Delirio en ?msterdam

No hubo ganador en ?msterdam, pero s¨ª entretenimiento en abundancia. El intercambio de golpes entre Alemania y Pa¨ªses Bajos termin¨® en un empate a dos que no sirve a ninguna selecci¨®n a la hora de cerrar este primer par¨®n de selecciones como l¨ªder en solitario del grupo A3 de la Liga Naciones. Un gol y una asistencia de Undav le sirvieron al combinado dirigido por Julian Nagelsmann para remontar el tempranero tanto inicial de Reijnders, pero el en¨¦simo despiste de la defensa alemana permiti¨® a Dumfries empatar este primer choque de trenes entre los pa¨ªses vecinos. Tambi¨¦n porque no fue la noche de ¡°Wusiala¡±.

Hubo cambios en ambos combinados con respecto a la primera jornada. En la esquina alemana, Undav fue el elegido para sustituir al lesionado F¨¹llkrug arriba, mientras que Koeman opt¨® por Brobbey en detrimento de Zirkzee como aliado de Simons y Gakpo en el ataque neerland¨¦s. Pero no hubo tiempo para tanteos t¨¢cticos dado que Reijnders no tard¨® ni siquiera tres minutos en desatar la locura en el Johan Cruyff Arena. Brobbey, de espaldas al marco alem¨¢n, cedi¨® el cuero a Gravenberch. El futbolista del Liverpool, sin ning¨²n tipo de presi¨®n a la altura de la divisoria, pudo enviar un bal¨®n en profundidad a un Reijnders que se escap¨® de la marca de Tah y Schlotterbeck, completamente ausentes, para fusilar a Ter Stegen en su ¨¢rea. ?xtasis en ?msterdam.

Y la fiesta pudo ser mayor teniendo en cuenta las innumerables ocasiones de las que goz¨® la Oranje para ampliar la renta a lo largo de los primeros 20 minutos del choque. Dumfries fall¨® una clar¨ªsima de cabeza y Simons, mucho m¨¢s desequilibrante que Musiala y Wirtz, tambi¨¦n estuvo cerca de batir a Ter Stegen en alguna que otra ocasi¨®n. Pero la Mannschaft supo aguantar el chaparr¨®n, adelant¨® sus l¨ªneas para asfixiar la salida de bal¨®n holandesa y termin¨® obteniendo la recompensa en un final del primer per¨ªodo de absoluta locura. Primero fue Undav el que envi¨® un despeje de Verbruggen tras un disparo de Wirtz al fondo de la red y luego apareci¨® Kimmich en el descuento para finalizar una gran asistencia del delantero del Stuttgart a puerta vac¨ªa. Silencio en la grada.

Pero el estadio volvi¨® a despertar cinco minutos despu¨¦s de la reanudaci¨®n tras el en¨¦simo error de la zaga de la tetracampeona del mundo. Musiala perdi¨® el bal¨®n al borde del ¨¢rea, Simons se lo filtr¨® a Brobbey, pase de la muerte del jugador del Ajax y gol de Dumfries. No hubo tregua. En la pr¨®xima acci¨®n, Havertz estuvo a punto de volver a adelantar a los de Nagelsmann en un disparo que se march¨® alto. El choque se convirti¨® en un ida y vuelta, pero solo a los alemanes les quedaba gasolina para los metros finales. Testarazo arriba de Raum. Y balones a Musiala y Wirtz. Muchos. Todos. Hasta que la gasolina de Wusiala tambi¨¦n se acab¨®.

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