¡°Los que dicen que el mejor es Pel¨¦ nunca vieron a Duncan Edwards¡±
Hace 66 a?os que falleci¨® Duncan Edwards a sus 21 a?os, el primer ¡®todocampista¡¯ de la historia que no pudo sobrevivir al desastre a¨¦reo de M¨²nich.

El 6 de febrero de 1958 la tragedia sacudi¨® Manchester. El Manchester United volaba desde Belgrado tras clasificarse a semifinales de la Copa de Europa. El avi¨®n nunca lleg¨® a la ciudad inglesa. Tras hacer escala en M¨²nich, el avi¨®n se estrell¨® al intentar despegar. Las condiciones climatol¨®gicas provocaron este desastre. Siete jugadores del United fallecieron en el acto. Uno de ellos sobrevivi¨®, pero, 15 d¨ªas despu¨¦s, no pudo superar las heridas que le caus¨® el accidente. Este fue Duncan Edwards, de ¨²nicamente 21 a?os, y del que muchos dec¨ªan que era el mejor jugador de su generaci¨®n.
Un talento precoz
Edwards fue un talento generacional. Bati¨® todos los r¨¦cords de precocidad que exist¨ªan por aquel entonces en el f¨²tbol ingl¨¦s. Fue el jugador m¨¢s joven, en ese momento, en vestir la camiseta del Manchester United, con 16 a?os. Con 18, ya era internacional, el m¨¢s joven de todo el siglo XX. Y en 1957 lleg¨® a quedar tercero en el Bal¨®n de Oro.

Su entrenador, el legendario Matt Busby, vio en ¨¦l un talento innato. Por eso le hizo debutar en cuanto pudo. De esta manera se refer¨ªa a ¨¦l en 1957, como recoge la p¨¢gina web del Manchester United: ¡°Creo que tengo en Duncan Edwards al mejor futbolista del mundo¡±. Y es que era capaz de jugar en cualquier posici¨®n. Con un f¨ªsico imponente, su posici¨®n habitual era la de mediocampista, un ¡®box to box¡¯ como se llamar¨ªa actualmente, que en aquella ¨¦poca no exist¨ªa. Pero, si las circunstancias lo requer¨ªan, Edwards pod¨ªa jugar tanto en el centro de la defensa como en la punta del ataque. Por ello, para Busby era mejor que Di Stefano: ¡°Alfredo Di Stefano es un artista maduro. Pero Duncan puede jugar en cualquier lugar sin dudarlo y hacer un gran trabajo¡±.
Uno de sus grandes amigos, y de los jugadores que mejor le conoc¨ªan, era Bobby Charlton, del que dijo que era mejor que ¨¦l: ¡°era el ¨²nico futbolista que realmente me hac¨ªa sentir inferior. Era bueno con la derecha, con la izquierda, fuerte, dominaba el juego¡±. Para Charlton ¡°los que dicen que el mejor de la historia fue Pel¨¦ es porque nunca vieron jugar a Duncan Edwards¡±.
Un f¨ªsico imponente
Y es que el f¨ªsico de Edwards era imperial. Era capaz de jugar un gran n¨²mero de partidos seguidos. Tal era su fuerza f¨ªsica que en la temporada 1956-1957 fue capaz de jugar 95 partidos, entre el United, la selecci¨®n y la Copa del Ej¨¦rcito. Precisamente de esta competici¨®n el Manchester United, en palabras de Bobby Charlton, recoge una de sus grandes haza?as: ¡°Est¨¢bamos abajo 4-2 y el partido casi hab¨ªa terminado, as¨ª que Duncan pas¨® al delantero centro. En 10 minutos marc¨® cuatro y ganamos 7-4¡å.

En su corta carrera, lleg¨® a disputar m¨¢s de 180 partidos, entre los que logr¨® dos ligas inglesas para el Manchester United. Era uno de los grandes miembros de los ¡®Busby Babes¡¯, una generaci¨®n dorada de j¨®venes jugadores del United, dirigidos por Matt Busby.
Jimmy Murphy era una de las personas que mejor conoc¨ªa a Edwards. Fue la persona que le trajo al United, y cont¨® que, en 1955, durante un partido de la FA Cup juvenil, ya que Edwards bajaba al filial para ayudarles, le pidi¨® a los jugadores que no le pasaran la pelota ¡°para confiar en el resto del equipo¡±. Al descanso, al que fueron perdiendo 1-0, cambi¨® la orden, y dej¨® que el juego se centrase en Edwards. El United acab¨® remontando y ganando 2-1.

La tragedia de M¨²nich
El 6 de febrero de 1958 Duncan Edwards estaba en el avi¨®n. Por seguridad, decidi¨® colocarse en la parte trasera. Tras el impacto fue uno de los supervivientes. Fue trasladado al hospital con graves heridas. All¨ª, le visit¨® Murphy, que fue la ¨²ltima persona que habl¨® con ¨¦l. ¡°?A qu¨¦ hora es el partido del fin de semana contra los Wolves? No me lo quiero perder por nada del mundo¡±, le pregunt¨® Edwards.
Finalmente, el 21 de febrero de 1958 la vida de Duncan Edwards se apag¨®. No pudo sobrevivir a las heridas causadas por el accidente, y el f¨²tbol quedaba hu¨¦rfano de uno de los jugadores llamados a marcar ¨¦poca, de esos que se recuerdan con el paso de las d¨¦cadas.
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