Como quien no quiere la cosa, el Madrid colecciona Copas de Europa despu¨¦s de escribir guiones de pel¨ªcula para alzarse en la eternidad. Lo hace como nadie sabe hacerlo. A veces ni alcanza al razonamiento humano para entenderlo, pero resulta indiscutible la piel ganadora de un club hegem¨®nico. La Decimoquinta, como otras tantas, se asienta en un relato heroico y emocionante, con h¨¦roes insospechados y figuras de magnitud hist¨®rica.