Vilda, sobre Jenni Hermoso: “A nadie se le encendió una luz de alarma...”

Tras la declaración de Luis Rubiales del pasado martes, el juicio por el beso de Jenni Hermoso se centró en el resto de acusados. Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera declararon por su acusación de presunta coacción a la jugadora en los días posteriores al beso del expresidente a la futbolista.

El primero en hacerlo fue Vilda, que sólo aceptó preguntas de la Fiscalía y la defensa. El exseleccionador nacional, que ostentó el cargo durante los hechos, se desmarcó totalmente del delito del que se le acusa. Este estaba basado en una conversación con el hermano de Jenni Hermoso en el viaje de vuelta del Mundial. “Rubiales no me pidió que fuera hablar con él, fue de motu propio. Viendo la relevancia a nivel mediático, me empecé a preocupar. Se estaba restando importancia al éxito. Como entrenador, cuando ganamos hay un vacío. La próxima competición eran los Juegos y creía que iba a tener un impacto negativo. Quería llegar a la normalidad”, se explicó Vilda.

Según el exseleccionador espa?ol, su conversación con el familiar fue de la siguiente manera: “Le dije de buscar una fórmula para buscar una solución. No le especifiqué si un vídeo, pero sí le dije de hablar y hacer una comunicación. Me dijo que iba a hablar con ella. Le trasladé mi preocupación del impacto mediático. Nunca le hablé de Rubiales”. Además, negó categóricamente que se hablara de posibles consecuencias para la futbolista.

El entrenador contó su situación personal en aquellos momentos posteriores a la conquista del Mundial. “Yo estaba pendiente del estado de mi hija, que se la llevó la ambulancia por un dolor abdominal”, reveló el entrenador, que contó que por ello no fue demasiado consciente de lo que pasaba. Se enteró en ese viaje de vuelta. “En el avión empecé a ver noticias y la bola mediática que se había formado. Escuché conversaciones al lado mío de gente de gabinete y prensa de la Federación. Hablaban del impacto mediático y daban vueltas a dar forma a algo para parar lo que estaba pasando”, contó.

Y sí reveló que en aquel momento, “lo que todo el mundo sentía era alegría, a nadie se le encendió una luz de alarma de lo que había sucedido, sólo de su impacto mediático”. De hecho, reconoció que después del Mundial no ha vuelto a hablar con ella: “Estaba dolida por no preguntarle cómo estaba”.

Luque y Rivera se desmarcan

Los otros dos acusados, Albert Luque y Rubén Rivera, también negaron la coacción. El primero, director deportivo de la Selección masculina en aquellos momentos, apeló a que su visita al hotel de Ibiza en la que estaban las jugadoras se debió a su amistad con Jenni Hermoso. “Ella estaba en Ibiza, yo también, por qué no intentar hacer algo”, explicó Luque, que negó que recibiera órdenes de Rubiales. A preguntas sólo de su defensa, reconoció que sí mandó algún mensaje desafortunado, pero su actuación sólo se debió a que se vio en medio de dos amigos: Luis Rubiales y Jenni Hermoso.

En el caso de Rubén Rivera, entonces responsable de marketing, detalló que sus múltiples funciones sólo eran para ayudar a las jugadoras en su viaje a Ibiza, así como cumplir con todas las responsabilidades de representación de la Federación.

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