El plan del Getafe espes¨® el derbi

Ser o no ser el tercer equipo de Madrid. Esa es la cuesti¨®n y Vallecas no pudo dictar sentencia en esta contienda, donde falt¨® dinamita y sobraron ocasiones del Rayo. El debate reavivado por Quique seguir¨¢ en el aire, aunque cada uno tiene sus propias conclusiones, a tenor de la historia, los puntos o simplemente la propuesta sobre el verde. Al Getafe se le ve¨ªa c¨®modo con el punto, la porter¨ªa a cero y perdiendo tiempo para indignaci¨®n de la grada; mientras que los franjirrojos pon¨ªan toda la carne en el asador para tratar de seguir la racha en casa y no echar de menos el penalti que Soria detuvo a Trejo. No hubo goles y los ¨²nicos que celebraron fueron los visitantes.

No tard¨® ni dos minutos el Rayo en encontrar las grietas a la defensa de cinco plantada por Quique, pero la llegada de Camello qued¨® invalidada por fuera de juego. Los franjirrojos continuaron el asalto y su primer disparo parti¨® de un derechazo de Comesa?a, que recogi¨® el despeje de un rival a un trallazo de Isi y se march¨® demasiado alto. Ale?¨¢ le dio la r¨¦plica con un tiro raso desde los 30 metros que muri¨®, sin pena ni gloria, en los guantes de Dimitrievski, una de las novedades del once de Iraola. El de gala. Los anfitriones ten¨ªan un est¨¦ril dominio del bal¨®n y no sal¨ªan del ¨¢rea azulona, el escenario principal de la trama en los primeros minutos. Especialmente, por el flanco de Isi. Eso s¨ª, sin preocupar a Soria.

Dimitrievski volvi¨® a copar los focos cuando vol¨® para despejar un cabezazo de Maksimovic, a centro de Dami¨¢n por la derecha, que fue la ¨²nica ocasi¨®n clara de la primera parte. M¨¢s discreta (pero igual de efectiva) result¨® la parada de Soria a un t¨ªmido tanteo de Camello. A falta de p¨®lvora y fuego real en ambos bandos, la chicha la puso la grada con sus c¨¢nticos, bastante poblada a pesar del horario. Lejeune prob¨® de falta directa, pero el esf¨¦rico se pase¨® por encima del larguero. Isi, Balliu y Camello se cocinaron una oportunidad que se enfri¨® por fuera de juego. Sin mordida, sin apenas remates, el descanso lleg¨® con el 0-0 impasible en el luminoso.

El Rayo regres¨® con m¨¢s chispa. ?lvaro control¨® mal una diagonal de Isi, cuando estaba solo ante el portero. Sus patadas de rabia a la publicidad fueron el preludio de lo que estaba por llegar. Pura frustraci¨®n. Una mano de Angileri dentro del ¨¢rea, taponando un tiro de Isi, termin¨® con el error de Trejo desde los once metros. Su segundo penalti fallado de quince lanzados. Soria lo detuvo y Vallecas anim¨® m¨¢s fuerte si cabe. Hab¨ªa tiempo. Hab¨ªa hambre. Lejeune lo intent¨® de lejos, en lo que era una declaraci¨®n de intenciones. La guerra no estaba acabada, aunque Quique daba por bueno el resultado a tenor de lo que sus soldados estaban demostrando sobre el terreno. Especialmente serios en la retaguardia.

El Getafe compareci¨® en el 66¡ä causando el miedo en Vallecas. Catena tapon¨® un remate de Mayoral y entre ?scar Valent¨ªn y Lejeune sacaron la pelota para que ?nal no pudiera hacer de las suyas. Luego, el bander¨ªn del l¨ªnea hacia el cielo cort¨® la celebraci¨®n de la parroquia rayista por el gol de cabeza del Tigre. Fuera de juego y otra vez, a la casilla de salida. Instantes despu¨¦s, Chavarr¨ªa olisque¨® a Falcao y le sirvi¨® un bal¨®n que ¨¦ste remat¨® sin pensar, por puro instinto y con una pizca de ¨¦l lo detuvo Soria, que aprovechaba tambi¨¦n para perder tiempo. Esa era la consigna de unos azulones muy r¨¢canos, que evocaron a tiempos y entrenadores pasados. Eso s¨ª, el plan de espesar el derbi les sali¨® redondo...