La defensa es el mejor ataque

La Liga es campo minado, incluso para el supercampe¨®n. Un Almer¨ªa estupendo incluso sin fichajes anduvo cerca de bajar al Madrid del arco del triunfo. Marc¨® de salida, aprovechando una de esas ca¨ªdas de tensi¨®n que atacan al equipo blanco en el amanecer de los partidos, y resisti¨® luego heroicamente las acometidas de Vinicius, la fuerza armada del equipo. Tard¨® en salir del trance el Madrid con goles de dos defensas, Lucas V¨¢zquez y Alaba, que convirti¨® un golpe franco en el primer bal¨®n que tocaba, y qued¨® convencido Ancelotti que las rotaciones deben servirse en peque?as dosis.

Agosto es un mal trago para la mayor¨ªa de los equipos de la Liga porque hay que repartir mucho el tiempo: comprar, vender, darle una mano de pintura al l¨ªmite salarial y caminar sobre el alambre de las inscripciones mientras se juega. Y los puntos de estas tres jornadas valen lo mismo que en diciembre o abril. Al Almer¨ªa le ha pillado en esas, con sus grandes figuras, Umar Sadiq y Ramazani, sin saber si se estrenan o se despiden y con media decena de jugadores esperando que el club abra un pasillo financiero que les meta en la Liga. As¨ª que jug¨® con lo puesto, que es pr¨¢cticamente lo mismo que le llevo a Primera, categor¨ªa que solo hab¨ªa pisado Ely. Y con eso ofreci¨® una imagen excelente que los vengan deber¨¢n mantener.

Al otro lado qued¨® un Madrid libre de esa tensi¨®n, m¨¢s retocado que reformado y presuntamente mejor alimentado del centro del campo hacia atr¨¢s que en a?os anteriores. Lo dijo Ancelotti con su alineaci¨®n: tres cambios en defensa y dos en el centro del campo, una sacudida de un t¨¦cnico que toca poco los onces para no estropear nada. Pero prescindir de Modric y Casemiro de un golpe es pisar un cable. Tchouameni a¨²n no le ha tomado la temperatura al equipo y a Camavinga le falta temple.

El gol de Ramazani

As¨ª que el partido comenz¨® por el lado inesperado. O no tanto, porque los desmayos iniciales del Madrid est¨¢n diagnosticados pero no suficientemente tratados. Al Almer¨ªa le bastaron seis minutos para desmentir el catastrofismo de su propietario (aquello de la goleada que se avecinaba). Un Eguaras excepcional toda la noche mand¨® una pelota a la espalda de R¨¹diger y Nacho, que se conocen poco y no adivinaron la arrancada a reacci¨®n de Ramazani, que super¨® con facilidad a Courtois. Un cambio de registro y un partido en ebullici¨®n a partir de entonces, porque aquello desat¨® una tormenta del Madrid. Tres remates de Valverde salvados por Fernando, una ocasi¨®n de las que no se le van a Benzema que s¨ª se le fue esta vez, un pelotazo de R¨¹diger salvado por Kaiky, doce corners y 17 remates en 45 minutos... y un zapatazo de Sadiq, tras error de Tchouameni, que asust¨® de verdad para que quedase constancia de que el Almer¨ªa no estaba solo en un lado del campo.

El tiroteo dur¨® casi media hora. A partir de ah¨ª el Madrid moder¨® su impulso y el Almer¨ªa encontr¨® mejor refugio. En partidos as¨ª resulta imposible no echar en falta a Modric, el futbolista que m¨¢s mejora la circulaci¨®n del equipo. Cegado en el centro, donde Tchouameni y Camavinga ofrec¨ªan m¨¢s fuerza que ma?a, Vinicius se meti¨® el partido en la mochila. Es el eterno maillot de la combatividad en el Madrid. Busc¨® una y otra vez a Chumi, central obligado a jugar de lateral por la no inscripci¨®n de Pozo y Mendes, y encabez¨® ese asedio del Madrid, que cerca del descanso retom¨® el fuego de mortero: dos remates fallidos de Benzema, dos paradas de Fernando a intentos del propio Vinicius y R¨¹diger y un gol anulado a Lucas V¨¢zquez por un flequillo.

Alaba es un tiro

En el descanso qued¨® declarado el estado de emergencia: Modric por Camavinga. Una vuelta a los cl¨¢sicos. Un cambio sustancial, pero el mismo partido: un Madrid vencido a la izquierda que apilaba oportunidades y un Almer¨ªa con cierta respuesta por parte de su pareja atacante. En diez minutos Fernando, el salvavidas, detuvo tres remates y vio c¨®mo rozaba el palo un centro chut de Vinicius.

A media hora del final Ancelotti tir¨® de Hazard, que ha perdido la placa del tobillo y ha ganado terreno en la segunda unidad. No fue necesario para el empate. Antes de que apareciera, Vinicius entr¨® como una centella en el ¨¢rea; Fernando le neg¨® el gol pero no evit¨® que el bal¨®n se convirtiese en un objeto perdido en el punto de penalti y Lucas V¨¢zquez, que est¨¢ para lo que manden, lo envi¨® a la red de un zurdazo seco. Todo el Madrid pisaba el ¨¢rea de un Almer¨ªa heroico, pero fatigado y ya en modo muralla.

Ancelotti sigui¨® buscando soluciones en el banquillo y acab¨® por dar con una inesperada. Meti¨® a Alaba para darle vuelo a la banda izquierda, pero su primera misi¨®n fue lanzar un golpe franco. Lo mand¨® a la red. Eso s¨ª que es un despegue vertical.

Al partido a¨²n le qued¨® una ¨²ltima vuelta de tuerca. Rubi fue derivando el equipo hacia un 4-3-3 y el Almer¨ªa tuvo un impulso final. Un remate de Curro fue su ¨²ltima huella en el ¨¢rea de un Madrid que sufri¨® demasiado donde no lo esperaba. Un aviso para el campe¨®n y una gran noticia para la Liga, que es de todos.