El Celta enfr¨ªa la fiesta del Rayo

Vallecas tuvo un final de fiesta inesperado. El Rayo hab¨ªa invitado, a su ¨²ltima cita del a?o en casa, a un equipo en apuros, en crisis, pero la carga de partidos le pas¨® factura y el rival le agu¨® la alegr¨ªa. El Celta buscaba su punto y aparte, pero se qued¨® en el punto, un bot¨ªn suficiente para sacar la cabeza del descenso... Carvahal no tuvo reparos en mostrar sus cartas desde el principio y, a tenor del resultado, la partida le fue bien. Consigui¨® desactivar a unos franjirrojos, que suman su sexta jornada sin caer y se quedan a las puertas de Europa. A las puertas del cielo.

Sin tregua. Sin descanso. Vallecas apenas hab¨ªa recuperado la voz, tras su victoria contra el Madrid 68 horas antes, cuando tuvo que volver a afinarla para empujar a su Rayo en la ¨²ltima cita liguera antes del Mundial. La necesidad mov¨ªa a su rival, un Celta que sali¨® sin Larsen ¡ªpor una gastroenteritis¡ª y con ganas de hincar el diente a los franjirrojos. Mostr¨® t¨ªmidamente el colmillo con un tiro de Paciencia, desde fuera del ¨¢rea, que se march¨® alto y con la combinaci¨®n entre Gal¨¢n, Tapia y Veiga, que muri¨® en la zaga local. M¨¢s intenci¨®n llev¨® un cabezazo de Falcao, que pas¨® rozando la meta de Marches¨ªn. Esos primeros minutos de tanteo dieron paso a dos momentos de peligro. Dos. Los visitantes lo fiaron todo a una contra, que se guis¨® y se comi¨® Carles P¨¦rez, en cuya cabalgada dej¨® atr¨¢s a Catena y termin¨® probando los reflejos de Dimitrievski con su zurdazo. San Dimitrievski lo sac¨® abajo. Tambi¨¦n cumpli¨® Marches¨ªn, al atajar un disparo lejano de Isi. Poco m¨¢s se vio en las ¨¢reas.

Ambos contendientes mostraron sus planes trazados. Los gallegos buscaban petr¨®leo de las contras, tratando de sacar el m¨¢ximo partido a la velocidad de Carles P¨¦rez por la banda y al olfato de Paciencia. Agua. Mientras que los madrile?os incid¨ªan en la pelota, a trav¨¦s de la posesi¨®n y la estrategia. Eso s¨ª, su plan era menos eficaz que en jornadas anteriores, gracias al entramado defensivo de los celestes. Falcao fue un Tigre enjaulado y Gal¨¢n trunc¨® todos los trucos del mago Isi. La intensidad se fue un poco de madre y el duelo se trab¨® m¨¢s de la cuenta con un carrusel de faltas y tarjetas para indignaci¨®n de la grada. ?lvaro olisqueaba cualquier bal¨®n suelto en el ¨¢rea celti?a ¡ªse llev¨® la amarilla por entrar con todo a cazar en un fallo durante la cesi¨®n al portero¡ª y Falcao se choc¨® con la zaga en un trallazo que subi¨® los decibelios de Vallecas. El 0-0 era un fiel reflejo de la primera parte. El Celta sec¨® el torrente ofensivo del Rayo y dej¨® un partido soso. Sin chicha ni limon¨¢.

El paso por vestuarios espabil¨® un poco el choque. El Rayo acus¨® el cansancio con el paso de los minutos y vio maniatadas sus alas, merced a un Celta que se hab¨ªa venido arriba. Y es que la necesidad mueve m¨¢s monta?as que la fe. Los gallegos brujuleaban a Carles P¨¦rez y tuvieron paciencia. De hecho, Paciencia goz¨® de una buena ocasi¨®n para adelantar a los suyos, pero el esf¨¦rico se fue alto. M¨¢s peligroso fue el disparo de Cervi, que tuvo que atajar Dimi en dos tiempos. Superado ese, detener otro tiro de Aspas era un juego de ni?os para el normacedonio. Los franjirrojos, espoleados por los cambios y el cron¨®metro, reaccionaron. Era matar o morir.

Balliu lo intent¨® de lejos. Tapia se remang¨® para cortar un centro raso de ?lvaro con mucha intenci¨®n. Y Marches¨ªn se gan¨® la beatificaci¨®n gracias a sus paradas, una con el pie, a un remate de Camello y a otra, con la manopla, a un cabezazo de Lejeune. La grada reclam¨® un penalti sobre Fran Garc¨ªa, desesperada por el arbitraje de Munuera Montero y frustrada porque el arre¨®n final no estaba dando sus frutos. El Celta busc¨®, a la desesperada, un punto en tres c¨®rners consecutivos, pero el gol se resist¨ªa y eso no le preocupaba en exceso. Su estrategia no hab¨ªa ido mal, todo lo contrario a la del Rayo. Lejeune persigui¨® su tercera diana de falta, aunque hoy no era el d¨ªa. Ni el de Munuera Montero, quien pit¨® el final e impidi¨® a los locales sacar un c¨®rner a favor. Tampoco fue el d¨ªa de la Franja, que se qued¨® con la miel en los labios y Europa, a un paso...