Salvi solventa la eliminatoria ante el Mensajero

El Espanyol ten¨ªa ante el Mensajero varias misiones. La primera, y m¨¢s importante, ganar el partido y pasar de ronda. Eso estaba hecho en el 38, con doblete de Salvi y la manifiesta incapacidad de los locales para generarles peligro. El segundo recuperar un poco de amor propio y de confianza de quienes tienen menos minutos o cometen m¨¢s errores. Cumplido tambi¨¦n. Ning¨²n futbolista cuaj¨® un partido para el recuerdo, pero todos rindieron al nivel esperado. Especialmente la pareja Calero-Cabrera, impecable mientras estuvo en el campo. Y tercero, pero no menos importante, rotar, repartir minutos y ver a los chicos del filial. Partieron de titulares Marc Jurado y Sadik, pero acabaron participando tambi¨¦n Roger y Joan Puig. Tambi¨¦n hubo aspectos a mejorar, como la incapacidad de meter el tercero y cerrar el partido o la poca precisi¨®n en el ¨²ltimo pase, pero los de Luis Garc¨ªa se pudieron dar por satisfechos.

El dominio del Espanyol en los primeros 45 minutos fue absoluto. La diferencia de categor¨ªa, de plantilla y de planteamiento fueron manifiestos desde el primer instante. El Mensajero decidi¨® defender por acumulaci¨®n, en l¨ªnea de cinco con tres por delante, regalando el control del bal¨®n a los blanquiazules. Un remate lejano y sin peligro de ?lex Mart¨ªnez, en el 24¡ä fue el ¨²nico apunte ofensivo de los locales.

El ataque perico, constante, no fue demasiado eficaz. No al menos al principio. Empez¨® siendo protagonista la banda izquierda, con un Ramon extremadamente participativo y un Keita Bald¨¦ voluntarioso, pero sin acabar de concretar un buen pase o un gran centro. Bascul¨® luego el juego hacia la derecha, con Lazo m¨¢s entonado antes de que llegaran las ocasiones y los goles. La primera de Keita Bald¨¦, en el 34¡ä que estamp¨® el bal¨®n en el larguero en un remate acrob¨¢tico. Y luego los goles. Los dos de Salvi (en el 36 y el 38) pero con una notable participaci¨®n de sus compa?eros. En el primero remat¨® solo al segundo palo un centro raso de Ram¨®n mientras que en el segundo aprovech¨® un error del portero rival tras la presi¨®n de Sadik. 2-0, 38 minutos y el partido muy encarrilado ya antes del descanso.

Porque el Mensajero ten¨ªa tiempo por delante para remontar, o por lo menos de marcar un gol y meterle el miedo en el cuerpo al Espanyol, pero los blanquiazules no dieron pie a ello. Ni un error en defensa, siempre atentos a rechaces y contraataques, y nula presi¨®n del Mensajero en campo contrario. Hasta la segunda parte.

Para ser justos hay que explicar que el Espanyol no sufri¨® pr¨¢cticamente nada hasta los minutos finales. Alguna intervenci¨®n de Joan, pero nada rese?able. Lo que s¨ª cambi¨® fue el dominio. Los blanquiazules gozaron de m¨¢s bal¨®n al inicio, pero pero acabaron corriendo detr¨¢s del mimmo. Dieron aire a un Mensajero que con el paso de los minutos se vino arriba. Algo l¨®gico, pues ya no ten¨ªan absolutamente nada que perder. El Espanyol, plagado de jugadores del filial y con Gragera de central, no supo matar el partido a la contra y acab¨® encerrado en su campo rechazando los ataques del Mensajero.

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