El pen¨²ltimo vuelo de ¡®El Buitre¡¯ cumple 30 a?os

Fue una jugada disruptiva. Butrague?o recogi¨® un bal¨®n de M¨ªchel, se intern¨® en el ¨¢rea y dispar¨®. Ceballos, portero racinguista, desvi¨® el bal¨®n con su cuerpo, pero acab¨® cayendo a los pies del 14 aquella tarde y tras el rechace, marc¨® a puerta vac¨ªa. Era el 3-1 del Real Madrid sobre un Racing que llegaba con aroma de jugones, con Quique Seti¨¦n a la cabeza. Apenas hab¨ªan transcurrido un par de minutos del gol c¨¢ntabro, por lo que el tanto de Butrague?o serenaba las aguas de un Bernab¨¦u que hab¨ªa visto ya goles de Zamorano y Mart¨ªn V¨¢zquez, y de Popov, que acort¨® distancias antes de que El Buitre finiquitara el encuentro.

Era comienzos del mes de octubre, que a la larga ser¨ªa revolucionario para la entidad blanca: nadie intu¨ªa que ese iba a ser el ¨²ltimo gol de Butrague?o en Liga con el equipo blanco. Un Buitre que ve¨ªa a Alfonso como su sucesor, pero que no aventuraba que al fondo aparec¨ªa un joven jugador que se consagrar¨ªa como una de las grandes estrellas de finales de siglo XX y comienzos del XXI: Ra¨²l.

Para Butrague?o fue una campa?a agridulce. Por una parte, los blancos apuntaban a la Liga tras cuatro a?os de dominio azulgrana, pero Emilio comenzaba los partidos desde el banquillo. Mientras, sus compa?eros de La Quinta (Mart¨ªn V¨¢zquez, M¨ªchel y Sanch¨ªs), eran piezas indispensables e indiscutibles en los onces de Valdano, t¨¦cnico del equipo blanco. Ese ser¨ªa el ¨²ltimo gol de Butrague?o: jugar¨ªa una ¨²ltima vez en enero de 1995 ante el Celta (4-0) y en mayo de ese a?o anunciar¨ªa su marcha. Posteriormente se conocer¨ªa que se marchar¨ªa al Atl¨¦tico Celaya mexicano. Luego habr¨ªa un ¨²ltimo vuelo en un amistoso ante el Roma (4-0). Era su partido homenaje. Marc¨® de penalti y sus compa?eros le mantear¨ªan en su ¨²ltima aparici¨®n en su amado Bernab¨¦u...

Se marchaba as¨ª, tras ganar seis Ligas, cinco de ellas de manera consecutiva, en una etapa en la que tanto ¨¦l como sus compa?eros de La Quinta, cambiaron y modernizaron el panorama del f¨²tbol espa?ol: balones al suelo, nada de la llamada furia espa?ola, juego al espacio, a un toque, con velocidad, precisi¨®n y car¨¢cter, dominando a sus rivales. S¨®lo les qued¨® ganar la Copa de Europa, algo que rozaron en 1988. Pero siempre quedar¨¢ su legado.

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