Demb¨¦l¨¦ se enquista y Bernardo Silva se atasca
El caso del jugador franc¨¦s no encuentra soluci¨®n moment¨¢nea y el deseo de fichar al portugu¨¦s parece un imposible.
El Barcelona est¨¢ teniendo uno de los mercados m¨¢s complicados que se le recuerdan. Desde la contrataci¨®n de Ilkay G¨¹ndogan y de I?igo Mart¨ªnez (ambos llegaron con la carta de libertad) y el pago de la cl¨¢usula de Oriol Romeu al Girona, que necesit¨® ser fijada por LaLiga ante las dudas sobre su cuant¨ªa, al equipo blaugrana no le sale nada como parec¨ªa estar previsto. Ni lo dif¨ªcil (la llegada de Bernardo Silva) ni lo que parec¨ªa cantado como la salida de Ousmane Demb¨¦l¨¦.
Todo sale al rev¨¦s. Mientras el portugu¨¦s se aleja, puede que ya de manera definitiva, el otro, que se marchaba, pero que a cambio pod¨ªa proporcionar un alivio econ¨®mico a una entidad necesitada de dinero, se ha enquistado. Incluso esta tarde podr¨ªa ser presentado como jugador de la plantilla blaugrana en la previa del Gamper despu¨¦s de haber escrito una carta formal al club para activar su cl¨¢usula de venta de traspaso obligatorio antes del 31 de julio y pasar en Par¨ªs los ¨²ltimos d¨ªas como jugador de facto del PSG. Una situaci¨®n que puede pasar en muy pocos clubes. Sin duda, uno de ellos es el Barcelona.
Desde el Barcelona aseguraban ayer que el club blaugrana estaba meditando retirarse de la puja por Bernardo Silva. Una noticia que ya no coge por sorpresa al Manchester City, que no acaba de entender muy bien la estrategia comunicativa del equipo catal¨¢n con su futbolista portugu¨¦s, al que no es que no quieran vender, es que le dan por casi renovado.
Desde M¨¢nchester siguen afirmando que no les ha llegado ninguna propuesta seria desde Barcelona por Bernardo Silva m¨¢s all¨¢ de mensajes en la prensa que propon¨ªan cuestiones poco aceptables o abiertamente exc¨¦ntricas como el de una cesi¨®n con opci¨®n de compra obligatoria en la que luego se incluy¨® a Cancelo. En resumen, un bocadillo de pan con nada.
Por contra, el caso de Demb¨¦l¨¦, que parec¨ªa cantado, se ha encasquillado de una manera kafkiana. Tanto, que el jugador, si el Bar?a quisiera, podr¨ªa jugar hoy el Gamper.