Rodrygo culmina su temporad¨®n en la goleada de Brasil al racismo

Cuando el com¨²n de los futbolistas implora que lleguen las vacaciones, y m¨¢s a¨²n si lo que queda por disputar son meros amistosos, quedan artistas que desear¨ªan que la temporada no acabara a¨²n. O que no terminara nunca. El caso m¨¢s despampanante es el de Rodrygo, cuya temporada ha sido como el lanzamiento de un cohete al espacio exterior. Supera lo estratosf¨¦rico el delantero, que comenzaba como aspirante a titular en el Real Madrid y que la acabar¨¢ como estrella rutilante de Brasil.

Le cost¨® al partido entre Brasil y Guinea coger ritmo tras unos proleg¨®menos tan sentidos, marcados por el verdadero motivo de la cita, la lucha contra el racismo. S¨ª avisaba Ayrton Lucas a los seis minutos, a pase de Vinicius, pero tambi¨¦n la tuvo en la frontal Serhou Guirassy. Fue a los 25 minutos cuando apareci¨® ya Rodrygo, botando una falta lateral por la derecha del ataque para que rematara en primera instancia Casemiro, rechazara Kone y aprovechara para anotar Joelinton, en su debut con la Sele?ao: hizo un Joselu el del Newcastle. Y de nuevo Rodrygo, que se hab¨ªa quedado con ganas de m¨¢s, certific¨® en una acci¨®n personal el 2-0, cinco minutos despu¨¦s.

Que de todos modos no estaba siendo un paseo para Brasil lo certific¨® Guirassy, el delantero del Stuttgart, al acortar distancia de cabeza, emergiendo sobre Marquinhos, a centro de Issiaga Sylla. Y apret¨® Guinea para igualar, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Rodrygo, qui¨¦n si no, aprovech¨® esos instantes de zozobra tras la reanudaci¨®n para poner un centro a la cabeza de Militao, que introdujo con severidad el 3-1.

No faltaron las diabluras de Vinicius, quien entreg¨® a Richarlison una diana en bandeja que le desbarat¨® Kon¨¦, y que marc¨® un gol ol¨ªmpico que, eso s¨ª, no val¨ªa. Y que obtuvo la recompensa que tanto buscaba cuando, en el 86¡ä, Malcom (oro ol¨ªmpico pero debutante con la absoluta) era derribado en el ¨¢rea guineana. Penalti. Y el gran protagonista del partido, de la semana, de la lucha contra el racismo puso la guinda a un partido que se jug¨® en los 90 minutos pero sobre todo fuera de ellos. En la vida.