Ten Hag pone precio a Martial y a Bailly
Ni Antony Martial ni Eric Bailly entran en los planes del t¨¦cnico neerland¨¦s Ten Hag para las pr¨®ximas campa?as y son transferibles.
Son dos de los descartes de cara al pr¨®ximo curso. Tambi¨¦n dos v¨ªctimas de los irregulares intentos del Manchester United por recuperarse tras la salida de Sir Alex Ferguson. En Old Trafford no dieron con la tecla y ahora asumen p¨¦rdidas con las ventas de ambos jugadores, que han sido tasados a la baja.
Anthony Martial es quiz¨¢ el caso m¨¢s destacado. Porque tuvo momentos de luces, pero muchos m¨¢s de sombras durante sus siete a?os en M¨¢nchester. Cuando lleg¨® procedente del M¨®naco ten¨ªa 19 a?os y era internacional sub21 con Francia. En su nuevo contrato, el equipo monegasco y el mancuniano acordaron incluir clausulas como un pago extra cuando el futbolista superase las 25 internacionalidades con la selecci¨®n absoluta y hasta un bono en caso de que el galo ganase el Ballon d¡¯Or en sus cuatro primeras campa?as en Old Trafford. Jam¨¢s sucedi¨®. La temporada pasada la termin¨® en calidad de cedido en el Sevilla, y ahora Erik ten Hag le muestra la puerta de salida. Seg¨²n apuntan medios ingleses, el United pedir¨¢ unos 23 millones de euros por un futbolista que, en 2015, cost¨® algo m¨¢s de 40. El principal obst¨¢culo para su salida ser¨¢ su salario, de m¨¢s de 275.000 euros a la semana. En M¨¢nchester saben que para que deje el club quiz¨¢ tengan que seguir cubriendo parte de ese sueldo.
Eric Bailly es otro futbolista con pasado en la liga espa?ola y que vive sus ¨²ltimos d¨ªas como futbolista del Manchester United. El central dej¨® el Villarreal para incorporarse a la disciplina de los red devils por 35 millones de euros. Su precio, ahora, no alcanza los diez millones. En sus seis a?os en Old Trafford, Bailly se ha perdido hasta 95 partidos por lesi¨®n. Jam¨¢s consigui¨® asentarse en la zaga debido a estos problemas f¨ªsicos. Quien estuviese en el banquillo siempre tuvo que buscarle una alternativa, hasta que el costamarfile?o ha quedado relegado a un segundo plano. Hasta quedarse sin sitio en el vestuario.