Un pol¨¦mico penalti salva a Ben¨ªtez

La dinamita de Tasos Douvikas y, sobre todo, un pol¨¦mico penalti en el tramo final del partido evitaron un nuevo rid¨ªculo del Celta en la Copa. Los de Ben¨ªtez ofrecieron una imagen paup¨¦rrima en Las Llanas, limit¨¢ndose a vivir de las rentas tras el tempranero gol de Douvikas, que demostr¨® sus grandes cualidades de ariete en la acci¨®n: desmarque, potencia y definici¨®n. Nada hab¨ªa ofrecido el Celta hasta entonces y nada ofreci¨® a partir de ah¨ª. El cr¨¦dito de las excusas se le acaban a un equipo instalado en la m¨¢s absoluta mediocridad.

Despu¨¦s de un primer cuarto de hora sin due?o, el gol de Douvikas allan¨® el camino al Celta. La ventaja deber¨ªa ser alivio suficiente como para lanzarse a por el encuentro y liquidar la eliminatoria por la v¨ªa r¨¢pida. Ni se les pas¨® por la cabeza. Los vigueses se limitaron a vivir de las rentas, con la ley del m¨ªnimo esfuerzo por bandera. Demostraron ser un equipo carente de ideas, escasos de confianza y, lo m¨¢s preocupante, sin la menor ambici¨®n. El Sestao vio la herida en el le¨®n y le perdi¨® el miedo.

As¨ª las cosas, los vizca¨ªnos empezaron a asomar con frecuencia por la porter¨ªa de Marches¨ªn. Guruzeta y Aitor Aranzabe probaron fortuna con sendos disparos, aunque sin la punter¨ªa necesaria para meter el miedo en el cuerpo a los de superior categor¨ªa. S¨®lo un tiro de Ristic mediada la segunda parte inquiet¨® algo a un Sestao que se crec¨ªa con el paso de los minutos. El Celta jug¨® con fuego y acab¨® quem¨¢ndose a diecisiete minutos para el final. Aranzabe, incansable durante todo el partido, puso un peligroso centro al ¨¢rea que Unai N¨²?ez pein¨® hacia su propia porter¨ªa. Euforia en Las Llanas, donde la fe se disparaba hasta m¨¢ximos hist¨®ricos.

Sin embargo, el gran enemigo del Celta durante buena parte de la temporada pas¨® a convertirse en su mejor aliado, igual que pas¨® hace tres d¨ªas: el ¨¢rbitro. Gonz¨¢lez Fuertes se?al¨® penalti en una disputa a¨¦rea entre ?lvaro Mateo y Kevin. Incredulidad local, bala en la rec¨¢mara para los visitantes. Douvikas no fall¨® desde los once metros, silenciando la ilusi¨®n de los sestaotarras. El plan de Ben¨ªtez de ah¨ª al final fue perder tiempo y nada m¨¢s. A¨²n as¨ª, los locales tuvieron tiempo para colgar un par de balones que encendieron las alarmas en Vigo. No hizo falta que acudieran los bomberos, el fuego se apag¨® enseguida, pero este Celta deja cada vez m¨¢s dudas. El Sestao cay¨® con honor.

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