Juegan en Segunda, han ganado la Copa de Ruman¨ªa... pero pueden quedarse fuera de la Europa League
El Corvinul Hunedoara, flamante campe¨®n pese a militar en la segunda categor¨ªa nacional, corre el riesgo de no participar en torneos internacionales el a?o que viene por carecer de licencia de la UEFA.
A todos nos gustan las historias de cuentos de hadas. Cualquier aficionado, sea del equipo que sea, se alegra por los clubes modestos que de forma inesperada alcanzan una gloria a la que nadie les hab¨ªa invitado. A veces, sin embargo, los finales felices amenazan con convertirse en agridulces por los motivos m¨¢s absurdos. Es lo que corre el riesgo de pasar con el Corvinul Hunedoara rumano.
La entidad blanquiazul, procedente de la ciudad del mismo nombre al oeste del pa¨ªs, en plena Transilvania, ha hecho historia tras conquistar, ayer mismo, la Cupa Rom?niei al derrotar en la tanda de penaltis al O?elul Gala?i. En su caso tiene especial m¨¦rito no solo porque es el primer t¨ªtulo de su palmar¨¦s, sino porque ha ganado toda una copa nacional militando en segunda divisi¨®n. Y este detalle es el que le complica las cosas de cara al futuro.
El desempe?o del Corvinul (que hereda su nombre de una antigua familia nobiliaria transilvana apodada ¡°los cuervos¡±) ha sido bueno no solo en el torneo del KO, sino tambi¨¦n en la liga regular, en la que ha terminado en segunda posici¨®n solo por detr¨¢s del Unirea Slobozia. En condiciones normales esto les dar¨ªa el ascenso autom¨¢tico, pero en su caso no puede ser por un problema administrativo: la normativa de la Liga I exige que todos los participantes sean empresas con un propietario privado, mientras que el representante de Hunedoara pertenece al ayuntamiento de la localidad y a la administraci¨®n regional, de manera que, mientras no entre alg¨²n inversor privado, la Liga II es su techo.
El car¨¢cter ¡°p¨²blico¡± de los cuervos tiene su origen en una historia muy convulsa. El club original se fund¨® all¨¢ por 1921 y, con varios cambios de nombre, subsisti¨® durante d¨¦cadas en categor¨ªas inferiores; hubo alguna que otra presencia puntual en la ¨¦lite, pero siempre muy lejos de los m¨¢s grandes de Ruman¨ªa. Como en tantos otros casos, la ca¨ªda del comunismo, y la crisis de la industria sider¨²rgica asociada al r¨¦gimen que funcionaba como motor econ¨®mico del Corvinul, fue catastr¨®fica, hasta el punto de que en 2004 desapareci¨® por las deudas. La entidad actual es una refundaci¨®n con menos de una d¨¦cada de antig¨¹edad, promovida por el gobierno local, que solo pudo recomprar los derechos de uso de su propio nombre (que hab¨ªan acabado en manos de un empresario de Bucarest) gracias a una colecta entre aficionados y antiguos jugadores.
El hecho de que el Corvinul ni est¨¦ ni pueda estar en primera divisi¨®n es el que amenaza con excluirle de las competiciones internacionales. Los blanquiazules se han ganado en el campo acceder a la primera ronda de la Europa League, pero para ello necesitan la correspondiente licencia. Para los equipos de la m¨¢xima categor¨ªa ese tr¨¢mite lo hace autom¨¢ticamente la federaci¨®n rumana mediante funcionarios habilitados al efecto en un ¡°procedimiento simplificado¡±, pero los clubes de divisiones inferiores se consideran casos extraordinarios y es la propia UEFA quien debe concederla. Es sencillo, es rutinario, es un proceso que no deber¨ªa causar ninguna complicaci¨®n... pero, por alg¨²n motivo, a¨²n no est¨¢ hecho. ¡°Ni siquiera nos dijeron cu¨¢ndo se reunir¨¢n, no nos dieron un plazo. Estamos esperando¡±, protesta el director deportivo Anton Hele?teanu seg¨²n recoge iAMsport.ro.
Desde Hunedoara aseguran haber enviado en tiempo y forma toda la documentaci¨®n requerida, incluyendo el principal punto conflictivo: el estadio. Su hogar actual es el vetusto campo Michael Klein (nombrado as¨ª en honor a un antiguo jugador del club en los a?os ¡®80, perteneciente a la minor¨ªa german¨®fona de Ruman¨ªa), es razonablemente grande, 16.000 localidades, pero el desuso lo ha dejado en condiciones un tanto precarias, insuficientes para las exigencias internacionales. Est¨¢ proyectada la construcci¨®n de uno nuevo, pero a¨²n llevar¨¢ a?os, as¨ª que a corto plazo se ha llegado a un acuerdo con el club de Sf?ntu Gheorghe, una ciudad cercana, para que les presten el modern¨ªsimo estadio Sepsi.
?Qu¨¦ m¨¢s falta? En rigor, nadie lo sabe. En Hunedoara no pueden hacer m¨¢s que esperar y confiar en la resoluci¨®n del caso para poder vivir uno de sus mayores ¨¦xitos deportivos. Pero el hecho es que, ahora mismo, no tienen sitio en la Europa League. ?Y qu¨¦ pasa con su plaza? Probablemente se la quedar¨ªa el O?elul, el finalista derrotado, que s¨ª est¨¢ en Primera. Salvo que la federaci¨®n rumana se ponga creativa y a?ada alguna modificaci¨®n al ya de por s¨ª enrevesad¨ªsimo formato del campeonato y a la forma de adjudicar los billetes internacionales. Lo normal es que impere la raz¨®n y el Corvinul consiga el premio que se ha ganado en el campo. Estaremos pendientes...
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