ALEMANIA
Kahn-Matth?us, guerra total
La leyenda del Bayern y de la Mannschaft ha vuelto a cargar duramente contra el CEO del Bayern, al que considera el principal culpable de la crisis en M¨²nich.
El cruce de espadas entre Lothar Matth?us y Oliver Kahn sigue manteniendo en vilo a la afici¨®n de un Bayern de M¨²nich que teme por quedarse sin tocar plata esta temporada. La leyenda del club y de la selecci¨®n alemana ya critic¨® con dureza al CEO b¨¢varo despu¨¦s de que el campe¨®n alem¨¢n perdiera el liderato de la Bundesliga el fin de semana pasado y, en declaraciones recogidas por Sport Bild, ha vuelto a cargar contra su ex compa?ero en el hexacampe¨®n de Europa.
¡°En cualquier momento puede ocurrir algo que no se habr¨ªa esperado hace tres o cuatro meses. Est¨¢ claro que Oliver Kahn ha perdido el control. Tambi¨¦n habr¨ªa esperado m¨¢s liderazgo por parte de Herbert Hainer (presidente). En retrospectiva, los fichajes de Salihamidzic (director deportivo) no son tan buenos como uno pensaba¡±, subray¨® Matth?us, eso s¨ª, se?alando a Kahn como principal culpable de la situaci¨®n: ¡°?Oliver Kahn es invisible para los empleados en las oficinas!¡±, se?al¨® Matth?us.
Siempre seg¨²n Sport Bild, la c¨²pula del Bayern ya anduvo molesta con la manera de dirigir el club de Kahn el verano pasado y le pidi¨® m¨¢s presencia a la hora de representar al club en p¨²blico dado que el ex portero, a diferencia de su antecesor Karl-Heinz Rummenigge, prefer¨ªa permanenecer en un segundo plano. De ah¨ª que Kahn compareciera m¨¢s ante los medios, eso s¨ª, sin ser capaz de cambiar su forma de ser, demasiado distante, que le impide poner de su parte a la afici¨®n muniquesa.
Matth?us es consciente de ello y apunta: ¡°tiene otro tipo de intereses, familia, le gusta despejarse, le gusta jugar al golf. De repente tiene que hacerse responsable de una empresa en plena crisis: es un mundo nuevo para ¨¦l. Quiz¨¢ lo subestim¨®. En M¨²nich, la gente vive por el Bayern y est¨¢ sufriendo con su club. Lo noto en los almuerzos, en las conversaciones por la calle. Pero Oliver no est¨¢ ah¨ª, as¨ª que quiz¨¢ no tenga ni idea de lo que verdaderamente mueve a los aficionados¡±.