LA ENTREVISTA
De Sisti: ¡°En la final vi a Pel¨¦ llegar hasta el cielo¡±
Giancarlo De Sisti (Roma, 13 de marzo de 1943) fue un mediocampista de enorme calidad. Campe¨®n de Europa en 1968, disput¨® todos los encuentros de Italia en el Mundial ¡®70. En la final vivi¨® de cerca el tercer triunfo del Brasil de Pel¨¦ y uno de sus goles m¨¢s bonitos.

Pel¨¦ gan¨® en 1970 su tercer Mundial en una hist¨®rica final ante Italia, campeona de Europa, que hab¨ªa eliminado a Alemania en ¡°el partido del siglo¡±. Valcareggi alternaba a Gianni Rivera, Bal¨®n de Oro (que en la final solo jug¨® seis minutos) con Sandro Mazzola y los periodistas apodaron su gesti¨®n del caso ¡®La staffetta¡¯, algo que a¨²n sigue causando pol¨¦mica. En la medular, en cambio, era intocable Giancarlo De Sisti. El mediocampista, que visti¨® las camisetas de Fiorentina y Roma, comparti¨® con AS sus recuerdos de ¡®O Rey¡¯: ¡°Es un d¨ªa muy triste para todo el f¨²tbol¡±.
- ?Cu¨¢l es su primera imagen relacionada con Pel¨¦?
- La primera vez que le vi en persona fue en un amistoso entre Fiorentina y Santos. Alucin¨¦. Era rapid¨ªsimo, fuerte f¨ªsicamente, golpeaba perfectamente con ambos pies, cabeceaba bien, controlaba con calidad y lo que hac¨ªa era est¨¦tico, bonito, de manera natural. No necesitaba buscar la belleza, le sal¨ªa sola. Verle jugar era magn¨ªfico, y desde cerca todav¨ªa m¨¢s. No ten¨ªa ni un solo defecto y era complet¨ªsimo bajo cualquier aspecto.
- Se volvi¨® a cruzar con ¨¦l en una cita legendaria, la final de M¨¦xico ¡®70 entre su Italia y Brasil.
- D¨ªas antes de aquel partido, estudi¨¢bamos la finta espectacular de Rivelino. Hasta la imit¨¢bamos en los entrenamientos, a alguno le sal¨ªa bien. Nos preparamos para limitarlo, intentando que jugara siempre con el pie derecho, ¨¦l que era todo zurdo. En la primera fase del encuentro, parec¨ªa que la cosa funcionaba, pero lo que no pudimos prever fue aquel centro absurdo que Pel¨¦ se fue a buscar hasta el cielo. All¨ª se complic¨® todo.
- ?Cree que Italia lleg¨® cansada a la gran cita?
- En el 10¡ä Bertini fue amonestado y tuvimos que invertir su marcaje, eso nos perjudic¨®. Burgnich se qued¨® con el de Pel¨¦ y en la jugada del 1-0 le dej¨® espacio, demasiado. Pero repito, el problema fue que O Rey lleg¨® hasta el cielo¡ Y luego hubo otro problema.
- ?Cu¨¢l?
- Riva y Boninsegna, dos fen¨®menos, jugaban ambos como delanteros centros, sin buscar las bandas. Cuando los brasile?os se dieron cuenta de eso bloquearon a los dos centrales, arriesgando hombre contra hombre y dejando libre a Carlos Alberto, que empez¨® a empujar en la derecha. Sus llegadas imparables acabaron con nuestros planes. Empatamos a uno con Boninsegna y aguantamos bien hasta el 2-1 de Gerson, que lleg¨® casi en el 70¡ä. All¨ª comenzamos a sufrir f¨ªsicamente y, sobre todo, mentalmente. Entonces Brasil se desat¨®.
- Se alaba la grandeza de Pel¨¦, pero tambi¨¦n su personalidad. Por lo que ha podido vivir, ?es cierto que era tan humilde?
- S¨ª. Siempre fue leyenda, desde que era un ni?o, pero siempre fue as¨ª de buena persona. Daba el ejemplo en el campo y fuera de c¨®mo hab¨ªa que portarse, sin prosopopeya, sin darle nunca peso al hecho innegable de que ¨¦l era la m¨¢xima expresi¨®n de este deporte. No admirarle era imposible.
- La pregunta inevitable: ?fue el mejor de todos los tiempos?
- Cada uno es hijo de su tiempo. Cuando nacemos en ¨¦pocas distintas, no podemos hacer comparaciones absolutas. Dicho esto, si ganas tres Mundiales y marcas m¨¢s de 1200 goles de aquella manera, poco m¨¢s hay que a?adir. Maradona es el antagonista m¨¢s serio para quitarle este ¡®t¨ªtulo¡¯, su zurda acariciaba el bal¨®n y verla era un placer, pero naci¨® en 1960 y Pel¨¦ en 1940. El f¨²tbol cambia todo el rato, ?imag¨ªnense en 20 a?os! Cada uno puede elegir a su ¨ªdolo y es justo que sea as¨ª.
- Y usted, ?a qui¨¦n elige?
- A Pel¨¦, que tuve la suerte de vivir de cerca. Nunca vi a alguien tan completo.