Emotivo homenaje a la expedici¨®n Tximist al Everest de 1974
Siete de los diecis¨¦is miembros del grupo acudieron a la llamada de la organizaci¨®n para conmemorar los cincuenta a?os de la misma. En el 80 se redondear¨ªa el plan con la cumbre de Zabaleta y Temba.
Noche emocionante en el Palacio de Congresos Europa. Siete de los diecis¨¦is miembros de la Expedici¨®n Tximist al Everest de 1974 hicieron acto de presencia en el escenario para recordar aquella gesta de la hoy que se cumplen 50 a?os. El resto estuvieron representados por sus familiares o se emitieron v¨ªdeos enviados desde diversas partes del mundo. Unas 200 personas acompa?aron a los homenajeados, entre ellos ochomilistas contrastados como Juanito Oiarzabal, Alberto I?urrategi, Juan Vallejo, Juanjo San Sebasti¨¢n o Josu Bereziartua. No se puede concebir la cima de 1980 (Zabaleta y Temba) sin la experiencia previa del 74. Tampoco con un viaje a Per¨² a finales de los 60.
Pechu Olazagoitia estuvo en las tres expediciones clave. ¡°En 1967 fuimos a la Cordillera Blanca de los Andes y realizamos unas cuantas aperturas internacionalmente bastante reconocidas. En 1974 llegamos a 8.530 mts. y en el 80, a la cumbre. Esto es muy emocionante. Soy el ¨²nico con vida que estuvo en todas¡±, coment¨®. A su lado estaba Txomin Uriarte, uno de los hombres clave en la organizaci¨®n de los actos que se est¨¢n preparando durante estas fechas. ¡°La semana que viene inauguraremos una exposici¨®n fotogr¨¢fica, en oto?o se proyectar¨¢ la pel¨ªcula de la expedici¨®n, prepararemos una cena nepalesa para todo el que quiera acudir y una quedada con todos los ochomilistas vascos con vida que quieran venir a acompa?arnos. Y habr¨¢ m¨¢s sorpresas¡±, dijo el vizca¨ªno.
Julio Villar estuvo dos veces en el Collado Sur. Los preparativos de la expedici¨®n le pillaron dando la vuelta al mundo en un velero, en solitario. Gente especial. No hay duda de que es el primer alpinista vasco en alcanzar los 8.000 metros. ¡°Luego tambi¨¦n pertenec¨ªa a una cordada que intentar¨ªa la cumbre pero el mal tiempo no nos lo permiti¨®. Es la ley de la monta?a y siempre hay que respetarla. Estamos aqu¨ª, que es lo importante¡±, explic¨®. Junto a ¨¦l, Felipe Uriarte, el hombre que alcanz¨® los 8.530 mts. con ?ngel Rosen, fallecido la semana pasada. ¡°Fue algo muy importante para la ¨¦poca. Recuerdo que baj¨¦ con cierto sentimiento de culpabilidad por no haber conseguido la cima. Ten¨ªa algo de verg¨¹enza de decir a mis compa?eros que no lo hab¨ªamos conseguido¡±, se?al¨®. El descenso de los dos fue terrible, con accidentes que les pudo dejar en otra dimensi¨®n, la del m¨¢s all¨¢.
Tambi¨¦n estuvieron Luis Abalde, Juan Carlos Fern¨¢ndez De la Torre y ?ngel Lerma. El primero explic¨® que ¡°recuerdo estar a 8.000 mts. y tener problemas con el regulador de la bombona de ox¨ªgeno. No lo consum¨ªa, me molestaba la m¨¢scara para respirar y adem¨¢s ten¨ªa que cargar con su peso. Ech¨¦ un vistazo al contador y no hab¨ªa consumido ni un gramo, fallaba el equipo. Los hab¨ªamos comprado de segunda mano¡±. De la Torre defendi¨® ¡°el buen ambiente generado con los sherpas. Yo viv¨ª casi toda la expedici¨®n en el Campo Base Avanzado, en el Valle del Silencio. Todas las ma?anas repart¨ªa regalices entre ellos y se pon¨ªan a trabajar encantados. A m¨ª me llamaban m¨ªster Camomila, porque estaba todo el d¨ªa bebiendo manzanilla. Tampoco hab¨ªa mucho m¨¢s que hacer all¨ª arriba¡±. Latorre lleva muchos a?os viviendo en M¨¢laga y afront¨® el reto de la celebraci¨®n con una muleta. Fue una de las grandes sorpresas de la noche. Lleg¨® acompa?ado con su hija y se le not¨® muy a gusto.
Por ¨²ltimo, habl¨® ?ngel Lerma, que pertenec¨ªa al equipo de filmaci¨®n. ¡°Llevamos c¨¢maras y tr¨ªpodes muy pesados aunque el grupo de alpinistas nos hac¨ªa sentirnos muy protegidos. Con ese material y el obtenido en 1980, pudimos montar la pel¨ªcula `Agur Everest?. Viv¨ªamos en plena Dictadura, recuerdo enviar cajas de pel¨ªculas a Madrid para que las revelaran all¨ª y, como nos las abr¨ªan en el aeropuerto, nos las velaban. Al final, decidimos no mandarlas y guardarlas nosotros. Para m¨ª, estar en el Everest fue la repera, igual que haber ido a la Luna¡±, sentenci¨®. No estaba tan desatinada esa reflexi¨®n ya que el ser humano, en definitiva, hab¨ªa llegado a ese planeta s¨®lo cinco a?os antes, en 1969. Nadie cuestionaba en esos a?os que una mujer no pod¨ªa alcanzar esas altitudes y que, sin ox¨ªgeno artificial, la muerte estaba asegurada. Axiomas que luego cayeron por s¨ª solos. Eran convicciones cient¨ªficas de la ¨¦poca.
El gran mecenas de la organizaci¨®n fue Juan Celaya, de la empresa de pilas y bater¨ªas Cegasa, un emprendedor ejemplar. Se gast¨® 13 millones de pesetas de las de aquella ¨¦poca. Un tit¨¢n. ¡°Z¨¢nganos, no volv¨¢is sin gestionar otro permiso¡±, les dijo. Lo consiguieron para 1982 pero hubo un trueque con los rusos que no estaban interesados en ascender al techo del mundo coincidiendo con los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨². Y el 14 de mayo de 1980 se cerr¨® el c¨ªrculo con la cumbre de Pasang Temba y Mart¨ªn Zabaleta, un guipuzcoano indomable que salv¨® la vida a su compa?ero de cumbre en el descenso. Pero esa es ya otra historia que se contar¨¢ cuando la efem¨¦rides cumpla medio siglo. Por ahora, los honores son para la Tximist-74, por derecho propio.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrar¨¢s todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del d¨ªa, la agenda con la ¨²ltima hora de los eventos deportivos m¨¢s importantes, las im¨¢genes m¨¢s destacadas, la opini¨®n de las mejores firmas de AS, reportajes, v¨ªdeos, y algo de humor de vez en cuando.