La F¨¢brica pone cabeza

Febrero nunca es mes para el confet¨ª, pero puede traer calabazas. De las primeras se libr¨® el Madrid en Butarque. Las segundas amenazan desde M¨¢nchester. Con cuarto y mitad de titulares, con cuarto y mitad de intensidad, se meti¨® en semifinales de Copa gracias a un gol de cantera, de esos que se recuerdan siempre, m¨¢s si el autor acaba cuajando en estrella. Fue en un cabezazo de Gonzalo, un chaval de 20 a?os que lleg¨® a La F¨¢brica en alevines, que ven¨ªa de hacer un p¨®quer con el Castilla y que no se baj¨® de la nube.

Fue el rostro feliz de la noche en un equipo ahorrativo en casi todo: la garra, el dominio, incluso los goles. Rodrygo y Vinicius mostraron por qu¨¦ son titulares, Brahim va para quinto magn¨ªfico y Modric es inacabable. El resto se movi¨® entre el suspenso y el aprobado bajo. Endrick tiene demasiada prisa por llegar. Lo dejan claro su exceso de fogosidad y su falta de temple. Hizo un gol, pero se le fueron varios. Tiene ganas, pero esta verde. Arda G¨¹ler, otro de los llamados a examen, pas¨® de largo por el choque. Y los centrales de la cantera tampoco echaron la puerta abajo. El Legan¨¦s, en cambio, anduvo realmente bien, en su papel de matagigantes. No le abati¨® un 0-2 inmerecido, escal¨® con fe hasta el empate y lleg¨® a so?ar con el pepinazo. Llev¨® al Madrid al l¨ªmite, consuelo menor.

A Ancelotti, que mir¨® claramente por detr¨¢s del partido, le qued¨® un once muy intergeneracional: dos centrales del Castilla, uno probado y otro por calar; dos presumibles ¡®next gen¡¯, Endrick y Arda G¨¹ler; suplentes de primera l¨ªnea (Brahim y, en menor medida, Mendy); alg¨²n titular¨ªsimo fuera de sitio (Valverde, de lateral); alguno en su sitio favorito (Rodrygo, en la izquierda) y una leyenda (Modric). Pocos repetir¨¢n en el derbi. En definitiva, una alineaci¨®n Frankenstein sin tres de los cuatro magn¨ªficos y con una defensa de servicios m¨ªnimos en un partido que ten¨ªa su miga, porque si bien es verdad que la Copa en un grande solo es crucial de semifinales en adelante, manchan mucho la historia las derrotas sin justificaci¨®n. El Pepinazo de 2018 ser¨¢ siempre imborrable.

Marcar antes de preguntar

El Legan¨¦s, con otras prioridades, pero obligado por un estadio lleno e ilusionado, present¨® un once m¨¢s reconocible salvo en sus puntas. Ni Raba ni Miguel de la Fuente, soldados para otra guerra. La de Mestalla, sin ir m¨¢s lejos. Eso s¨ª, sin cambiar nombres, Borja Jim¨¦nez reconfigur¨® el equipo en una especie de 4-1-4-1 que llev¨® a Altimira de la derecha a la izquierda. El plan pareci¨® bueno de salida: presi¨®n efectiva, cierta sensaci¨®n de dominio y alguna buena ocasi¨®n. Lunin dej¨® una estirada estupenda a tiro de Diego Garc¨ªa en jugada previamente invalidada por fuera de juego y sac¨® luego una buena mano a lanzamiento de falta de ?scar, especialista en el ramo desde sus tiempos de La F¨¢brica.

La primera regla del modesto en duelos as¨ª es dejarse los complejos en el vestuario. La del grande, colgar la soberbia en el armario. El Legan¨¦s hac¨ªa su parte, al Madrid le costaba la suya hasta que puso el gol por delante de cualquier otra cosa. Sin m¨¢s aviso que un disparo mordido de Endrick que salv¨® Juan Soriano, el equipo de Ancelotti pareci¨® dejar lista de papeles la eliminatoria con dos zarpazos, ninguno de ellos con mucha ciencia y s¨ª con el mismo origen, Rodrygo. El primer gol lleg¨® en un pase horizontal a Modric, que entr¨® vivo por el corredor del ocho, pis¨® el ¨¢rea y meti¨® la puntera para batir a Soriano. El segundo tuvo un buen comienzo (pared Rodrygo-Brahim) y un final casual. Tapia quiso interrumpir el avance y acab¨® sirvi¨¦ndole el tanto a Endrick, en papel de oportunista. El partido ten¨ªa poco que ver con el marcador, situaci¨®n muy com¨²n cuando juegan los grandes.

El Madrid ten¨ªa un comportamiento vulgar hasta que llevaba la pelota a Brahim o Rodrygo. Ese redoble no lo ten¨ªa el Legan¨¦s. Dos sin nada que demostrar tiraban de un Madrid donde los meritorios ejerc¨ªan de figurantes, especialmente Arda G¨¹ler, que sigue sin pasar de jugador anecd¨®tico cuando se le esperaba como alternativa. Eso hizo que antes del descanso el Legan¨¦s se acercara gracias a un penalti claro por una mano de Jacobo Ram¨®n, que cort¨® fuera de la ley un avance de Juan Cruz, inductor y ejecutor de la pena. El penalti fue claro, un alivio para Alberola en una semana que empez¨® con Medina Cantalejo mandando a la nevera a Mu?iz e Iglesias y con el Madrid intentando meter en la lavadora a todos los dem¨¢s.

El atronador Vinicius

Tan bien estaba Rodrygo que Ancelotti le quit¨® en el descanso para no tentar la suerte. Le quiere intacto en el derbi. As¨ª que reparti¨® el partido con Vinicius, el m¨¢s descansado de los magn¨ªficos a cuenta de su car¨¢cter explosivo, que le ha dejado sin tres partidos en enero. Entr¨® al choque desatado. En apenas un minuto pudo marcar dos veces, con la derecha (la puntera de Soriano lo evit¨®) y de cabeza (le falt¨® pericia en el segundo palo). Tambi¨¦n se qued¨® al borde de una asistencia de fantas¨ªa a Endrick. En un equipo en el que todos quieren ser de izquierdas, ¨¦l sigue siendo el mejor ah¨ª. Fue un trueno desde que entr¨®.

El problema es que Vinicius iba por un lado y el resto, salvo el intachable Modric, por otro. En plena ca¨ªda de tensi¨®n defensiva empat¨® accidentalmente el Legan¨¦s. De nuevo Juan Cruz, un alborotador, combin¨® con Brasanac y acab¨® disparando mordido. Un remate venial que convirti¨® en mortal un toque en la cadera de Mendy.

El peligro reactiv¨® al Madrid. Un tiro de Vinicius recorri¨® la l¨ªnea de gol sin cruzarla. Otro de Brahim, sutil, peg¨® en el larguero. En el banquillo ya no quedaban m¨¢s delanteros que el canterano Gonzalo y lo meti¨® Ancelotti. El acierto de la noche. En el descuento, Brahim encontr¨® un hueco para sacarse un centro al ¨¢rea peque?a y all¨ª meti¨® su cabeza imponente el canterano para clasificar al Madrid y para poner un h¨¦roe en un duelo poco heroico.

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