Fede Valverde no puede con Ir¨¢n

Ir¨¢n logr¨® imponerse ante Uruguay en Viena gracias a un solitario gol de Taremi. Fede Valverde dej¨® buenas sensaciones en la Celeste, siendo el amo y se?or del juego de los de Diego Alonso. El del Madrid intent¨® echarse el equipo a la espalda, pero no fue suficiente. Darwin N¨²?ez y Luis Su¨¢rez no lograron aparecer en el partido, siendo completamente neutralizados por el juego iran¨ª.

Ya en la previa del choque Luis Su¨¢rez dejaba claro el respeto que los charr¨²as ten¨ªan al combinado iran¨ª y se not¨® en la primera mitad. Las malas noticias no tardaron en llegar cuando ni apenas cumplidos los dos minutos de juego, Ronald Araujo tuvo que pedir el cambio. El central not¨® unas molestias en los aductores y, sin dudarlo, pidi¨® que Alonso le cambiase casi al momento. A pesar del tempranero mazazo, Uruguay no lo pens¨® y comenz¨® yendo al ataque con un Fede Valverde descomunal. El ¡®Pajarito¡¯ ha logrado convertirse en el director de orquesta de Diego Alonso, demostrando otra vez sus gran estado de forma. El del Real Madrid cumpli¨® con creces su funci¨®n de creador de juego, bajando para sacar la pelota, entrando en segunda l¨ªnea para los centros de Pellestri y dejando un esfuerzo inconmensurable en fase defensiva.

Mientras que la bota de Fede guiaba el camino, la delantera no logr¨® arrancar en el partido. Ir¨¢n logr¨® crear un cerrojo en las inmediaciones de la porter¨ªa de Beiranvand que no pudieron batir ni Darwin N¨²?ez ni Luis Su¨¢rez. El del Liverpool vio c¨®mo Moharrami y Kanani le neutralizaban en una defensa al hombre casi impecable. Aun as¨ª, el delantero tuvo la oportunidad de romper las tablas con un tiro desde fuera del ¨¢rea que se fue rozando el travesa?o.

Los de Queir¨®z cumplieron, demostrando una disciplina casi militar. S¨®lidos en fase defensiva y, sobretodo, derrochando un esfuerzo f¨ªsico sobrehumano, saliendo en bloque a presionar la salida de bal¨®n de los de Alonso y as¨ª neutralizar casi todas las oportunidades. Uruguay se qued¨® sin nada, a pesar de ser el claro dominador del choque.

Uruguay entr¨® al segundo acto con otro careta. Los de Diego Alonso parec¨ªan pose¨ªdos en busca del gol que rompiese las tablas. Valverde en una doble oportunidad tuvo las m¨¢s claras hasta la fecha. El Pajarito intent¨® hacer gala de su calidad, pero Beiranvand logr¨® cortarle las alas. Ir¨¢n, haciendo gala de su tradici¨®n, lograba resistir los ataque desde el oeste. Valverde, Darwin, De la Cruz¡­ uno tras otro intentaron conquistar a los Pr¨ªncipes de Persia, pero ninguno pudo arrebatarle la corona.

Ir¨¢n tuvo que sufrir como nunca. Apenas veinte minutos despu¨¦s del pitido, los charr¨²as lograron tumbar sin k.o a los locales hasta en cuatro ocasiones. Un cabezazo de Rogel sacado desde la propia l¨ªnea, un tiro de Su¨¢rez que se iba rozando el palo largo del portero¡­ Sin embargo, el primer golpe vendr¨ªa de su lado. Taremi silenci¨® Viena y a la propia Uruguay. El del Oporto logr¨® ganarle la cartera a C¨¢ceres para romper las tablas.

Desde entonces, Uruguay no logr¨® ser el mismo. Los charr¨²as fueron con todo arriba en busca de reponer las tablas, pero con el resultado por detr¨¢s se hizo cuesta arriba. Pases imprecisos, malas coberturas¡­ el miedo y la indecisi¨®n logr¨® hacer mella en la moral charr¨²a, que hab¨ªa sido muy superior a los iran¨ªes en el encuentro. El f¨²tbol no es justo y Uruguay lo vivi¨® en sus propias carnes.