Demb¨¦l¨¦ se come el ¡®biscotto¡¯

El PSG certific¨® su clasificaci¨®n a la siguiente ronda de la Champions, una competici¨®n que le hab¨ªa afligido esta temporada, que le hab¨ªa sacudido con fuerza hacia el abismo, que le hab¨ªa tenido contra las cuerdas, pero en la que, finalmente, despu¨¦s de dos triunfos perentorios, el ¨²ltimo 1-4 contra el Stuttgart, tras un primer tiempo excelso, est¨¢ m¨¢s vivo que nunca. Demb¨¦l¨¦, con un hat-trick, lider¨® el triunfo de los parisinos, que ser¨¢n un equipo peligroso, con el sello Luis Enrique y con muchos mimbres para derrotar a cualquiera a partir de febrero.

El t¨¦cnico asturiano avis¨® en la antesala del encuentro que no habr¨ªa biscotto y as¨ª sucedi¨®. El ¨ªnfimo atisbo de pacto de no agresi¨®n se esfum¨® de un plumazo, ya que el PSG afront¨® el encuentro como una final. Barcola, en una segunda jugada de un c¨®rner tras un toque de Dou¨¦, emboc¨® a la red el 0-1.

El partido se convirti¨® en una ruleta rusa, en un ida y vuelta constante, y en esos escenarios, en los que impera la confusi¨®n, el PSG sali¨® airoso, a diferencia de anta?o, cuando era un equipo que sucumb¨ªa ante cualquier golpe. Donnarumma evit¨® el 1-1 y, en el contragolpe que prosigui¨® el rechace, Barcola asisti¨® a Demb¨¦l¨¦ para que marcara el segundo.

El exjugador del Barcelona, tan criticado durante a?os, tan irregular, tan pasivo, tan incomprendido, ha ratificado, por fin, todo lo que promet¨ªa cuando explot¨® siendo un ni?o en Rennes. Por dentro, con libertad, instruido por Luis Enrique, el franc¨¦s hizo el 0-3 antes del descanso, enviando a la escuadra un remate atronador ante el que nada pudo hacer Bredlow.

El PSG no atemper¨®. Sinti¨¦ndose imparable, con hambre de ir a por m¨¢s goles, como si de una liberaci¨®n se tratara, Demb¨¦l¨¦, encarnando el momento de forma de su equipo, firmando una actuaci¨®n atronadora, consum¨® su hat-trick con otro remate inapelable. La confirmaci¨®n, despu¨¦s de tantas desilusiones, de tantos baches, de tantas vicisitudes, de que es una estirpe de jugador ¨²nica, al que ha sabido instruir Luis Enrique como no supieron, por ejemplo, Xavi o Deschamps. El Sttutgart, completamente pesaroso, impotente por el sometimiento rival, maquill¨® el resultado en el tramo final con un gol de Pacho en propia, pero ya era demasiado tarde. El PSG est¨¢ de vuelta y jugar¨¢ los dieciseisavos de la Champions tras haber estado al borde de la eliminaci¨®n.

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