Hay m¨¢s bichos que Cristiano

No hubo historia porque no hubo G¨¹ler, o no lo suficiente. Y no hubo historia porque una selecci¨®n, la portuguesa, ha venido a la Eurocopa para llev¨¢rsela a casa y la otra, la turca, sabe que cada partido es una ruleta rusa entre su atrevido ataque y su negligente defensa. Portugal ya es primera a falta de un partido y Turqu¨ªa deber¨¢ seguir caminando sobre su agon¨ªa frente a los checos.

A esta selecci¨®n lusa con exceso de tiempo y falta de urgencias, al equipo que va construyendo Roberto Mart¨ªnez sobre los cimientos de un estilo cl¨¢sico y un estilo que viene, le da para sobrevivir a vientos y mareas, a huracanes y a tempestades. En un estadio de Dortmund abarrotado de turcos, una peque?a Estambul que ti?¨® de rojo la grada en vez del habitual amarillo, los de Cristiano sobrevivieron al extenuante ejercicio inicial de pasi¨®n y orgullo que propuso Turqu¨ªa para imponerse luego sin despeinarse.

Desde siempre es una selecci¨®n m¨¢s euf¨®rica que pr¨¢ctica la turca, y no ha logrado rebajar ese exceso de adrenalina tampoco con Montella. Lo intent¨® el t¨¦cnico, si es que fue a prop¨®sito, dejando a Arda G¨¹ler en el banquillo, el aut¨¦ntico fen¨®meno del momento en el pa¨ªs. Esgrimi¨® un cansancio que no le hubiera sacado en ning¨²n caso de una final, pero s¨ª del grueso de un segundo partido en el que es m¨¢s f¨¢cil gestionar las expectativas, los tiempos, el futuro.

Portugal gan¨® por oficio, por calidad y tambi¨¦n porque naveg¨® siempre a favor de corriente. Hubiera cambiado el guion con un poco m¨¢s de acierto de Akturkoglu en una primera ocasi¨®n clamorosa en la que se enred¨® tras ganarle la espalda a Cancelo. O si Diogo Costa no hubiera sacado un pie salvador cuando Portugal ya hab¨ªa puesto distancia en el marcador y la velocidad de crucero que antes no encontraba. Es la diferencia entre los grandes equipos y el resto, que cuando deben cobrar una factura no se andan con rodeos.

De hecho, en la primera ocasi¨®n de peligro, la primera en la que se sum¨® Nuno Mendes al ataque, Bernardo Silva hab¨ªa adelantado a los portugueses con precisi¨®n de cirujano. Hay que pedirle veneno al del City y m¨¢s en esta selecci¨®n en la que pisa ¨¢rea constantemente. Detr¨¢s hay centrocampistas que le permiten dicha libertad.

Gol tonto y sentencia

Cristiano se movi¨® y lo intent¨® todo. Es tan entusiasta que infunde todav¨ªa un respeto a los rivales labrado a trav¨¦s de dos d¨¦cadas de goles. Si no, no se explica el ataque de nervios que le entr¨® a Akaydin al intuir que el de Madeira hab¨ªa ataca un espacio cuando no fue as¨ª.

Su cesi¨®n en direcci¨®n a la porter¨ªa cogi¨® fuera de su sitio a Bayindir, que no imaginaba nunca un pase atr¨¢s de su compa?ero. Gol de alevines, gol que ni en las escuelas est¨¢ permitido. Lo celebraron Cancelo y Cristiano pese a que segundos antes se reprochaban que uno no hubiera entendido el desmarque y el otro, el pase.

El desenlace del gol en propia puerta, m¨¢s la suplencia de Arda G¨¹ler, al que los turcos pidieron constantemente desde la grada, hizo empeque?ecerse a Turqu¨ªa, que sin pasi¨®n es un equipo vulgar. Portugal aprovech¨® que la fiera estaba bien atada para jugar con el destino. Roberto Mart¨ªnez retir¨® a los amonestados Rafael Le?o y Palhinha para introducir a Pedro Neto y R¨²ben Neves.

Sin rival, el objetivo entonces pas¨® a ser que marcara Cristiano en su sexta Eurocopa. Pudo hacerlo tras tirar un buen desmarque en profundidad, pero, en un gesto de grandeza, le regal¨® el gol a Bruno Fernandes que ven¨ªa junto a ¨¦l a celebrar un tanto hist¨®rico de su compa?ero m¨¢s que a marcarlo ¨¦l. Se lo agradeci¨® la grada, consciente de que la Eurocopa la ganan los equipos y detalles as¨ª ayudan a armar uno que va m¨¢s all¨¢ de su estrella.

Para cuando entr¨® G¨¹ler el partido estaba liquidado y la fiesta era completamente portuguesa. Fueron 20 minutos, no m¨¢s, realmente poco para quien promet¨ªa protagonizar un duelo intergeneracional con Cristiano. Tendr¨¢ que ser otra vez, o no, pues uno empieza y el otro acaba, aunque eso es mucho decir para quien adem¨¢s de saberse eterno tiene ahora mismo el acompa?amiento de una selecci¨®n con m¨¢s bichos que ¨¦l.

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