Las mil vidas de Modric y Croacia

¡°Luka, Luka, Luka¡±, ruge De Kuip, La Ba?era, desbordada de euforia croata, rendida a este jugador que eleva el f¨²tbol en una demostraci¨®n de que no hay nada mejor que amar a una profesi¨®n como lo hace el futbolista del Real Madrid. Un futbolista convencional, apartado del faranduleo, pendiente s¨®lo de las cosas que pasan en el campo. Seguramente por eso haga tan bien su trabajo y juegue tan primorosamente que casi emociona. Este domingo, 17 a?os despu¨¦s de debutar y 165 partidos despu¨¦s, puede darle a su pa¨ªs el primer t¨ªtulo de su historia.

Heredera de aquella generaci¨®n sorprendente de Jarni, Boban, Prosinecki, Boksic o Vlaovic, que reivindicaba en el Mundial¡¯98, feliz, la independencia despu¨¦s del conflicto de los Balcanes, esta hornada liderada por Modric, Perisic, Kramaric o Pasalic, en la que tambi¨¦n estuvo Rakitic, ha sido a¨²n m¨¢s duradera. Juegan cada partido como si fuera el ¨²ltimo de su vida y consiguen que el coraz¨®n siempre les lleve un metro m¨¢s all¨¢. En De Kuip volvieron a escribir el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa y se levantaron al golpe de un gol en el minuto 96¡ä, cuando ya no hab¨ªa tiempo ni para respirar despu¨¦s de los seis minutos que hab¨ªa alargado Kovacks. Dalic frot¨® la l¨¢mpara y meti¨® a Petkovic. El delantero del Dinamo de Zagreb hizo un gol de oro y meti¨® a su pa¨ªs en la final de la Nations League. Croacia luchar¨¢ este domingo por el primer t¨ªtulo de su historia en De Kuip, Rotterdam, contra el vencedor del Espa?a-Italia de este jueves.

El partido tuvo fue un festival de sobresaltos y tuvo una historia largu¨ªsima e inesperada al inicio. Metidos en un primer tiempo algo pastoso, y cuando parec¨ªa que el cuerpo a cuerpo pod¨ªa favorecer a los alborotadores croatas, la Orange se adelant¨® con un gol primoroso en una combinaci¨®n de cinco jugadores en no m¨¢s de tres toques por futbolista: Gakpo, Simons, Ake, Wieffer y Malen. El delantero del Dortmund, que hab¨ªa terminado iluminado la Bundesliga (ocho goles y cinco asistencias en las diez ¨²ltimas jornadas), y ha reconocido que gran parte de su mejora est¨¢ en su trabajo de gimnasio, mantuvo su ¨¢ngel. Tal vez le favoreciese que en su zona defend¨ªa Perisic, extremo o carrilero, pero dif¨ªcilmente lateral. El 1-0 desmont¨® algo el plan de Dalic, especialmente porque Koeman hab¨ªa metido hormig¨®n en el campo. Wieffer y Koopmeiners, algo as¨ª como herederos de los Van Bommel y Cocu, hicieron de escuderos de De Jong. A Croacia le iba a tocar picar piedra en la segunda parte.

Pero Dalic ten¨ªa en su chistera, sin embargo, al jugador m¨¢s ¡®viejo¡¯ y m¨¢s sabio del torneo. El libro del f¨²tbol de Modric siempre tiene una p¨¢gina m¨¢s. El ¨²ltimo truco de Rotterdam, hacer de carterista para desnudar a Gakpo en la acci¨®n que dio lugar al 1-1. Modric se anticip¨® y el tierno delantero del Liverpool (24 a?os) le hizo penalti en una acci¨®n de extrema candidez. Koeman se hac¨ªa cruces en el banquillo. Kramaric empat¨® con 35 minutos a¨²n por jugar. Partido nuevo. Los tulipanes empezaron a marchitarse. Croacia es un lobo, fulmina con la mirada. El 1-2, Pasalic, fue una consecuencia de una selecci¨®n que es fuego y otra que parec¨ªa hielo... Hasta que a lo loco, como contra Argentina en los cuartos del Mundial de Qatar, cuando ya no ten¨ªa nada que perder, Noa Lang (Brujas), sustituto desesperado de Dumfries, apareci¨® de la nada y empat¨® en el minuto 95. De Kuip, la ba?era, se desbordaba. Pr¨®rroga.

Dalic tuvo una idea. Por qu¨¦ no Petkovic, el delantero del Dinamo de Zagreb. Alejado del gran p¨²blico despu¨¦s de un paso largo pero modesto por Italia (Catania, Varee, Hellas Verona, Bolonia), pod¨ªa ser un buen plan. Dicho y hecho, se meti¨® entre l¨ªneas de manera discreta y localiz¨® el rinc¨®n derecho de la porter¨ªa de Biljow, que era un flan. Croacia no iba a dejar escapar esta vez la final¡­ o s¨ª. Bergwijn fall¨® un gol a puerta vac¨ªa y, un par de minutos despu¨¦s, Pasalic estrell¨® un bal¨®n en la madera. Modric le puso el broche al partido de penalti. Lo celebr¨® como un chaval futbolero. Cerr¨® la semifinal, pero no su libro del f¨²tbol. Quedan m¨¢s cap¨ªtulos.