La uni¨®n hace la fuerza
Despu¨¦s de m¨¢s de 40 d¨ªas de concentraci¨®n al otro lado del mundo, Espa?a es una familia despu¨¦s de pasar por una gran crisis.
Espa?a llega en volandas para la gran final del Mundial. Y es que desde hace semanas este equipo ha dejado de ser un grupo para ser una familia. Con esos valores b¨¢sicos que se tienen en un seno familiar -convivencia, amor, respeto, generosidad¡- han logrado tirar la puerta abajo. Parece que ha pasado un siglo desde que vivi¨® la mayor crisis. Fue en septiembre cuando el grupo se disgreg¨®, se rompi¨® literalmente en dos. El f¨²tbol -ese tan bonito que ya ven¨ªa haciendo La Roja- lleg¨® a quedar en un segundo plano meses. Duros y complicados. Lleg¨® el momento de centrarse, hab¨ªa algo demasiado bonito por delante: un Mundial.
El reencuentro se hizo en Benidorm -ten¨ªa que ser lejos de Madrid, que solo tra¨ªa recuerdos malditos-, en un resort en el que la convivencia fuera rodada. Saludos t¨ªmidos entre las que estaban y las que regresaban. Pero el tiempo ha hecho posible el objetivo: ser m¨¢s que un equipo, una familia. Cost¨®, pero se ha logrado.
Un primer paso hacia esta uni¨®n la dio la RFEF. Se hizo una fiesta con las familias antes de irse de Espa?a. ¡°Ese d¨ªa se vivi¨® algo muy emocionante, y todo cambi¨®¡¡±, reconocen fuentes internas. Y se reforz¨® con el traslado de centenares de familiares hasta Nueva Zelanda. Sentirlos y convivir con ellos al otro lado del planeta marc¨®. ¡°Se han portado s¨²per bien. No podemos tener ninguna queja¡±, afirma la madre de Enith. Por las calles de Wellington ese acento andaluz de la madre de Irene Guerrero. Por las de Palmerston con ese desparpajo del padre de Athenea, que animaba al grupo que parec¨ªan conocerse de toda la vida.
Vilda: ¡°Va a ser una batalla importante¡±
Irene Paredes: "No soy capitana. El tema est¨¢ zanjado"
¡°Todo lo que se ha sucedido ha sido extraordinario. Hemos estado juntos y hemos disfrutado juntos. Esto se va a quedar para siempre dentro¡±, asegura Jorge Vilda. Solo ellos lo saben, aunque se palpa cada vez que las jugadoras salen al c¨¦sped. Las sonrisas son continuas. Tambi¨¦n cuando hablan con la prensa, no dudan en ser generosas y elogiar al equipo por delante de lo personal. Todo son mensajes positivos sobre el grupo.
Los discursos continuos, del presidente Luis Rubiales o de Rafa del Amo, vicepresidente del Comit¨¦ del F¨²tbol Femenino, han calado. ¡°Vamos a ganar este Mundial¡±, asegur¨® con l¨¢grimas en los ojos Rubiales tras la debacle ante Jap¨®n. Hab¨ªa que levantar esos ¨¢nimos. Las capitanas tambi¨¦n han sabido cu¨¢ndo hablar y c¨®mo. Las veteranas tiran de galones con las m¨¢s j¨®venes. Se vio con ese abrazo de Alexia a Eva cuando iban a saltar en la pr¨®rroga ante Pa¨ªses Bajos. Y lo que no se ve. Las comidas en los miles de hoteles de estos m¨¢s de 40 d¨ªas se alargan. Los m¨®viles se dejan a un lado, olvidados. No hay separaci¨®n de grupos en las mesas, se sientan seg¨²n van llegando. Algo que jam¨¢s hab¨ªa pasado. Una Espa?a unida, hermanada.