Di Mar¨ªa es inmortal

?ngel Di Mar¨ªa podr¨ªa seguir jugando diez a?os m¨¢s y seguir¨ªa manteniendo intacto su talento. Con una facilidad pasmosa, como si tuviera 25 a?os, el argentino remont¨® un partido que ten¨ªa perdido el Benfica en el minuto 84 contra el M¨®naco. Con dos centros milim¨¦tricos, marca de la casa, a Cabral y Amdouni, los de Bruno Lage consiguieron un triunfo vital contra un rival que, por expulsi¨®n de Singo, jug¨® con diez durante la segunda mitad.

Se present¨® el M¨®naco, eso s¨ª, en el partido como el cicl¨®n incontenible que ha sido en las cuatro primeras jornadas de la Champions. El Benfica se vio sorprendido por un equipo que te ahoga f¨ªsicamente y que te no te da ni un cent¨ªmetro para respirar. En una genialidad de Golovin en la salida de bal¨®n, sorteando la presi¨®n rival, Ben Seghir, con una sutileza extraordinaria, adelantaba a los de H¨¹tter.

Se las promet¨ªa felices el Louis II, pero el atronador inicio del M¨®naco contrast¨® con un Benfica que se liber¨® a ra¨ªz de ese rev¨¦s. Liderados por un omnipresente Di Mar¨ªa, al que los a?os nunca le pesan, el equipo lisboeta acumul¨® varias llegadas de mucho peligro. Majecki, de hecho, salv¨® milagrosamente un mano a mano con el Fideo, no acostumbrado a perdonar este tipo de ocasiones.

Sin centro del campo, en un partido en el que no hubo control en el tramo final del primer tiempo, el M¨®naco, incapaz de acabar jugadas, fruto de su nerviosismo, tambi¨¦n se asom¨® al ¨¢rea rival. Ben Seghir, otra vez, estuvo a un paso, con un disparo enroscado, de hacer un golazo. Y, en el tramo final, el ¨¢rbitro le perdon¨® la expulsi¨®n al espa?ol ?lvaro Carreras, que con amarilla lleg¨® tard¨ªsima a un duelo con Singo y el colegiado, sorprendentemente, no le amonest¨® por segunda vez.

El segundo tiempo fue un partido irracional, una batalla espectacular, un partido en el que pas¨® de todo. El M¨®naco pudo sentenciar por medio de Embolo, pero su disparo se estrell¨® en el poste. El Benfica oli¨® la sangre y no perdon¨®, ya que un error flagrante de Caio Henrique y una desconexi¨®n de Majecki, portero monegasco, propici¨® el empate de Pavlidis.

Al partido se le unieron varias dosis de adrenalina. El Benfica volvi¨® a adelantarse, gracias a un tanto de Bah, pero el VAR lo anul¨® por fuera de juego. Despu¨¦s lleg¨® la roja a Singo, muy severa, ya que el ¨¢rbitro, esta vez s¨ª, decidi¨® expulsar al marfile?o. Con diez, sin embargo, el M¨®naco se lanz¨® al ataque y encontr¨® su premio por un disparo extraordinario de Magassa. Con 2-1, el partido parec¨ªa sentenciado, pero todav¨ªa faltaba lo mejor.

El f¨²tbol puede cambiar en cuesti¨®n de minutos y nadie mejor que un veterano curtido en mil batallas como Di Mar¨ªa para saberlo. El argentino, en el 84, con ambos equipos asfixiados por una batalla fulgurante, puso un centro venenoso que se remat¨® Cabral aunque toc¨® en Mawissa. Y tres minutos despu¨¦s, ahora en la derecha, sirvi¨® a Amdouni el 2-3 que certific¨® un triunfo espectacular del Benfica en El Principado.

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