Un bicho para el Madrid

La Champions suele deparar noches para el recuerdo y la de ayer no fue una de ellas. No lo fue desde el punto de vista del Bayern, que so?aba con una gesta tras el 3-0 de la ida en M¨¢nchester, pero que se choc¨® con una realidad llamada City. Sin brillar y siendo m¨¢s minimalistas que nunca, los pupilos de Guardiola supieron aguantar las embestidas de un cuadro b¨¢varo, rebelde y furioso por momentos, para lograr el pase con un 1-1. El encargado de abrir la lata fue el de siempre, un Haaland que sum¨® su duod¨¦cimo tanto en la Champions y, tras el empate sin consecuencias de Kimmich, ya se centra en su pr¨®ximo reto ante el rey de la competici¨®n: el Real Madrid.

En cuanto al personal, Guardiola opt¨® por no tocar el once que dio la ventaja a los suyos en la ida del Etihad. Salt¨® al c¨¦sped del Allianz con toda su artiller¨ªa. Rodri, autor del tanto inicial en tierras brit¨¢nicas y apoyado por el ¡®mediocentral¡¯ Stones, cubri¨® las espaldas a G¨¹ndogan y de Bruyne y, arriba, el tridente formado por Grealish, Bernardo Silva y Haaland amenazaba el marco protegido por Sommer. Mucho poder¨ªo que Tuchel trat¨® de frenar introduciendo dos cambios con respecto al equipo que eligi¨® en M¨¢nchester. El m¨ªster muniqu¨¦s cambio a Davies, tocado, por Cancelo en el lateral izquierdo y, en punta, el ya recuperado Choupo-Moting sustituy¨® a Gnabry para dotar a los locales de f¨ªsico en el ¨¢rea.

El plan de los b¨¢varos pasaba por no precipitarse. Mantener la calma. Tratar de escalar el Everest mancuniano poniendo un pie detr¨¢s del otro. Y fue de esa manera c¨®mo el Bayern comenz¨® a hacer metros. Muy a pesar del resultado, el hexacampe¨®n de Europa volvi¨® a ser ese equipo reconocible que tantas veces asombr¨® a Europa. Logr¨® tener el bal¨®n. Lo sacaba jugado desde atr¨¢s cuando la presi¨®n alta del City se lo permit¨ªa y, cuando no, lograba proyectar en largo a un Coman que fue un aut¨¦ntico pu?al por el costado diestro. Tuvieron que aparecer Stones y compa?¨ªa para evitar que comenzasen a vislumbrar el milagro unos alemanes a los que, eso s¨ª, les volvi¨® a faltar colmillo arriba. Historia reciente tras la marcha de Lewy al Bayern.

El City, superado por momentos por la intensidad que plasmaron los de rojo tanto sobre el c¨¦sped como en el grader¨ªo, quiso ser pragm¨¢tico. No es que sea precisamente la virtud de una plantilla dise?ada para dominar, algo que se vio reflejado en el rostro de Pep, visiblemente nervioso, pero aun as¨ª logr¨® buscar las cosquillas a un Bayern que se lo cre¨ªa. Upamecano, tal y como ocurri¨® en la ida, volvi¨® a estar en todas las fotos. Primero se libr¨® de ser expulsado tras derribar a Haaland cuando este encaraba a Sommer porque el k¨ªller estaba en fuera de juego y, luego, provoc¨® un penalti al sacar a pasear el codo en un chut de G¨¹ndogan. Tuvo suerte de que Haaland se acord¨® de sus frustradas visitas con el Dortmund al feudo b¨¢varo y la mand¨® alta.

Las (pocas) vidas que recuperaron los muniqueses atr¨¢s las volvieron a gastar arriba. Las tuvieron de todos los colores pero, tal y como viene siendo habitual este a?o, ning¨²n jugador anduvo fino arriba. Mucho desborde, poca punter¨ªa. A San¨¦, tras recibir en profundidad de Musiala, se le fue larga la m¨¢s clara. Pero el que no perdon¨® su segunda oportunidad fue el de siempre. Despu¨¦s de la en¨¦sima del Bayern, Stones ote¨® el horizonte y vio a un ropero rubio pidi¨¦ndola. El cuero le lleg¨® por medio de de Bruyne y, tras aprovecharse de un resbal¨®n de Upamecano para encarar a Sommer, el noruego la clav¨® en la escuadra y en el coraz¨®n alem¨¢n para certificar otro cruce del City en semis con el Madrid. El gol del honor para los bavaros, obra de Kimmich desde los once metros tras una mano de Akanji, qued¨® en mera an¨¦cdota.