El PSG se proclama campe¨®n

Cuando Qatar Sports Investmens aterriz¨® en Par¨ªs con la intenci¨®n de realizar una inversi¨®n fara¨®nica en el PSG, el club apenas hab¨ªa ganado dos ligas, se encontraba en una etapa ominosa y hab¨ªa rozado el descenso a segunda en 2008. Once a?os despu¨¦s, el conjunto parisino ha demonizado la Ligue 1, convirti¨¦ndola en un campeonato en el que puede competir a medio gas, perder muchos partidos, ahogar las penas de la Champions League y convertirse, desde este s¨¢bado, despu¨¦s de empatar contra el Estrasburgo (1-1), en el ¨²nico equipo franc¨¦s de la historia que se alza con once entorchados, el noveno bajo la soberan¨ªa de Qatar.

En Estrasburgo, en Alsacia, en el territorio que estuvo bajo el reinado alem¨¢n, el equipo de Christophe Galtier cant¨® el alir¨®n. No necesit¨® una gran versi¨®n, de hecho, ni gan¨®, pero le vali¨® una gran jugada entre Mbapp¨¦ y Messi que materializ¨® el argentino para sumar un punto que le certifica como el flamante campe¨®n de la Ligue 1, competici¨®n en la que ha sido l¨ªder desde la jornada 1 hasta la jornada 38, in¨¦dito en Francia. Gameiro, ex del PSG, puso las tablas en el marcador en un partido en el que Donnarumma volvi¨® a ser decisivo con sus grandes intervenciones.

Poderoso caballero es don dinero, una herramienta que no te da la felicidad, pero que te acerca indudablemente a ella. Para el PSG la Ligue 1 no es suficiente, pero es evidente que la etapa de Qatar en Francia, a nivel interno, ha sido un ¨¦xito. Ha conseguido reunir a los mejores jugadores del mundo, entre ellos Ibrahimovic, Beckham, Cavani, Ibrahimovic, Messi, Neymar, Mbapp¨¦, ha multiplicado por 20 el valor del club y, adem¨¢s, le ha dado un escaparate al f¨²tbol franc¨¦s inexistente hace una d¨¦cada.

El PSG gan¨® su und¨¦cima liga, pero lo que deber¨ªa ser una fiesta para cualquier equipo del mundo supone, en realidad, un ant¨ªdoto para sanar los males extradeportivos que azotan al club temporada tras temporada. La eliminaci¨®n de la Champions League, la segunda consecutiva en octavos, unido a la lucha de egos en el vestuario, al descontento de los ultras y, sobre todo, a la mejorable gesti¨®n de la direcci¨®n deportiva, han hecho del 2023 un a?o duro, muy duro, para una instituci¨®n que supedita todo su ¨¦xito a ganar la Copa de Europa, la madre de todas las competiciones.

Ahora llega lo m¨¢s importante, el mercado estival, el interminable verano de cambios que se lleva repitiendo a orillas del R¨ªo Sena durante pr¨¢cticamente un lustro. El PSG deber¨¢ luchar contra dos frentes: dise?ar un equipo competitivo que pueda aspirar a la Champions y convencer a Kylian Mbapp¨¦, con contrato en vigor hasta 2024, de que realmente hay un proyecto ambicioso en Par¨ªs para que ejecute la cl¨¢usula de renovaci¨®n de un a?o que dispone en su megacontrato, firmado en mayo del a?o pasado.

El tiempo corre en contra del PSG, que celebrar¨¢ la pr¨®xima semana, con un Parque de los Pr¨ªncipes lleno, un t¨ªtulo descafeinado, insuficiente para los ultras, que retomaron la actividad tras declararse en huelga por la decepcionante, en su opini¨®n, gesti¨®n de Nasser Al Khela?fi. Par¨ªs ya es la ciudad con m¨¢s t¨ªtulos de Francia. Qatar ha monopolizado la Ligue 1 durante m¨¢s de una d¨¦cada y tiene intenci¨®n, con la inauguraci¨®n de una nueva ciudad deportiva en oto?o y el intento de mudarse a un nuevo estadio, de seguir haciendo del PSG un Goliat al que sus perseguidores ¨²nicamente pueden mirarle a miles de kil¨®metros.