Cuatro a?os sin Goyo Benito
El defensa toledano falleci¨® en 2020.. Apodado ¡®Hacha Brava¡¯ por sus f¨¦rreos marcajes, siempre cumpl¨ªa la m¨¢xima ¡°pasa el bal¨®n o pasa el jugador, pero nunca los dos juntos¡±.
El 2 de abril es un mal d¨ªa para el madridismo. Si Juanito nos dej¨® en 1992, en 2020 fue Goyo Benito (Puente del Arzobispo, Toledo, 21-10-1946) quien fallec¨ªa v¨ªctima de una enfermedad a los 73 a?os de edad. Icono del Madrid de los 70, Benito ingres¨® en la entidad madridista con 17 a?os, pero antes de triunfar de blanco fue cedido al Rayo Vallecano para foguearse. En Vallecas hizo su mili antes de regresar al estadio Santiago Bernab¨¦u, donde estar¨ªa desde 1969 hasta 1982: 13 temporadas para ganar 11 t¨ªtulos, seis Ligas y cinco Copas¡
Benito perteneci¨® a la generaci¨®n que fue despidiendo a los ye-y¨¦s. Debut¨® con la el¨¢stica blanca el 26 de octubre de 1969 en Atocha ante la Real Sociedad. Ese d¨ªa jug¨® de lateral izquierdo y comparti¨® banda con Paco Gento. Aquel d¨ªa vivi¨® su primera an¨¦cdota junto a La Galerna: tras recibir un mal pase de Benito, Gento se gir¨® y le espet¨®: ¡°Al pie chaval, al pie¡±, a lo que Benito replic¨®: ¡°Como usted diga don Francisco¡±. As¨ª comenzaba una carrera en la que Benito disput¨® 420 partidos, hasta su marcha en el a?o del Mundial de Espa?a.
Benito fue un duro y bravo defensa. No en vano su apodo era Hacha Brava y mantuvo enconados duelos con las estrellas rivales durante toda su etapa madridista. Lleg¨® para competir con un puesto con Pedro De Felipe (al que acab¨® quitando el puesto, motivando ciertos piques entre ambos) y Zunzunegui. Le pusieron un sueldo de 250.000 pesetas y poco a poco se le fue marchando la habitual timidez de los reci¨¦n llegados: su potencia, su dureza (nunca fue con mala intenci¨®n), su elasticidad, su buen sentido para saber leer las jugadas y anticiparse al contrario, su excelente juego de cabeza (uno de sus escasos goles, hizo tres con la camiseta blanca, fue un notabil¨ªsimo testarazo al Oporto en un partido de Copa de Europa) y su enorme capacidad de sacrificio le convirtieron en uno de los jugadores m¨¢s queridos por la afici¨®n madridista, que le jaleaban ¡®Benito, saca el hacha¡¯ o ¡®Benito, mata¡¯. Cumpl¨ªa la m¨¢xima ¡°pasa el bal¨®n o pasa el jugador, pero nunca los dos juntos¡±. Por el contrario, una de sus debilidades era sacar el bal¨®n jugado, algo que compensaba siempre con trabajo, algo de lo que nunca se quej¨®.
Tambi¨¦n sufri¨® lesiones: hasta ocho, cinco de ellas de rodilla, una de tibia y dos de nariz, adem¨¢s de innumerables fisuras de costillas y fracturas de dedos. Una de ellas la ocult¨® para no dejar colgado al Madrid en una semifinal de la Copa de Europa ante el Hamburgo. La final se jugaba en el Bernab¨¦u y quiso medirse a Hrubesch, el gigantesco tanque germano. Benito, con una lesi¨®n en la rodilla, jug¨® como pudo. Hrubesch, apodado La Jirafa y ayudado por Magath y Kevin Keegan, destroz¨® a los blancos¡
Tras su retirada fue relaciones p¨²blicas del Madrid, invirti¨® parte del dinero ganado en dos pubs, que mont¨® con un amigo y fueron sede de tertulias futbol¨ªsticas. Trabaj¨® en la secretar¨ªa t¨¦cnica del Rayo y en el a?o 2000 apoy¨® la candidatura de Florentino P¨¦rez en las elecciones en las que el actual presidente blanco gan¨® a Lorenzo Sanz. Junto con Juanito, uno de los grandes s¨ªmbolos de una ¨¦poca, en la que el car¨¢cter, el orgullo y la personalidad racial de estos dos jugadores impregnaron la camiseta del Real Madrid.
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