PSG 1 - M?NACO 0
?Supercampe¨®n Demb¨¦l¨¦!
Un gol del extremo franc¨¦s en el minuto 92 le da a los parisinos la Supercopa de Francia contra el M¨®naco. Es el cuarto t¨ªtulo de Luis Enrique en Francia.
Un gol de Ousmane Demb¨¦l¨¦ en el minuto 92, cuando la final estaba abocada a la tanda de penaltis, le dio al Paris Saint-Germain su decimotercera Supercopa de Francia, la segunda consecutiva con Luis Enrique en el banquillo, tras vencer por 1-0 a un M¨®naco que en ning¨²n momento dio sensaci¨®n de querer la final y de competirle de t¨² a t¨² a un gigante que no tiene rival en el f¨²tbol franc¨¦s. Fue un partido sin ritmo, m¨¢s propio de pretemporada, m¨¢s propio de dos equipos con miedo a arriesgar, pero al fin y al cabo un t¨ªtulo, otro m¨¢s para las vitrinas del conjunto parisino a nivel nacional, infinitas con Qatar desde 2011.
El PSG sali¨® directo a por la Supercopa desde el minuto 1, a pesar de que el ritmo del primer tiempo fue m¨¢s propio de un amistoso que de una final, propiciado por las circunstancias en las que se disput¨®, bajo un sofocante calor y en Doha, Qatar, lo que desangel¨® bastante uno de los mejores duelos que se pueden ver hoy en d¨ªa en el f¨²tbol franc¨¦s.
El equipo de Luis Enrique volvi¨® a tener muchas dificultades para embocar las ocasiones que gener¨®. Dou¨¦, cuando todav¨ªa hab¨ªa gente entrando al 974 Stadium, estrell¨® en el larguero un contragolpe despu¨¦s de un error de Kohn. A ese aviso le sucedieron llegadas de mucho peligro, protagonizadas por Demb¨¦l¨¦, Vitinha o incluso Kang-in Lee, al que Kohn le sac¨® dos remates extraordinarios que pod¨ªan haberle dado ventaja al PSG.
El M¨®naco, entretanto, sobrevivi¨® a trav¨¦s del talento de Akliouche, un oasis en el desierto de los monegascos, que apenas probaron a Donnarumma en dos ocasiones. El italiano, que volv¨ªa precisamente a jugar tras la dur¨ªsima entrada de Singo, repeli¨® un buen remate con la derecha del mediapunta y despu¨¦s, en una segunda jugada, escupi¨® un disparo a bocajarro de Minamino. La final, con las gradas sin llenarse, no tuvo una fulgurante carta de presentaci¨®n.
El M¨®naco desech¨® la idea de seguir siendo dominado y dio un paso al frente tras la salida del t¨²nel de vestuarios. Los de H¨¹tter adelantaron l¨ªneas y, por primera vez en toda la final, las dudas se instalaron en el PSG. En una gran transici¨®n, Vanderson estrell¨® en el poste un centro lateral, encogiendo el coraz¨®n de todo el estadio, al un¨ªsono partidario de los parisinos. Fue una leve reacci¨®n, ya que el PSG pronto volvi¨® a llevar la voz cantante del partido.
Luis Enrique no esper¨® m¨¢s y decidi¨® dar entrada a toda su artiller¨ªa. Ingresaron Gon?alo Ramos, Barcola y Fabi¨¢n, mientras que los cambios al M¨®naco, como Embolo o Camar¨¢, no le surtieron efecto de inmediato. En el hozironte, Kohn, que hizo una final espectacular, volvi¨® a evitar el 1-0 del PSG, tras una parada casi imposible sobre Achraf.
En el albur del partido, cuando todo parec¨ªa abocado a la tanda de penaltis, cuando ya nadie quer¨ªa tomar riesgos, apareci¨® Demb¨¦l¨¦, como en M¨®naco en diciembre, para salvar a Luis Enrique y para decidir la Supercopa de Francia. El extremo aprovech¨® un excelente servicio de Fabi¨¢n para consumar la decimotercera Supercopa de los parisinos, una m¨¢s, en un f¨²tbol, el franc¨¦s, en el que no tienen rival. El M¨®naco pag¨® su falta de ambici¨®n y acab¨® a merced del gigante intratable del f¨²tbol franc¨¦s.
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