La hora de Alexia en Nueva Zelanda
La Bal¨®n de Oro debe dar un paso al frente una vez asentada en el once de Jorge Vilda y con todos los focos encima.
¡°Hay que dejarla tranquila, Tantos meses fuera y m¨¢s con la presi¨®n medi¨¢tica que tiene¡¡±, fueron las palabras de Irene Paredes cuando la preguntaron por Alexia Putellas antes del Mundial. Las preguntas sobre la doble Bal¨®n de Oro son continuas. En todas las zonas mixtas, en todas las ruedas de prensa. Hasta los rivales de la Selecci¨®n son preguntados ella. La cuesti¨®n es que est¨¢, s¨ª, Pero su presencia est¨¢ condicionada por factores.
La situaci¨®n de Alexia no es como la del resto en este Mundial. Ella tiene plena decisi¨®n. Tanto dentro del campo -juega en connivencia con los m¨¦dicos-, como fuera, porque ¡®ha perdido la voz¡¯. Algo que se vio venir hace meses, cuando sucedi¨® todo el l¨ªo de ¡®las 15¡ä. Volvi¨® sin hacer ruido, en silencio. Sin necesidad de dar ninguna explicaci¨®n.
As¨ª todo fluye en la cita mundialista, di¨¢logos bidireccionales y frecuentes entre la centrocampista y el seleccionador. Se ve c¨®mo comparten impresiones. C¨®mo debaten el juego, antes y despu¨¦s de las sesiones. El t¨¦cnico, muy cercano a ella, sabe que gana.
Papel
El nuevo rol de Alexia viene dado por su alta popularidad y por su f¨²tbol planetario. Ella no quiere -ni necesita- estar expuesta. Los focos la alumbran sin articular palabra. Gane o pierda la Selecci¨®n, la 11 de Espa?a no tiene que rendir cuentas. Pasa saludando ¨²nicamente. Sin asumir responsabilidades, nada m¨¢s que jugar.
Jugar y jugar. Se gane o se pierda, nadie sabe m¨¢s que lo estrictamente profesional. Ella solo es f¨²tbol. Sin el brazalete de capitana, adem¨¢s, con m¨¢s excusa. Nada comparado con otras estrellas del torneo como Megan Rapinoe, Sam Kerr, Marta o Lucy Bronze. Una l¨ªder escondida. Al menos a los ojos de los dem¨¢s.