Kvaratskhelia opaca a Odegaard

Georgia partir¨¢ en pocos partidos como favorita durante esta fase de clasificaci¨®n, pero teniendo en el equipo a un jugador del nivel de Kvaratskhelia se permitir¨¢n creer contra cualquiera. Ante Noruega, que no ten¨ªa a Haaland pero s¨ª a Odegaard, Sorloth o Aursnes, consiguieron sacar un empate que impresion¨® a todos por su capacidad de resistir los ataques noruegos sin venirse abajo.

Primero Solbakken lo intent¨® desde fuera y Mamardashvili la sac¨®. Ser¨ªa la primera de otras tantas del portero del Valencia. Aunque cuando Sorloth se hizo el hueco en la frontal y dispar¨® raso, apenas pudo hacer nada. El partido se pon¨ªa cuesta arriba para Georgia y Noruega segu¨ªa atacando. Odegaard la cruz¨® desde lejos y se fue desviado. Luego Elyounoussi fall¨® una ocasi¨®n clar¨ªsima que salv¨® Mamardashvili.

Entonces, Kvaratskhelia empezaba a aparecer. Cada vez que ten¨ªa un huequito, por lejos o estorbado que estuviese, probaba el disparo. En uno de ellos, muy peligroso y al borde del descanso, alent¨® a las masas y pidi¨® m¨¢s apoyo. Un punto de inflexi¨®n. Comenz¨® la segunda parte y Georgia segu¨ªa siendo un mon¨®logo del extremo izquierdo del N¨¢poles, pero el gol no lleg¨® as¨ª. Un bal¨®n largo encontr¨® a Mikautadze, que se la ech¨® m¨¢s larga a¨²n con la cabeza y bati¨® a Nyland dentro del ¨¢rea. Ni Strandberg ni ning¨²n otro compa?ero pudieron alcanzarle en carrera. Georgia se anim¨® y Lobjanidze, reci¨¦n entrado, tuvo otra muy clara que desaprovech¨®.

A partir de aqu¨ª, cada vez que recib¨ªa Kvaratskhelia se sent¨ªa que el gol pod¨ªa llegar. En una de ellas centr¨® hacia Mikautadze para que hiciese su doblete, pero fall¨® la volea al segundo palo. Las diagonales del 7 georgiano ten¨ªan cada vez m¨¢s peligro, pero era muy dif¨ªcil estando solo contra el mundo. Sus compa?eros la mitad de las veces no le apoyaban y la otra mitad, cuando s¨ª lo hac¨ªan, eran capaces de devolver mal la pared o no entender su movimiento.

Odegaard, hasta entonces maestro de ceremonias de Noruega en los constantes ocasiones que tuvo Sorloth, tuvo la suya. El delantero de la Real Sociedad no consigui¨® rematar y, entonces, lleg¨® el del Arsenal. Con un remate f¨¢cil, pr¨¢cticamente a puerta vac¨ªa, la ech¨® alt¨ªsima. Era dif¨ªcil de creer que hubiese fallado y que Georgia evitase la derrota.