El Union Berlin vuelve a ¡°vender su alma, pero no a cualquiera¡±
Los aficionados del club ser¨¢n de nuevo los que aporten su granito de arena para que su estadio, An der Alten F?rsterei, siga siendo propiedad de su gente.
¡°Vendemos nuestra alma, pero no a cualquiera¡±. Con esta campa?a realizada en 2011, el Union permiti¨® que sus socios pudieran ser los due?os del estadio An der Alten F?rsterei y de esta manera adem¨¢s conseguir el dinero necesario para su renovaci¨®n. M¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s y con una nueva ampliaci¨®n en marcha, ser¨¢n de nuevo los aficionados del club berlin¨¦s los que aporten su granito de arena para que el hogar de los Eisernen siga siendo propiedad de su gente.
La historia del Union Berlin tiene desde sus inicios un nexo com¨²n: la lucha de sus aficionados por sacar al club adelante, sobre todo despu¨¦s de una reunificaci¨®n que hiri¨® de muerte a la mayor¨ªa de clubes que proven¨ªan del Este de Alemania. La creatividad y la movilizaci¨®n de los hinchas han sido una constante en estas d¨¦cadas, incluyendo una masiva donaci¨®n de sangre para recaudar dinero, la remodelaci¨®n del estadio realizada principalmente por voluntarios o la venta del propio An der Alten F?rsterei a los socios del club.
Con el Union en el mejor momento de su historia tras haberse consolidado en Bundesliga en el ¨²ltimo lustro, el presidente de los Herreros Dirk Zingler ha propuesto en la Asamblea de Socios un paso m¨¢s en el crecimiento del club con la ampliaci¨®n del vetusto estadio berlin¨¦s que pasar¨¢ de 22.000 plazas a cerca de 40.000. Un proceso m¨¢s que necesario para una comunidad que no deja de crecer y que ya supera los 67.000 socios. Eso s¨ª, el estadio casi se duplicar¨¢ pero no perder¨¢ las principales se?as de identidad de los de K?penick, manteniendo el m¨¢ximo n¨²mero de gradas de pie que se permiten en la competici¨®n, sobre un 80% de las mismas.
Siempre de los socios
Las acciones ser¨¢n exclusivas para socios (En 2011 hab¨ªas unos 11.000, una cifra que en este tiempo se ha multiplicado por m¨¢s de 6) y tendr¨¢n un valor de 500 euros. Para que nadie pueda tener una mayor¨ªa de ellas solo se podr¨¢n comprar un m¨¢ximo de 10. An der Alten F?rsterei seguir¨¢ siendo sin duda parte de la vida activa del club, y no solamente en los partidos tanto del equipo masculino en Bundesliga como del femenino, que bate r¨¦cords de asistencia en 2. Bundesliga, sino en los cientos de actividades para fans, patrocinadores y gente del barrio de K?penick en general que utiliza las instalaciones como su centro de reuniones.
¡°Nuestro estadio debe pertenecer siempre a las personas que m¨¢s se preocupan por ¨¦l, los socios del 1. FC Union Berlin y sus familias, sus hijos, nietos y bisnietos¡±. Dirk Zingler, que lleg¨® al club en 2004 cuando estaba cerca de la desaparici¨®n, tiene claro que el club debe seguir avanzando pero sin perder esa esencia de barrio que les ha llevado a jugar en Europa en las ¨²ltimas temporadas. Y qu¨¦ mejor forma de combinar ambas cosas que involucrando a los socios en esta ampliaci¨®n del estadio para que cada vez que lo visiten sientan que est¨¢n en su casa, con su gente, con su equipo, formando parte de una aut¨¦ntica Uni¨®n de Hierro.
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