta sola.