Espa?a, una victoria que duele

Hay partidos que se atragantan desde el primer mordisco. Uno los mastica y mastica, los pasa del carrillo izquierdo al derecho, pero no hay manera. El de Georgia fue uno de ellos. Lejos del endeble rival al que apabull¨® Espa?a en Tiflis, con aquel sonoro 1-7, los de Willy Sagnol hicieron sudar a La Roja una victoria que asegura ser cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa. Ese era el verdadero premio que se escond¨ªa bajo el c¨¦sped del Jos¨¦ Zorrilla. Al final lleg¨®, s¨ª, con los goles de Le Normand, Ferran y Lochoshvili en propia meta, pero en una noche que dej¨® una p¨¦sima noticia como titular de portada: la lesi¨®n de Gavi. Grave, seg¨²n el primer chequeo, incluso el ligamento cruzado suena como peor presagio. Habr¨¢ que esperar a las pruebas m¨¦dicas, pero la cara del azulgrana al retirarse del campo hablaba tan claro como una radiograf¨ªa.

Vaya por delante el elogio a Luis de la Fuente. Hay entrenadores a los que les gustan los focos, sentirse en el centro del debate, no hace falta dar sus nombres porque son de sobra conocidos, y otros que prefieren hablar a trav¨¦s de sus obras. La del t¨¦cnico riojano merece un notable alto desde que se hizo con las riendas de la Selecci¨®n: solo el tropez¨®n de Glasgow le regatea el sobresaliente. Hace pr¨¢cticamente un a?o, el 12 de diciembre de 2022 para ser exactos, fue presentado como nuevo seleccionador para apagar el fuego desatado tras la eliminaci¨®n de Espa?a en el Mundial de Qatar. Y en aquel acto, entre otras muchas cosas, dijo: ¡°Con toda modestia y humildad, si hay alguien que conoce el futuro y el presente del f¨²tbol espa?ol, es este hombre que est¨¢ sentado aqu¨ª, con ese bagaje me presento¡±. Y, casi un a?o despu¨¦s, la clasificaci¨®n para la Eurocopa, con liderato y como cabeza de serie en el sorteo, adem¨¢s del t¨ªtulo en la Nations League, descansan sobre su mesa de trabajo.

Para el partido ante Georgia, De la Fuente retom¨® el discurso con el que La Roja certific¨® el pase a la Euro en la ventana de octubre, es decir, aline¨® a quienes conforman su columna vertebral: Unai Sim¨®n, Rodrigo y Morata. Son tres de los fijos en el equipo con el que habr¨¢ que afrontar el campeonato que aguarda el pr¨®ximo verano. Y los tres, conscientes de sus galones, se echaron el equipo a sus espaldas en el Jos¨¦ Zorrilla, que no disfrutaba de la Selecci¨®n desde hac¨ªa 17 a?os.

Del equipo que bati¨® a Chipre el pasado jueves (1-3) solo repet¨ªan Le Normand y Gavi. El central no encontr¨® mejor manera de agradec¨¦rselo a De la Fuente que marcando cuando apenas se llegaba al minuto 4 de partido. Lo hizo como marcan los c¨¢nones, que esos son iguales en Francia que en Espa?a, con un cabezazo al saque de una falta lateral por parte de Ferran: testarazo picado cuyo bote hizo in¨²til el gesto de Mamardashvili, que ni siquiera pudo iniciar la estirada. Indefendible. Hubiera pagado por sentarme a esa hora junto a Willy Sagnol, seleccionador de Georgia, y preguntarle qu¨¦ sent¨ªa; tras el 1-7 de Tiflis y ese tempranero gol, igual me hubiera mandado a por queso a Villal¨®n de Campos.

Kvaratskhelia empata

Eso s¨ª, ese gol, el primero del central de la Real Sociedad con la camiseta de La Roja, tuvo su borr¨®n de inmediato. Bast¨® un pase de Chakvetadze desde el centro del campo para retratarle: el bal¨®n pas¨® junto a sus botas, no se decidi¨® a despejar y qued¨® pl¨¢cidamente en la zurda de Kvaratskhelia, quien no err¨® ante Unai, pr¨¢cticamente vendido. Solo seis minutos hab¨ªan transcurrido desde el 1-0. Despistes as¨ª se pagan ante Georgia, obvio, pero resultan especialmente caros cuando de lo que se trata es de rendir en los grandes campeonatos. As¨ª que, ojo.

Lamentablemente, las malas noticias no llegan solas, as¨ª que poco despu¨¦s, en el 23¡ä, Gavi tuvo que retirarse tras ver c¨®mo su rodilla derecha dec¨ªa basta. Poco antes hab¨ªa sufrido una falta de Lochoshvili de esas que te hacen torcer el gesto. Fue Sancet quien supli¨® al azulgrana. La de Valladolid era otra Georgia distinta a la de Tiflis. Se cerraba bien atr¨¢s con defensa de cinco, pero sal¨ªa con pausa, sin rifar balones. Costaba llegar a Mikautadze y Kvaratskhelia del mismo modo que a Espa?a le costaba dar con Morata. Y en la ¨²nica ocasi¨®n en que el rojiblanco s¨ª disfrut¨® de remate, Mamardashvili lo neutraliz¨® con el pie.

El malestar de Morata, frustrado al no recibir balones y verse sitiado por los defensas georgianos, le llev¨® incluso a encararse con alg¨²n rival. El del Atleti se desesperaba, tambi¨¦n lo hac¨ªa Rodrigo, especialmente cuando su enorme cabezazo lo despej¨® a c¨®rner Mamardashvili, a esas alturas (52¡ä) el mejor del partido. Estaba visto que con cabeza era como hab¨ªa que doblegar la resistencia georgiana, as¨ª que tres minutos despu¨¦s, Nico abr¨ªa a Gay¨¤ quien, desde l¨ªnea de fondo, templaba para que Ferran batiera a Mamardashvili... de cabeza. Alegr¨ªa justificada del valenciano quien en su celebraci¨®n acudi¨® al banquillo espa?ol para mostrar hacia la grada una camiseta de Gavi. Extraordinario gesto, mal¨ªsima se?al. En el 72¡ä lleg¨® el definitivo 3-1 en un centro de Lamine Yamal (que hab¨ªa relevado a Ferran en el 65¡ä) que Lochoshvili cabece¨® hacia su propia porter¨ªa. A esa hora de la noche solo quedaba pedir que el partido acabara lo antes posible, que no hubiera m¨¢s lesiones, pues la cabeza de los internacionales espa?oles estaba en otro sitio. Con Gavi, con su compa?ero. La Roja es una pi?a y es en estas ocasiones cuando m¨¢s claro queda.

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