La espinita clavada de Cruyff
Beckenbauer le neg¨® al Flaco la Copa del Mundo de 1974. Antes, el neerland¨¦s le gan¨® en la Copa de Europa. ¡°Johan era mejor, pero el campe¨®n fui yo¡±, sol¨ªa bromear el l¨ªbero.
De adolescente, Beckenabuer admiraba a Di St¨¦fano y Bobby Charlton, aunque el que m¨¢s le impresion¨® fue Pel¨¦. Sin embargo, en el peak de su carrera, quien le puso a prueba fue otra leyenda del f¨²tbol: Cruyff. ¡°Johan era mejor, pero el campe¨®n fui yo¡±, sol¨ªa bromear sobre aquella hist¨®rica final del Mundial de 1974.
Ambos se hab¨ªan enfrenado antes, en la Copa de Europa. Un imponente 4-0 en marzo de 1973 que ilustraba la superioridad de aquel Ajax en la competici¨®n europea. Pero no fue tener este Ajax-Bayern en la memoria lo que hac¨ªa que Pa¨ªses Bajos fuese la favorita en aquella final del Mundial. La selecci¨®n dirigida por Rinus Michels estaba considerada como el mejor equipo del mundo. Con un estilo de juego revolucionario y con el Bal¨®n de Oro en sus filas. ¡°La sorpresa, sin embargo, surgi¨® cuando se vio que los jugadores alemanes se preocupaban ¨²nica y exclusivamente de congelar la pelota, como si en lugar de faltar m¨¢s de ochenta minutos para el final, s¨®lo faltasen diez¡±, explic¨® Gerardo Garc¨ªa en la cr¨®nica para el Diario AS.
¡°Cruyff no lleg¨® a estar, tampoco, a su habitual altura¡±, se pod¨ªa leer. Solo hubo un duelo individual entre ambos en aquella final porque el marcador principal del 14 era Bertie Vogts. As¨ª analiz¨® El Gr¨¢fico la peque?a victoria del l¨ªbero: ¡°En vez de tirarla larga y arre¨¢rselo como har¨ªa con cualquier otro defensa, Johan no se anim¨® a jug¨¢rsela. Retuvo el bal¨®n en la medida que Franz lo reten¨ªa a ¨¦l, amagando tanto como intentaba amagarle Cruyff y, finalmente, la jugada pas¨®¡±.
Dos jugadores que pertenec¨ªan a equipos (Ajax-Bayern, Pa¨ªses Bajos-Alemania) con ideas totalmente enfrentadas, pero ambos ten¨ªan una concepci¨®n muy adelantada a su tiempo del f¨²tbol, en el que cada fase del juego estaba entrelazada entre s¨ª. Acabaron con una gran relaci¨®n. Beckenbauer, tras la muerte de Cruyff, dijo que ¡°no era solo un amigo, era un hermano¡±. Cruyff, a?os antes, as¨ª defini¨® al l¨ªbero como jugador: ¡°Franz sab¨ªa exactamente cu¨¢ndo pod¨ªa pasar el bal¨®n con el interior o cu¨¢ndo ten¨ªa que mandarlo a las gradas. Para ello, la cabeza tiene que dar la orden correcta, y la de Franz Beckenbauer siempre lo hac¨ªa¡±.
Michels evit¨® el duelo en los banquillos
Cruyff y Beckenbauer tuvieron unas carreras como entrenadores gloriosas, pero cortas, lo que provoc¨® que nunca se enfrentasen sus equipos. Sin embargo, hubo un momento en 1990 en el que estuvieron cerca de cruzar sus caminos. Fue un par de meses antes del inicio del Mundial de Italia.
Los jugadores de aquella selecci¨®n neerlandesa no quer¨ªan ir al Mundial con Thijs Libregts como seleccionador. Ruud Gullit, en su rol de capit¨¢n, se lo dijo a Rinus Michels, director deportivo de la KNVB en aquel entonces. El m¨ªtico entrenador les ofreci¨® a Aad de Mos, Beenhakker y Cruyff. El vestuario hizo una votaci¨®n y gan¨® con una ampl¨ªa mayor¨ªa el que era, en aquel momento, el entrenador del Barcelona.
Sin embargo, Rinus Michels lo evit¨® y, sin hablar con Cruyff, decidi¨® elegir a Beenhakker como seleccionador. El Mundial de la Oranje fue un desastre, jugando mal y muy alejado de las versiones que hab¨ªan ofrecido en la Eurocopa de 1988 que ofrecer¨ªan en la de 1992. Y, en octavos, Alemania les barri¨® por 2-1. Beckenbauer, en el banquillo alem¨¢n, lograr¨ªa ganar ese Mundial.
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