Una cabeza de cerdo con un balazo: Di Mar¨ªa relata las amenazas sufridas

?ngel Di Mar¨ªa finalmente seguir¨¢ en el Benfica durante una temporada m¨¢s despu¨¦s de haber estado muy cerca de regresar a su pa¨ªs natal para jugar en Rosario Central. Sin embargo, una serie de problemas, enfocados en fuertes amenazas hacia ¨¦l y su entorno, imposibilitaron el retorno del Fideo a su club de formaci¨®n. De todo ello ha hablado en una entrevista concedida al medio Rosario3.

El futbolista que recientemente conquist¨® la Copa Am¨¦rica por segunda vez con Argentina, narr¨® las amenazas producidas: ¡°Hubo una amenaza en el barrio de mis padres. Lleg¨® por todas partes y, al mismo tiempo, hubo otra amenaza en la inmobiliaria de mi hermana, que no sali¨® a la luz porque mi hermana y mi cu?ado estaban asustados y no lo denunciaron. Era una caja con una cabeza de cerdo y un balazo en la frente, y una nota que dec¨ªa que, si regresaba a Central, la pr¨®xima cabeza ser¨ªa la de mi hija P¨ªa, tambi¨¦n nombraron a Bullrich y Pullaro, a quien quer¨ªan que se fueran. Luego estaba la amenaza de la estaci¨®n de servicio donde se hicieron los disparos, que no hace mucho tiempo all¨ª podr¨ªa haber muerto cualquier empleado o persona que estuviera all¨ª. Fue una locura. Hubo demasiadas cosas para tomar esta decisi¨®n, no fueron solo peque?os trozos de papel, hubo tiros y cosas serias. No fue algo financiero o deportivo, fue m¨¢s que eso, fueron amenazas. El hecho de ver el nombre de mi hija en un cartel y que enviaron lo que enviaron en una caja, fue m¨¢s de lo que pude hacer. Fueron meses horribles. Donde simplemente pens¨¢bamos y llor¨¢bamos todas las noches porque no pod¨ªamos hacer realidad nuestro sue?o¡±, relat¨® el jugador conmovido.

La decisi¨®n de Di Mar¨ªa de no regresar a Rosario Central no fue entendida por parte de los aficionados del cuadro canalla el extremo tambi¨¦n explic¨® esta situaci¨®n: ¡°Muchos entendieron la decisi¨®n que tom¨¦, que fue por mi familia, no solo por mis hijas y mi esposa, sino tambi¨¦n por mis padres y mis hermanas, porque viven all¨ª. Aquellos que no entienden es porque no se ponen en mi lugar ni por un segundo, porque es f¨¢cil quejarse y abusar en las redes sociales sin ponerse en el lugar del otro. No olviden que antes del sue?o de todos ellos, era y es mi sue?o y el de mi familia regresar a Rosario. Muchas de las decisiones que tom¨¦ a lo largo de los a?os no fueron apoyadas al cien por ciento por Jorgelina y, sin embargo, ella me acompa?¨® a todos lados con las ni?as, como cualquier mujer que ama a su marido lo hace, somos una familia. Siempre tom¨¦ las decisiones sobre el f¨²tbol con el apoyo de mi familia. Cualquier persona que tenga una familia me entiende. Y ella me dijo desde el primer d¨ªa que har¨ªa todo lo que yo decidiera, lo que yo quisiera y sintiera, siempre y cuando yo hiciera lo que sent¨ªa, pero no pod¨ªa obligarlos a realizar mi sue?o de volver. No pod¨ªa con mi cabeza, sabiendo que estoy entrenando y mis hijas en la escuela o mi esposa sola en un supermercado. Es muy f¨¢cil hablar desde fuera y criticar sin saber, nosotros no queremos una vida bajo custodia, nos gustar¨ªa, pero no es lo que queremos vivir¡±.

Despedida so?ada

Por otro lado, Di Mar¨ªa relat¨® c¨®mo fue su adi¨®s a la selecci¨®n argentina, con un nuevo t¨ªtulo, el tercero consecutivo: ¡°Estoy muy feliz de haber podido retirarme de la selecci¨®n nacional de esta manera. Todo lo que viv¨ª en esta Copa Am¨¦rica fue m¨¢s que un sue?o y poder salir as¨ª fue incre¨ªble. Y la decisi¨®n sobre el Central fue muy dif¨ªcil para m¨ª y para mi familia, que ten¨ªa el mismo entusiasmo que yo. Lo dije porque es lo que siempre quise y siempre fue mi sue?o volver a jugar para el Central y retirarme con esta camiseta. Y es m¨¢s que obvio que voy a seguir dici¨¦ndolo siempre que me pregunten, porque es lo que siento y es lo que siempre so?¨¦. Y era el momento adecuado despu¨¦s de haberme despedido de la selecci¨®n nacional, pero no ocurri¨®. A veces, todo parece muy bonito hasta que suceden cosas como las que me sucedieron a m¨ª y a mi familia. Y me siento mal por no haber podido realizar ese sue?o, era algo que quer¨ªa mucho, pero las amenazas eran m¨¢s fuertes y mi decisi¨®n se basa siempre en la tranquilidad y la felicidad de mi familia. Nunca me arrepiento de nada. Ya lo dije y lo voy a decir mil veces m¨¢s, quiero retirarme en el Central, es mi sue?o y el sue?o de mi familia regresar¡±.

Adem¨¢s, el rosarino carg¨® contra las autoridades que no fueron capaces de controlar la situaci¨®n y aquellos que protagonizaron las amenazas y salieron indemnes: ¡°?Por qu¨¦ no van contra aquellos que amenazan, por qu¨¦ no mejoran la ciudad para que todos podamos ser felices y vivir en paz? Ustedes son todos muy valientes para fastidiarme a m¨ª y a mi mujer en Internet, es lo m¨¢s f¨¢cil de hacer, ?no es as¨ª?¡±.

Rosario, ciudad insegura

En esa l¨ªnea Di Mar¨ªa reconoce que no puede reclamar seguridad para ¨¦l y su familia cuando toda la ciudad de Rosario es insegura para sus ciudadanos: ¡°?C¨®mo puedo pedir seguridad cuando hay tanta inseguridad en Rosario, c¨®mo puedo pedir eso cuando la gente de Rosario es asesinada como si no fuera nada, es una falta de respeto hablar de seguridad y de protocolos para m¨ª cuando la gente de Rosario no puede salir a trabajar, no puede esperar el autob¨²s sin ser asaltada, es asesinada por una mochila? ?C¨®mo puedo pedir eso? Me gustar¨ªa y deseo seguridad para todos y quiero dejar claro que, a pesar de todo lo que est¨¢ pasando en el pa¨ªs y en mi ciudad, a pesar de todo, siempre opt¨¦ por regresar. Cuando dije que no volver¨ªa, fue en marzo, despu¨¦s de las amenazas personales, y no por la inseguridad en Rosario. ?Que fue una excusa para seguir en Europa? ?Excusas? ?Por favor! Ten¨ªa todo listo para volver y la direcci¨®n del Central lo sab¨ªa. Por eso, estoy tranquilo. A veces, es vergonzoso escuchar a tus colegas periodistas hablar como hablan, solo porque tienen un micr¨®fono en la mano. Pero ya me he acostumbrado y no respondo porque no vale la pena, es un desperdicio de energ¨ªa. Les est¨¢s dando publicidad, como algunos de ellos ya han tenido¡±, reconoc¨ªo en Rosario3.

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